«Basement» Fic Toll de MaryKaulitz

Cap. 2: Fidelidad

Conocí a Bill hace seis meses en una discoteca, no soy de frecuentar sitios raros, pero nos habían hablado en la facultad de un sitio algo misterioso, que al fin y al cabo no tenía nada de misterio porque era una discoteca normal, aunque alejada de la ciudad, solamente le caracterizaba por las salas Vip donde iban las prostitutas y la gente rara, cosa que a penas ví, porque a pesar de que fuí a la discoteca con mis amigos de la facultad ellos estaban con chicas, y yo conocí a Bill en los aparcamientos. Aún recuerdo cuando lo ví, tan alto como yo, aunque un poco más, maquillado, pelo moreno corto, de negro, y su mirada me cautivo al instante, temblaba mientras esperaba en el coche a mis amigos y me fumaba un cigarro y es que Bill usó la tipica excusa del fuego para hablar conmigo. No se me olvidarán sus palabras «No deberías estar solo a estas horas de la noche o puede que alguien como yo te pueda hacer algo malo» así empezó todo, me dió por reir y desde entonces tengo la misma risa de enamorado, jamás olvidaré esa noche en la que lo hicimos hasta el amanecer, esa noche no buscaba sexo, ni al amor de mi vida, pero se ve que seis meses después puedo decir que lo encontré.

Sonaba el timbre que nos avisaba de la ultima clase del día, eran las tres y media y me moría de hambre a pesar de que había almorzado, me despedí de Andy y conduje hasta casa de Bill, no me había llamado en toda la mañana, me dijo que lo haría, aparqué en el parking privado de la casa y abrí la puerta.

– Holaaaaa Tom está aquí – no me contesta nadie – tengo hambreeeeeee ¿Bill?

Ando por toda la casa y no había nadie, me fuí a la parte de la mansión donde estaba el servicio y estuve hablando casi toda la tarde con ellos mientras comía algo, Bill seguía sin llamarme, no creo que le haya pasado nada malo, no lo creo, tampoco creo a Andy, no creo que esté con ese rubio, ahora me tiene mosqueado. Era de noche y no sabía nada de Bill, no me gusta molestarle por teléfono y más cuando me dice que me llamará, miro el reloj y escucho algunos truenos, la noche estaba realmente movidita entre la tormenta y el dilubio que estaba cayendo, estaba en el salón abriendo el portátil cuando escucho coches llegar.

– Ahí está mi pequeño Bill – me acerco a la ventana y veo como le abren la puerta y se baja del coche, mientras le sujetan el paraguas, lo veo caminar hacia la puerta, mientras veo a alguien detrás de él – no me lo puedo creer. Abre la puerta y hago como que estoy leyendo en mi portátil, veo a Bill entrar muy serio como siempre mientras no dejo de mirar la pantalla al mismo tiempo, tras él, veo la figura de un chico rubio, alto, delgado y muy apuesto, que viene riendose. Bill se acerca a mí y me da un beso.

– ¿Como te ha ido el día? – se quitaba la chaqueta

– Bien, como siempre – no le quitaba los ojos a ese tio

– Alfred, ven – se acercó a mí – él es Tom

– Encantado Tom, Bill me ha hablado de tí – me estrechaba la mano y yo hacía lo mismo

– Ojala pudiera decir lo mismo – sonreí falsamente

– Tom, Alfred se quedará un par de días hasta que vuelva a su país.

– ¿A si? ¿de donde eres?

– De Rumanía – no dejaba de plasmarme su sonrisa blanca e impoluta

– Ven, que te van a decir donde te vas a alojar

Veo como ese tio no deja de sonreir a Bill, mientras hago una matanza en mi cabeza y disfruto viendole morir lentamente, odio que sea tan, tan, y Bill tan, dios, no debo de tener celos, esto es cosa de Andy. Me siento mientras espero a que vengan, le estara diciendo al servicio donde esta su habitación, paso de pensar más en eso. Miro mis apuntes en el salón mientras intento no pensar que llevan un rato sin aparecer y no voy a ser yo quien fuera a por ellos, tras un rato largo aparece Bill mientras intento ignorarle, pero es practicamente imposible cuando se sienta a tu lado y te mira fijamente a punto de preguntarte algo, mis instintos sexuales aparecen en cuanto huelo a su perfume.

– ¿Qué haces? – me preguntó

– Leer mis apuntes – intentaba no mirarle porque sabe que soy débil ante él

– ¿Sobre que?

– Sobre neurología –

– Mañana te toca ¿verdad?

– Sip – ni leía ni nada, me moría de ganas por abrazarle y ponerme mimoso pero me rechazaría

– ¿Tienes hambre?

