«Basement» Fic Toll de MaryKaulitz
Cap. 35: Conquistando a Bill
Creía que Bill estaba enfadado porque sabía que Ben estaba en la casa, porque me dijo que también era su casa y no podía echarle, todo eso me hacia creer que me estaba separando de él, pero es que en ningun momento tenía la intención de hacer nada con Ben, para mis ojos solo existia una persona, y era Bill, pero no había manera de que entrara en razon. Me había pasado cuatro días intentando hablar con Bill, solo recibía ignorancia y palabras de mal gusto, me alejaba en todo momento de él,cuando yo insistía en estar a su lado todo el día, no me daba por vencido, estaba totalmente enamorado de mi Bill y yo estaba totalmente centrado en intentar enamorarle y conquistarle, una de las últimas veces en las que Bill leía en el salón, me paseaba delante de él solamente con mi bañador, intentando que viera esos musculos que tanto ha besado y deseado, aunque no supiera que me mirara, sabía que lo hacía, pero me cansaba yo mismo de tener que hacerle de perrito faldero, todo el día detrás de él. Caminaba por la cuarta planta de la mansión sin camiseta y en bañador porque me había dado un paseo por la casa buscando a Bill pero estaba reunido en su despacho, se escuchaban los gemidos desde la otra punta del pasillo, los hombres se apartaban al verme porque yo era casi el señor de la casa y mi Bill y Ben habían dado orden de dejarme caminar por donde quisiera, me acercaba más y más a los gemidos que venían de esa habitación, la abrí y me encontré a una tía desnuda de pelo largo cabalgando desnuda encima de Ben, mientras este también gemía, me puse al lado de la cama.
– Ben tenemos que hablar.
– ufff ahhh, a a ahora no puedo Tom, estoy ocupado como verás
– Me da igual, termina rapidito, tenemos que hablar
– Espera un poco
– Chicooo vete ya – dijo la tia
– Si por mucho que te operes son horribles – puse cara de asco mirando a la tia y sus tetas falsas que seguía cabalgandole pero Ben la empujó al hablarme así
– Pero – la chica le recriminó
– Largate, ya no te necesito – chasqueó los dedos y sus hombres entraron – echadla de la casa y que no vuelva más
– Tienes que ayudarme Ben – me senté en la cama y Ben se tapaba
– Queeee, que pasa ahora, que no te ha dicho mi hermano
– Ainnns no es eso, es que, ni siquiera ya medio desnudo, anoche le toqué a la puerta de su habitación y no me abrió y cuando me fuí escuché la puerta pero no quise darme la vuelta para que me viera y ya no se que hacer
– ¿Y que quieres que yo le haga?
– Habla con él Ben, dile que le quiero y que vuelva conmigo
– Yo no me meto Tom y lo sabes, además ya no me hablo con él, así que no te puedo ayudar – se levantaba y se ponía los calzones
– He pensado una cosa – Ben se giraba con una copa en la mano que cogió del suelo
– Miedo me das
– He pensado que, quizas, necesito que me ayudes un poco, a, me voy a encerrar en el sótano
– No
– Siiii lo voy a hacer, es la única forma de que me vea que lo hago por él, porque le quiero
– No te voy a permitir que bajes a ese infierno
– Necesito bajar Ben, eso le hará entrar en razón que le quiero lo suficiente como para no tener lujos
– No Tom, no vayas a hacerlo
– Porfa, ayudame anda, me lo debes – me miró
– Mira voy a hablar con él, con la condición de que se te quite la idea de bajar al sótano otra vez
– Esta bien, gracias Ben – me puse feliz y le abracé – sabía que no me decepcionarias – salía de la habitación – por cierto
– Que
– Todavía estas – le señalaba a sus calzones porque el pequeño gran Ben estaba todavía levantado, se miró y sonrió
No me creí que Ben hubiera hablado con él, porque eso hizo empeorar las cosas, estaba intentando conquistar a Bill y seguía recibiendo rechazos por su parte, la presencia de Ben en la casa le creaba desconcierto, le decía la verdad en todo momento, todas las veces que veía a Ben o que me lo encontraba, se lo contaba, pero Bill parecía que me seguía ignorando, cada día yo estaba ilusionado, porque creía que algún dia recapacitaría al menos y me dirigiera la palabra, pero eso no era excusa como para dejarme de hablar o de lado. Me senté en el sofá delante de él, mientras veía algo en su portatil.
– Ehem… ehem.. – yo hacía sonidos como un tonto – lala la la, mmmmm ehem ehem
– Tom vete, la cuarta vez que te lo digo
– Bill, por fa, vamos a algun lado, ¿quieres echarte una partida al ping pong?
– No
– ¿Al tenis? o ¿ir al cine? ¿o quieres que demos un paseo y hablemos?
– No
– ¿No al paseo y si al cine? – le sonreí y me puse a su lado en el sofá
– Tom, apartate, largate de aquí, ¿porque no vas a tocarle las narices a Ben? anda corre, vete con él y dejame en paz
– Porque quiero tocarte las narices a tí ¿puedo? – le intentaba tocar el piercing de la nariz pero no se dejaba
– Apartate Tom,¿me voy a tener que ir a otro sitio en mi propia casa?
