Fic Toll de Millah
Cap. 7: Al diablo mi promesa
El desayuno acompañado de Tom fue algo singular, a pesar de estar sentados frente a frente poco y nada se decían, si Tom no preguntaba o decía algo Bill se quedaba en completo silencio.
-Ammm… ¿y qué haces tú?- rompe el silencio el de rastas.
-Nada, no terminé mis estudios y así es muy difícil encontrar algún trabajo.
-Pero tú no tienes necesidad de trabajar…mirando como vives, no creo…
-Aunque no lo creas, he intentado buscar trabajo, no me gusta depender de los demás, pero los que he encontrado no son muy…decentes que digamos y Heather me prohíbe aceptarlos.
-Ella te quiere mucho y se preocupa por ti.
-A veces suele ser muy molesta, y me aburre rapidísimo- dijo bebiendo su café.
-¿A ti no te gusta que la gente se preocupe por ti?.
-No, siempre y cuando no me atosiguen demasiado…escucha -Bill dejó su taza de café y miró a los ojos de Tom -con respecto a lo que pasó, cuando te grité y eso…no fue mi intención, es que me pareció que te estabas tomando muchas confianzas y…
-Solo quería ser amable.
-Pero no estaba bien, actuabas como si fueras mi novio o algo así y no me gustó mucho la verdad.
-¿En serio?…pero la amabilidad es algo bueno ¿no?.
-Si, pero…
-No te entiendo, para nada- le sonrió Tom.
-No tienes por qué entenderme.
Tom bebió de su café, mejor era dejar esa conversación de lado y comenzar otra, o lo que había avanzado se iría a la mierda en menos de lo que le tomó cortar la rosa y correr para que el dueño del jardín no lo asesinara. Pensó en alguna conversación que no fuera a molestar al pelinegro, pero ninguna le convencía, así que decidió tomar el tema de la familia.
-¿Y qué hay de tu familia?.
Bill sintió que un trozo de tostada se atoraba en su garganta, bebió café rápidamente y respiró profundo, le iba a largar un buen sermón al de rastas por preguntarle acerca de su familia, pero se frenó a tiempo, dándose cuenta de que Tom no tenía la menor idea de su pasado, eso creía él.
-No tengo madre, ella me abandonó a mí y a mi padre cuando yo tenía dos años -le confió el pelinegro con los ojitos vidriosos.
-Lo siento, yo no quise…
-No te preocupes- le dijo pensando que ya no preguntaría más.
Pero Tom quería conocer a Bill, quería saber más de él, así que siguió preguntando -¿ y no tienes más familia?…hermanos, ¿y tu padre?.
-No tengo hermanos, tengo padre, pero mi padre no tiene hijo -bajó su mirada llena de tristeza.
El de rastas se dio cuenta y comprendió que era mejor no seguir preguntando más, ahora quería que Bill le conociera a él.
-Tú no me has preguntado nada a mí.
-¿Y por qué te querría preguntar algo?- suspiró y cerró los ojos sermoneándose mentalmente, así que corrigió su pregunta – lo siento…amm ¿qué hay de ti?…¿qué haces?.
Tom sonrió feliz, trataría de explicarle lo mejor posible que clase de chico era, a ver si así el pelinegro ya le daba un oportunidad para poder confesarle su amor sin ningún miedo.
-Bueno, yo vivo con mis padres que son unas personas maravillosas, terminé mis estudios pero nunca he trabajado-se puso rojito – y soy un buen chico -comenzó a describirse – me gusta ser amable, sobre todo con la persona que amo…
-¿Estás enamorado?- por fin puso atención el pelinegro.
-Amm… si, muy muy enamorado -los nervios comenzaban a apresarlo -pero no soy correspondido.
-Discúlpame, ¿pero no es Heather quien te gusta?.
-¿Heather?…no, ella es una muy buena amiga, solo eso, creo que retomamos una amistad olvidada, por eso nos llevamos tan bien.
-¿Y entonces quién es?- preguntó intentando parecer no tan interesado.
Tom ya estaba hecho un mar de nervios, ¿qué pasaría si le dijera?. ¿Bill le mandaría a la mierda o le comprendería?, ¿le daría una oportunidad acaso?, ya no podía pensar con claridad, creyó que al tener la oportunidad de declararle su amor todo sería más fácil, pero no era tan sencillo, se maldecía a si mismo porque teniéndolo ahí frente a él , no era capaz de decir nada, el miedo de arruinar todo le carcomía por dentro, estaba aterrorizado, pero por la mirada disimulada de Bill no se veía muy interesado en saber la respuesta, pensó entonces en no responderle.
-Eso me da pena, además la persona de la cual estoy enamorado no tiene ningún interés en mí.
-¿Por qué dices eso?, ¿acaso ya se lo has dicho?.
-No, deseo decírselo, pero tengo miedo, él es una persona un poco…especial -sonrió- y me sentiría horrible si me rechazara.
-Eso es lo malo del amor, te enamoras del menos indicado.
-¿Por qué lo dices?- no pudo evitar preguntar a pesar de saber la respuesta, arrepintiéndose al mismo tiempo.
-Por nada- cortó pesadamente.
