«Basement» Fic Toll de MaryKaulitz
Cap. 31: Hundido
Estaba tendido en el suelo, la baba caía por mi boca hasta mojar la moqueta de aquella habitación, tan parecida a todas, grande, luminosa, espaciosa, una cama gigante y parecía preparada para habitarla, tan espléndida como todas. Conseguí levantarme, no veía luz del día, no llevaba mi reloj, pero era de noche, habría dormido todo el día, y no había señales de que nadie hubiera entrado, me arrastre como pude tras levantarme hasta caer en la cama donde empecé a recordar todo y a llorar. Tenía escalofrios, la boca me dolía, la cara me dolía, me dolía todo el cuerpo, necesitaba llorar la tensión que había acumulado me metí en la cama y conseguí dormir algo. Abrí los ojos y ví a un médico, los volví a cerrar y tenía como sueños donde Margaret me preguntaba que porque no comía, y los volvía a cerrar, volví a abrir los ojos y el sol entraba por la habitación, aquella habitacion de la tercera planta donde estaba encerrado, estaba confuso, a mi lado veía la bandeja con el desayuno y no miré mucho más, aún tenía ganas de llorar, de llorar a solar como nunca antes lo había hecho, me moría de ganas por ver a Bill, pero lo daba por perdido. Estaba totalmente hundido, me venía a la mente imagenes de mi padre, de como me pegaba, de que no me quiere nadie en mi familia, de que lo único que tenía en la vida era a Bill y que le había fallado, estaba hundido y no dejaba de recordar, pensar y llorar, me apartaba las lagrimas de la cara cuando escuché la llave y me dí la media vuelta.
– Tom ¿estas despierto? – me preguntó Margaret
– No – le respondí
– Venga come Tom, que no has probado bocado en tres dias, tienes que comer
– No voy a comer, así me muero antes.
– No diga eso – se sentó a mi lado – no estuvo bien lo que hiciste Tom
– Ya esta hecho, si vienes a echarme la bronca o a pegarme hazlo ya y dejame en paz – empecé a llorar y me abrazó
– Oh señorito Tom, llora cariño, llora
– Es que he perdido a Bill, y es lo único que tenía, y es lo unico que quiero en mi vida
– El señor sigue muy enfadado
– Lo se Margaret, por eso merezco la muerte, merezco morir, así que no voy a comer hasta que deje de respirar así todos os quedais contentos, total solo soy para él un objeto
– No diga eso Tom, no lo diga
– Si que lo soy, me lo dijo Bill, me dijo que solo era un objeto para él y es que nunca me ha querido – lloraba más y más
Margaret me consolaba, pasaron un par de días y pasaba todo el día dentro de la cama, rechazaba toda la comida posible, estaba realmente debil y todo porque no quería seguir viviendo, la pobre de Margaret solo me decía que el señor quería que comiera todo, pero nada más, no me decía nada más, una de las veces en las que entró le había pedido un móvil para llamar a Andy y subió con él, suponía que una llamada a mi mejor amigo no iba a hacer daño a nadie y que Bill me dejara era una sorpresa, me dejó el móvil y la comida que no tocaría y se marchó de la habitación.
– Hey Andy
– Toommmm pero tío, ¿donde te metes? las clases empezaron el martes, he tenido que decir que estabas enfermo
– Tenía ganas de escucharte
– ¿Que pasa? ¿te pasa algo?
– No no, todo va bien, solamente que me apetecía escuchar tu voz – decía lentamente porque a penas tenía fuerzas
– Me preocupas, ¿vas a venir a clase?
– No no, no creo que termine la carrera
– EHHHH Tom, ¿que dices? ¿te has peleado con Bill? ¿te ha retirado los fondos de la carrera?
– No no, con Bill va todo perfecto, solamente que llamaba para que no te preocuparas, se que te preocuparias, y que necesitaba llamarte
– Tom, no me gusta tu voz
– Todo va bien Andy, que te llamaré en cuanto pueda ¿vale? y estudia mucho por los dos, que te queda un par de meses para terminar tu carrera y que te voy a echar de menos, pero te veo en cuanto pueda ¿eh? no es nada malo ni nada
– ¿te despides de mi?
– No no, te veré pronto, simplemente que no en la universidad, y cuentame ¿habeis empezado el temario ya?
– Joder que si lo hemos empezado, ya hay dos finales la semana que viene, me tiene hasta los mismisimos el de siempre, este no ha tenido verano ni ostias, una pasada, llevabamos ya en cuatro dias mas dado que en todo este tiempo y todo por el de neurología y bioquímica, que se ve que no han follado mucho este verano y nos estan jodiendo a todos
– Bueno pues sigue estudiando, no hace falta que digas que estoy enfermo ¿vale? ya te llamare en cuanto pueda
– ¿Puedo ir a verte?
– No estoy en Berlin Andy, es mejor que no, ademas la casa va a estar vacía, así que no es necesario, gracias tío por todo
– No me gusta esta conversacion, ¿lo sabes no?
– Lo se, pero tenia que llamarte, adiós amigo
– No me digas adiós, dime hasta que te llame otra vez
– Hasta que te llame otra vez.
Me había despertado de una siesta cuando creía que era de dia, era de noche, y aparecío Margaret con la bandeja de la cena, cada vez era más débil y no veía a penas nada, solo veía la luz del pasillo en la habitación y volvía a ver oscuridad. Al rato se abrió la puerta y Margaret pasaba la mano por mi cabeza y me dió un beso diciendome que se llevaría la cena, yo a penas abrí los ojos. La luz entraba otra vez por aquella habitación y me sentía cada vez más débil, esta vez miraba a la ventana y olía la comida de la bandeja del desayuno, pero no miraba, no pensaba comer nada, y ya todos estos dias me había hecho más y más debil.
– Come – me dijo una voz que reconocería entre un millón, giré la cara lentamente y Bill estaba sentado en una silla al lado de la bandeja
– No – le negué con la cabeza y volví a mirar por la ventana
– Vas a comer por las buenas o por las malas, tu decides – aún le sentía cabreado
– A ti no te importa – le dije sin mirarle
– Si no me importara no tendrías comida todos los días, así que come
– No voy a comer
– Vas a comer Tom, vas a comer! – gritó un poco y bajé la cabeza – come algo
– No voy a comer Bill, me da igual – me tapé con la manta
– ¿Que quieres que te lo de? venga ya que no tienes cinco años, y hazme el favor de comportarte como un hombre que a veces dudo de si tienes 21 o si tienes 11 – hubo un silencio y me moví y ví que Bill me acercaba la bandeja y me la ponía encima de mí
No tenía mucha opción sabía que tarde o temprano Bill me obligaría a comer, se quedó mirando un poco mientras veía como comía lentamente y poco mientras giraba la cabeza hacia la ventana, una visión muy diferente a como estabamos meses anteriores. Tras ver como comía se fué de la habitación pero no escuché la llave, supongo que sabía que en mi estado de animo y fuerza no podía ir muy lejos, pero aun así estaba asustado porque le veía cabreado, su cara era totalmente diferente a como era antes, antes estaba cabreado con otras cosas y a lo mejor la cambiaba conmigo, pero pensando me dí cuenta que Bill jamás ha estado cabreado conmigo aun estando cabreado por otras cosas, nunca traspasaba ni mezclaba sus negocios conmigo, y ahora sabía que la cara que de Bill era de enfado y yo era el único culpable.
Continúa…
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