– Joder Bill, tampoco seas así de borde, joder, que solo quiero estar contigo
– Pero yo contigo no, a ver si te metes ya eso en la cabeza
– Pero te quiero Bill, esto es evidente – me apoyaba en su brazo
– Largate de aquí Tom, apartate, vete con Ben y dejame en paz
– IDIOTA! Que me dejes de nombrar a Ben, que eres muy pesado, si se pasa todo el dia follandose a tias, ya de paso me hago palomitas y veo un espectaculo deprimente de heteros
– Largate Tom, vete
– Joder Bill, no puedo salir, tampoco puedo llamar a mis amigos, ni siquiera estudiar, no puedo hacer nada
– Te lo has buscado todo tú
– Vale y cuando me vas a dejar de recordarmelo – me levanté y me fuí
Todo acababa en discusiones, luego iba otra vez, pasaba lo mismo y volviamos a discutir así sucesivamente, esa era mi vida actual, conquistarle, hacerle sentir que mi vida era todo mi Bill, que no tenía ningún tipo de vida nada más que la que quería vivir a su lado. Lo pensé y lo medité mucho en mi habitación, en esa tercera planta en la que llevaba ya semanas, solo y apartado, intentando dar vueltas a lo que me había propuesto y ya que Ben no me iba a ayudar convencí a una de las mujeres de la cocina para que me dejaran encerrado en el sótano y dejar la llave colgada en su sitio para que no pudiera escapar. Entré con temor pero entré, sin nada, con solo unos vaqueros y una camiseta, me senté en la cama y le dije a la mujer que no lo contara o haría que la mataran y parecía buena la mujer, apoyé mi espalda en la pared y esperé a nada, no esperaba a nada, llegué a pensar que Bill no vendría, que no le importaría, que Ben me ignoraria, nadie sabía que estaba allí, así que no comería, una vez dentro me puse a pensar cosas muy serias, tan serias como si nadie lo sabía nadie iría a por mí, un pequeño fallo que cometí. Pasé mi primera noche en el sótano y mi primer día, escuchaba muchos coches y gente desde la ventana del sótano, no podía ver a penas nada, pero parecía que la gente se iba y venía, en un momento escuché a alguien que bajaba al sótano y me senté en la cama a esperar.
– Te lo dije! – le dijo Ben a Bill asomandose los dos a la vez a la celda
– Vaya que sorpresa – les dije sonriente, pero por dentro estaba acojonado, Bill cogió la llave y abrió la puerta
– Sal de aquí Tom
– Te hemos buscado por todos lados – dijo Ben
– ¿si? – me emocioné al pensarlo
– Si y ademas… – Bill miró a Ben – bueno ya me voy
– Sal de aquí Tom
– Ya te he escuchado la primera vez, y no, no voy a salir Bill
– Tom, sal de aquí, por las buenas o por las malas
– Pues va a ser por las malas – me levanté y me puse cara a cara
– Sal – suspiraba ya dandose por vencido
– Que no voy a salir, a ti que más te da, total pasas de mi, así que no te importe donde esté
– No te lo repito más, sal de aquí
– No – me senté en la cama y vino hacía a mí y me cogió del brazo pero esta vez hice fuerza y le aparté de mi lado – apartate de mi lado Bill, ¿que mas te da donde este si ni siquiera me haces caso?
– Piensatelo muy bien Tom si quieres estar aquí porque te vas a quedar aquí y es más, voy a enladrillar la celda para que esto se convierta en un para siempre, ahora dime si quieres salir o no
– ¿Amenazas?
– No te amenazo, simplemente te advierto lo que puede pasar
– Si estoy secuestrado en tu casa a ti no te debe de importar donde este yo
– Pues esta es mi parte de la casa, asi que como es mia no puedes estar, así que levanta ya de ahí y sal
– No voy a salir, ya puedes llamar a los obreros para que vengan a poner ladrillos, que moriré a gusto – le desafíaba
– Tom, levantate de aquí, si el hecho de que te quedes aquí no va a hacer que te quiera ni que este contigo, así que quitate ya toda manera de llamar mi atención porque no la llamarás
– nananna nannan anananna – me burlaba de él – ya veo, que has estado buscandome por todos lados porque no aparecía ¿que pasa Bill? ¿que cuando no estoy me echas de menos?
– No sabía que habías desaparecido hasta que tu querido Ben me lo ha dicho
– ahhhhh para yaaaaaa – le grité – no digas más tu querido Ben, que no es ni querido ni mio
– Pues para no ser querido ni tuyo, bien que te lo follaste en mi ausencia
– Porque necesitaba que alguien me echara un polvo ¿vale? soy un chico y tengo necesidades
– Ahhh y eso te da derecho a acostarte con mi hermano, y no, es más, a dejarle ir de aquí, te envidio Tom, admirable papel el tuyo
– Mira Bill, vete a la mierda ya – pasé por su lado y me cogió del brazo
– No vuelvas a acercarte a mí ¿entendido? Ni me hables, ni te dirijas, ni respires el mismo aire que yo, ya te lo advertí una vez y no pienso volver a repetirtelo, mientras yo este abajo, tu arriba, y cuando yo este arriba, tu abajo, en cualquier parte de la casa donde no tenga que respirar el mismo aire de mierda que respiras tú – me soltó del brazo y salí del sótano.
Continúa…
Gracias por la visita. Te invitamos a dejar un comentario.