-¿Te has enamorado alguna vez?- intentó seguir la conversación y llegar un poco más allá.
Antes de responderle, Bill resoplo y su voz pudo notarse quebrada -Si…solo una vez y la relación fracasó, asi que me prometí jamás volver a enamorarme…pero…
-Pero…Tom le invitó a proseguir.
-¿Qué te hace pensar que hay un pero?- preguntó exasperado el pelinegro.
-Es que cuando lo dijiste, sonó como si la promesa que te hiciste ya no pudieras mantenerla…y…Bill yo…yo…quiero…
El pelinegro vio como Tom acortaba la distancia entre los dos, se sintió acorralado y presintió que el chico frente a él, le había descubierto, si era eso ya estaba jodido, ¿o tal vez estaba siendo salvado?. Cada vez que el de rastas se acercaba, él retrocedía más, ya podía sentir el dulce aliento de Tom en su rostro y se temía que se moría por probar esos deseables labios, el respaldo de la silla no le permitió alejarse más, tampoco quería hacerlo, pero estaba confundido, cuando Tom estuvo a escasos centímetros de su boca, se levantó bruscamente de la silla dejando a Tom pasmado en la suya.
Tom se esperaba de todo, una cachetada, café en sus rastas, una patada en la entrepierna, todo menos la expresión que puso Bill, pues estaba triste y una lágrima caía por su mejilla, enseguida el rubio se puso de pie y se acercó al pelinegro con cautela.
-¿Por qué lloras?…discúlpame por favor, yo no pensé…no fue mi intención herirte…
Bill levantó su mirada -no me has herido, por un momento yo deseé que me besaras, pero…mi promesa, es tan difícil mantenerla, y yo estoy empezando a sentir cosas por… y no quiero…¡¡no quiero!!.
-¿Cosas?…¿qué cosas?, ¿cosas por mi?- le interrogó Tom tratando de contenerse para no tomarlo a la fuerza y así mirarlo a los ojos.
El pelinegro no pudo resistir más, no pudo contestar esa pregunta, no podía ser tan débil, dejó a Tom con la pregunta en los labios y corrió a esconderse en alguna habitación de la casa, como lo hacía siempre. Tom se quedó de pie observando la rosa, si ambos sentían lo mismo ¿por qué era tan difícil poder estar juntos?, sabía que estaba muy cerca de conseguir el amor de Bill, pero ahora se sentía triste. Al caminar hacia la salida se topó con Heather y solo entonces pudo dejar salir el llanto que le oprimía el pecho. Ella sin saber las razones le abrazó y le consoló sin preguntar nada aun, debía dejarle sacar todo su dolor o lo que fuera que le hubiera hecho llorar de esa forma tan desesperada.
Mientras le consolaba, Bill salía de la habitación y caminaba arrepentido y decidido a hablar con Tom, no para decirle que sentía algo por él, sino para pedirle que fueran amigos o nada, porque quería mantener su estúpida promesa y así no volver a sufrir nunca más, pero aun no se daba cuenta de que ya la había roto y que sufriría de todos modos al negarse esta nueva oportunidad para amar otra vez. Pero al bajar las escaleras alfombradas, vio como su mejor amiga besaba la mejilla de Tom, lo primero que pensó fue que el de rastas estaba jugando con él, pero al escucharlo sollozar sintió como su mismo corazón latía a mil por hora y más cuando escuchó lo que decía.
-No se, si podré resistir más, se que no es mucho lo que he luchado por él…pero llevo más de un año sintiendo lo mismo y no puedo seguir así- lloraba el de rastas en el hombro de su amiga.
-¿Pero qué es lo que pasó?.
-Intenté besarlo… y él…me rechazó.
-Oh Tom, ¿pero cómo llegaste a tanto?, ¿cómo lograste estar tan cerca de él?.
Tom levantó su cabeza y miró a su amiga, quien a su vez le llevó para que se sentaran en el sofá, al momento que Bill subía rápidamente y se escondía detrás de una mesilla.
Le explicó todo hasta el momento en que casi le besó y volvió a dejar caer más lágrimas.
-¿No le dijiste lo que sientes?.
-No pude, no pude decirle que me muero por él…soy un cobarde…no pude decirle que lo amo.
Bill abrió sus ojos como platos y se llevó las manos a la boca para no dejar salir un gemido de asombro, no podía creer lo que acababa de escuchar, Tom lo amaba desde hace más de un año y él nunca lo notó, y más encima le había tratado tan mal, se sentía un completo idiota, pero no era fácil cambiar, no era fácil demostrar los sentimientos después de haber sufrido, no sabía que hacer, si bajar y gritarle que él también le amaba o guardarse sus sentimientos y hacer como si nunca hubiera escuchado nada, aun con muchas dudas y con el miedo al fracaso, optó por lo primero, pero se iría despacito por las piedras, intentaría abrir su corazón a ese adorable chico y según lo fuera conociendo más tal vez sería posible que le diera una oportunidad. Mandó al diablo su promesa, pero por esa tarde todo se quedaría como estaba, desde el siguiente día empezaría a sacar a relucir sus sentimientos, los que había mantenido encerrado por mucho tiempo.
Continúa…
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