Dark Friend 2: Psicópata

Dark Friend” Fic de MizukyChan

Capítulo 2: Psicópata

—¡Oh, Dios mío! —Exclamó la rubia cuando le quitaron la mordaza y la bolsa de tela que cubría su cabeza.

Sus ojos se abrieron grandemente al ver el lugar. Parecía una bodega abandonada, pero eso no fue lo que la hizo soltar la exclamación, había manchas oscuras por todas partes, supuso que era sangre seca, porque muy cerca de ellos había una mesa con varios artefactos encima. Era un lugar de tortura, el hombre que estaba frente a ella, quien la miraba con una mezcla de enojo y lujuria en la cara, analizando cada una de sus expresiones, debía ser su verdugo, el psicópata que los torturaría hasta morir.

La mujer se lamió los labios y miró directamente a los ojos del otro—. ¿Vas a matarme? —Preguntó con voz segura, sin ningún tipo de temblor.

—No… todavía —respondió él con voz rasposa.

El hombre se quitó la máscara que cubría su rostro, revelando a una persona que bordeaba los cuarenta, no tenía cicatrices, no eran mal parecido, era un hombre común y corriente.

—¿Por qué me has desatado? —Preguntó Natalie, la respuesta era obvia, pero ella buscaba ganar tiempo, cualquier cosa, para aclarar las ideas que rápidamente se revolvían en su mente y que la aterrorizaban mucho más que el psicópata frente a ella.

—Quiero que me ayudes —respondió él, sin inmutarse—. Eres la única que podría hacerlo.

Ella se levantó de la silla donde había estado retenida. Miró a sus compañeros de banda, no sabía si ya estaban despiertos, o si continuaban bajo los efectos del gas con el que los intoxicaron para llevarlos hasta ahí.

Natalie se frotó las muñecas, no estaban tan adoloridas ni inflamadas, pero eso le ayudaba a evitar mostrar el ligero temblor que tenía.

—¿Qué debo hacer? —Preguntó, con la misma seguridad anterior.

El hombre ofreció su mano, ella la miró, pero no la sujetó, simplemente asintió y lo siguió. Caminaron fuera de la sala de torturas, hasta una puerta que daba al exterior, todo el lugar estaba cubierto por un galpón, seguramente era alguna fábrica abandonada, situada en la periferia de la ciudad, las personas que todavía transitaban por ahí lo hacían en vehículos, nunca caminando, por tanto sería imposible pedir ayuda.

El hombre señaló la camioneta y Natalie jadeó al ver el cuerpo de Saki, tirado en el suelo, con un agujero de bala en la cabeza.

—Hay que trozarlo —señaló el desconocido, tomando un enorme machete. Se acercó al cuerpo, poniéndose a horcajadas sobre él y dio el primer golpe, cortando la mitad del brazo.

Natalie cerró los ojos, al sentir la lluvia de sangre sobre su cara. Su corazón latía a mil y supo lo que debía hacer.

—¿Tienes otro? —Preguntó, refiriéndose al machete.

El hombre sonrió y asintió, y levantando el arma ensangrentada, apuntó hacia otro set de armas cortantes, bañadas de sangre seca.

Natalie dio un par de pasos para acercarse a la mesa y las observó todas. Pasó el dedo por cada una de ellas, meditando, hasta que dijo—. ¿No sabes que para mantener el filo de las cuchillas debes limpiarlas? Sobre todo de la sangre. Se oxidan y pierden su utilidad.

Finalmente sujetó una y caminó a paso firme hasta el hombre, quien no levantó la mirada de su labor. Ella levantó el machete con las dos manos y lo dejó caer pesadamente sobre un pie del cadáver de Saki, cortándolo de un solo golpe.

El hombre se levantó y sonrió. Dejando que ella tomara su lugar, poniéndose a horcajadas sobre el frío cuerpo del guardaespaldas de Tokio Hotel. Saki, el hombre que la escoltó tantas veces a ella misma, a través de las jaurías de fans que deseaban matarla, sólo porque debía maquillar a sus ídolos.

Levantó el arma con ambas manos y la dejó caer contra el cuerpo, incontables veces, manchándose de sangre y moviéndose sobre el cadáver, rozando su entre pierna una y otra vez, hasta sentir un extraño grado de excitación.

Bien, todo está bien —pensó en su mente.

—Estás empapada —dijo el hombre, deteniendo sus manos con la suficiente fuerza como para impedirle dar un nuevo golpe.

Natalie alzó el rostro, era cierto, estaba empapada de sangre y fluidos. Miró al psicópata directo a los ojos y asintió, sin parpadear.

—¿Estás lista para mí?

Ella volvió a asentir y dejó que el hombre la levantara del piso y la guiara hasta la sala de torturas, sin desprenderse de su mano.

—Esto apenas empieza —susurró el hombre cerca de su oído, erizando cada vello de la piel de la rubia.

& Continuará &

Miegdo. Este fic es bastante oscuro, sobre todo para mí, que acostumbro a disfrutar de la ternura y los finales felices, pero ¿qué les está pareciendo?

Escritora del fandom

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