Basement 26

«Basement» Fic Toll de MaryKaulitz

Cap. 26: Entre dos abismos

Abrí los ojos y pude escuchar la lluvia, parecía que hubiera pasado una guerra esa misma mañana porque estaba el mundo en silencio, abrí los ojos y ví que estaba mirando a la pared, sonreí al recordar donde estaba, no quería girarme para no tener que enfrentarme a lo que había pasado, pero lo hice delicadamente, la cabeza me iba a estallar, miré las rejas de la celda y lentamente iba mirando sus piernas hasta quedar bocarriba y darme cuenta de que Ben estaba sentado apoyado en la pared leyendo, no pude mirarle a la cara solo note su sonrisa, esa sonrisa que se me clavó en los ojos desde que le conocí.

– que, silencio – dije como pude todo ronco

– si, después de una fiesta suele haberlo

– tengo que subir arriba, no se como acabaría espero que esté todo controlado – me pasaba la mano por el cuello porque me dolía y Ben seguía a lo suyo

– La música duró hasta las siete y media, así que estarán durmiendo

– ¿Tu has dormido?

– Si, algo, pero tuve que despertarme

– ¿Porque?

– Porque Margaret vendría con el desayuno a las nueve

– ¿Y vino? – le miré algo asustado

– Si, pero tranquilo, no te vió, te tapé con la almohada y sus visitas suelen ser ràpidas

– Ahh menos mal

– Aunque temía que te levantaras

– ¿Porque?

– Porque, te mueves terriblemente demasiado – le sonreí – casi que tuve tu brazo en mi garganta toda la noche – provocaba mi sonrisa

– Lo siento, estoy acostumbrado a dormir solo en una cama grande, y supongo que

– haha no pasa nada, tampoco ha sido para tanto pero si que te mueves sí

– lo siento – hubo un silencio y él seguía leyendo – necesito mi ropa interior – la buscaba en la cama y me la ponía como pude mientras Ben se levantó para darse la vuelta y dejarme intimidad

– aquí tienes tu camisa – me la dió sin mirarme

– Gracias – me vestí rapidamente y me costó levantarme, me dolía terriblemente la cabeza – tengo que irme – anduve hacía la puerta sin saber la llave ni nada, me quedé apoyado

– La tengo yo – la abrió y me quedé pensando – la tuve que coger de la puerta y lanzarla a su sitio, si no Margaret sospecharía

– ahh sii claro – salí y Ben cerraba y me daba la llave – gracias, supongo que, bueno ya me paso – no le miré a los ojos

No me dijo nada más, empecé a andar como los zombies, no era consciente, si era consciente, pero no quería serlo, una sensación rara, no quería caminar muy rapido, pero la casa estaba hecha una mierda, la piscina, el jardin y el salon grande, todo estaba sucio y estaba propiamente de una buena limpieza. Mi intención era Andy, pero no le veía por ningun sitio, no había ni Dios en la casa, todo estaba vacio, me encontré a unos hombres.

– ¿hola? emms

– Hola Tom, todos los jovenes se fueron sanos y salvo

– ah vale – a penas abría los ojos

– Perdone Tom, Margaret nos ha dicho que su amigo Andy se marchó y que te llamaría y que llamara al señor cuando se despertara.

– ¿Que señor? – se me quedaban mirando – mierda

Bill, Bill, Bill, no no no, no, necesitaba una ducha, necesitaba una buena ducha para despejarme, ¿como no me había acordado de mi novio? ¿de lo que mas quiero en el mundo? ¿que habia pasado? ¿que me había pasado? me sentí sucio en cuanto me dí cuenta de que me había acostado con el hermano gemelo de mi novio, me subí a la habitación y me di una buena ducha de la que no me podía quitar de la mente, el cuerpo desnudo de Ben y a la vez el cuerpo desnudo de mi novio tatuado, era un hecho del que tarde o temprano tenía que responder y en el que ya estaba creando mi propia sentencia de muerte, no podía vivir con la mentira de mirar a Bill sabiendo que me había acostado con su hermano, es más, conscientemente, no se si quería o no quería, no se lo que me pasó, si lo necesitaba, si fué sexo, o que me pasó, pero lo único que sé que me acosté con Ben y no podía vivir con el cargo de conciencia tan grande que iba a tener el resto de mi vida. Tras vestirme, llamé a Bill.

– ¿Bill?

– Tom, ¿te has despertado?

– Si hace un rato, me acabo de dar una ducha

– ¿Que tal te fué la fiesta?