– Un poco

– En media hora cenamos

– Vale – quería que se marchara o me lo comería a besos

Se levanta y desaparece, supongo que estará en su despacho como hace antes de ir a la cena, pero me mosquea mucho donde se meterá ese tal Alfred. En la cena todo surge normalmente, Bill preside la gran mesa del comedor pequeño que usamos para visitas, a su lado estoy yo, y en el otro lado presidiendo la mesa en frente de mí, está Alfred, sitio para los invitados, para que regenten la mesa y se sientan poderosos, yo me siento una mierda aquí, no me gusta estar solo aquí al lado de Bill, escuchando como hablan de sus negocios y en clave, no dejo de ver la puta sonrisa de Alfred, la sonrisa a mi Bill, no es que esté celoso pero no pinto nada, no me apetece tener que verle la cara el tiempo que se quede, y mucho menos de ver a Bill sonreirle, sonreirle a él y no a mí. Termino de comer intentando no aparentar que me siento una mierda aquí, siento como Bill puede seguir una conversación al mismo tiempo que clavarme los ojos en mí, siento que me mira y siento que sabe como me siento. Nos vamos al salón mientras nos dan algunas copas y hablan de sus cosas, y yo me muero del aburrimiento a penas son las diez de la noche y presiento que va a ser una noche larga, me levanto y Bill me mira ignorando por completo que estaba diciendo Alfred.

– Voy al baño – me apartó la mirada y continuo atendiendo. Realmente caminaba hacia el otro salón donde dejé mi ordenador y mis cosas, paso de estar aquí, de todas formas mi novio mi ignora, no estamos solos y no follamos, así que es como no hacer nada, recojo mis cosas para irme a dormir a la hermandad, espero que mi compañero de habitación no haya juntado las dos camas.

– ¿Que haces?

– Bill me has asustado – pegué un salto – aquí, recogiendo los apuntes

– ¿Te vas a dormir?

– No, me voy a la uni, hoy duermo allí – hubo un silencio mortal

– Ven

– ¿A donde? – le miré y estaba saliendo del salón

– Acompáñame.

Bill me dirigía a su despacho, no me podía creer que me llevara a su despacho, pensaba que me iba a sacar las preguntas del examen o algo, pero me indicó que me sentara y le obedecí, se sentó en frente de mí, en su sillón gigante, y me miró fijamente, me sentía acorralado y solo estaba sentado en frente de él, más que mi novio parecía el director de mi universidad, mi padre, un sargento, todo el mundo menos mi novio.

– ¿Por qué te quieres ir? – me miraba y no le podía mirar a los ojos

– Porque mañana llegaré tarde y tengo el examen a las diez y quiero estudiar

– Bioquímica

– Sí, sabes que lo tengo mañana

– Estudia aquí.

– No, prefiero estudiar allí, ya sabes ambiente estudiantil – me levanté

– No te levantes – me volví a sentar- Si supieras la de músculos que mueves en tu cara cada vez que mientes.

– No te he mentido Bill, te he dicho que me voy a la universidad a dormir – miré el reloj – de hecho me voy ya que no quiero ir tarde

– Tom, dime porque te quieres ir de verdad.

– Porque tengo examen.

– Hasta que no he venido, no te querías ir.

– Si, me iba a ir, bueno Bill ya basta, he dicho que me voy y me voy – me levanté y Bill se levantó también, camina hacia la puerta y me la abre.

– Vete – me miró seriamente y caminé hacía la puerta, me detuve justo delante de él, cuando sentí que con su mano quiso rozar la mía

– Joder Bill no me hagas esto – no me contuve más y me lancé a besarle y él cerró la puerta mientras respondía a mis besos – es que es tan injusto – me apartó un momento

– ¿Qué es injusto?

– Nosotros, no podemos estar así de separados

– Estamos juntos

– Ya Bill, pero me refiero a estar como novios, lo que todos hacen, y no solo sexo – me agarraba de la cintura

– Hacemos cosas

– No Bill, no hacemos nada, solamente voy a clase y me vengo a estudiar mientras tu estas todo el día afuera y con gente como Alfred, que vete a saber, el tio no te quita ojo.

– ¿Y?

– Pues que eso es una cosa que entre novios no se puede permitir, tú no permites que otros me miren y sin embargo tengo que ver como ese no deja de sonreirte y ni siquiera me tocas, ni te acercas, ni muestras interes en los dos.

– Muestro interés, te he preguntado.

– Uffff – me daba por vencido – dejalo, me voy a la universidad – le dí un beso

– Quedate.

– ¿Para que? ¿para ver como babea ese por tí y sentirme como una mierda? No gracias

– No babea y si lo hace, que lo haga.

– Claroooo y ya de paso os preparo la suite y os lo montais juntos, ¿siiiii?? ¿te parece?

– Estas celoso.

– No son celos es rabia de que mi novio no actue como un novio conmigo

– Estas celoso.

– Que no pesado – le miré – bueno pero es que me das motivos, es más me los restriegas.

– ¿Dudas de mí?

– No, si de ti no dudo, es de los demás, es imposible no resistirse a ti, no me fio ni un pelo de ese y ¿quien sabe? puede pasar de todo.

– No pasará nada.

– Eso no lo sabes

– Soy fiel Tom, te seré fiel.

– Ya – no le miraba

– Mírame – le miré – Soy fiel.

Continúa…

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por MaryKaulitz

Escritora del Fandom

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