– Bien

– ¿Se divirtieron?

– Si, claro

– Ah – había una pausa – estas de resaca ¿verdad?

– Si algo así

– Vale, vete a descansar si quieres, solo quería saber como estabas

– Bien, tengo que limpiar todo y Andy se largó

– No, no te preocupes, mandé a Margaret para que llame a una empresa de limpieza, no te preocupes

– No Bill, yo he ensuciado todo y

– shsh calma Tom, no te preocupes, ya hay profesionales de la limpieza

– Esta bien, no voy a insistir

– Oye ¿estas despierto?

– Si

– Que voy a casa a finales de semana

– ¿que? ¿como?

– Que el domingo como muy tarde ya iré a casa, si todo va bien

– ¿De verdad? – no sabía si llorar o reir – pero aun estamos a miercoles

– Bueno para que vayas mentalizandote y con suerte ya no me voy a ir más tiempo del que esperaba

– Esta bien

– Duerme un rato, luego te llamo

– Esta bien, adios Bill

No sabía si quería que viniera Bill o no, no podría vivir con ello, no quería vivir sabiendo que me he acostado con mi cuñado. Me quedé en la cama y me dormí un rato, al despertar, me dí una vuelta por la casa y veía a señoras limpiando todo lo que habíamos ensuciado la noche anterior, ví a Margaret en la cocina y me preparó un poco de sopa caliente, estaba entre dos abismos, entre el cielo y la tierra, entre la noche y el día, la luna y el mar, las estrellas y las nubes, en mitad de todo lo relacionado, ahí me sentía yo.

– No estas hablador hoy señorito Tom – me preguntaba Margaret

– Hablé con Bill, llega el domingo

– Lo sé, quizas le traiga algún regalo, pero yo no se nada, yo no se nada – me sonreía

– Estoy jodido Margaret

– ¿Por qué señorito Tom?

– No puedo contartelo – dos lagrimas caían de mis ojos – todo se me ha complicado tanto

– Pero señorito Tom ¿esta usted bien?¿ha discutido con el señor?

– No Margaret, es, es que, no puedo – empecé a llorar – Bill me ha tratado tan bien y le amo tanto Margaret, no hay parte de mi cuerpo que no me rompiera solamente por él, haría todo por él, y le he fallado hasta la médula es más, estoy imaginandome ya muerto

– Señorito Tom, no diga usted eso

– Margaret, me he acostado con Ben – hubo un silencio – no se lo que ha pasado, en verdad le buscaba a él, Bill no ha estado aquí en dos meses, me moría de besarle de estar con él, y ahora viene el domingo y cuatro días antes lo fastidio todo, echo todo a la mierda, todo por la borda, porque me quiero dar el placer de follar con su hermano y todo es tan

– Señorito Tom, no se que decir

– Simplemente no se lo digas antes que yo, porque en cuanto venga se lo voy a decir, y me iré de aquí, lo dejaré todo, no me merezco estar aquí

– Pero, usted, si usted hizo eso era porque en su hermano veía a Bill ¿verdad?

– No se Margaret, era consciente de lo que hacía, es más, lo volvería a hacer porque lo de Ben fue tan diferente, y Margaret, ahora hablando en serio, no me digas que Ben se merece estar ahí abajo porque es la mejor persona que he conocido en mi vida

– Señorito Tom, yo no, sabes que

– Lo se, no puedes hablar del tema, pero ¿ahora que hago? Me quedo sin novio, sin universidad, sin nada en mi vida y mis padres no me quieren en Magdeburg, estoy perdido – empecé a llorar

Hablar con Margaret me tranquilizó bastante, no me preguntaba pero se que me escuchaba y que en ella podía confiar, algo en mi me decia que no iban a ir bien las cosas, si Bill me dijese, me he acostado con otro durante todo el verano se la cargaba,pero mi caso era diferente, era a Bill a quien buscaba,o era a Ben, era a uno de los dos, mi novio era mi novio,pero Ben era tan diferente, aun no entendía que hacia encerrado.Estuve un par de días sin bajar al sotano, era viernes y la verdad es que me comía la conciencia, si veía la tele,pensaba en Ben,si comia pensaba en Ben,si hacia cualquier cosa,solo tenia en mi mente a Ben,pero es que era a Bill a quien queria, estaba realmente en medio de una situacion que no me habia querido buscar en la vida y todo porque estoy enamorado de un Kaulitz, de Bill Kaulitz.

Continúa…

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