Notas: El título se traduce como “Brujos”
“Familiar” Fic de MizukyChan
Capítulo 9: Maleficus
El día del aquelarre, Bill, Tom y Georg, aparecieron en el estado de Wisconsin, pidieron una habitación en un motel poco concurrido y procedieron a repasar el plan para esa noche.
—¿Georg, tienes los materiales para el hechizo de transformación? —Preguntó Bill, revisando la lista que habían hecho días antes.
El castaño rodó los ojos, pero levantó una mochila que contenía los insumos, agregando un simple—. Aquí está todo.
Tom asintió, sentía un nudo en el estómago, sabía que podía confiar en Bill, que era un demonio poderoso y podía efectuar el hechizo sin ningún problema, pero saber que su cuerpo se transformaría en gato era muy diferente al hecho de hacerlo en sólo unas pocas horas.
—¿Tom recuerdas lo que debes hacer? —Preguntó el pelinegro, ladeando la cabeza.
—Lucir bonito, ronronear y pasearme cerca de ti —contestó el humano, fulminando con la mirada a Georg al ver cómo éste ponía su habitual sonrisa canalla.
Tom recitó de memoria la respuesta para Bill, pero tenía una agenda secreta, aprovecharía esta oportunidad para averiguar cuanto pudiera sobre el grimorio que Bill estaba buscando, aunque sería un tanto difícil, sin tener una idea exacta de cuál era el hechizo en concreto que el pelinegro buscaba.
—Te verás lindo, Pelitos —comentó el castaño, dándole un guiño.
—Vete a la mierda, Georg —gruñó Tom, bajando la mirada.
—Hey —dijo Bill, poniendo una mano en la rodilla del barbudo—. Estarás bien —Tom solamente asintió.
—Ahora necesito un disfraz para investigar el “Maleficus”, ver si hay algún pormenor del que debería enterarme antes de presentarme ahí como cordero al matadero —dijo Bill, haciendo notar la ironía en sus palabras.
—Déjamelo a mi —respondió el castaño, desapareciendo en un instante.
—¿Qué crees que hará? —Preguntó Tom, arrugando un poco el ceño.
—Secuestrará a alguien por un par de horas. Lo mismo que hago yo para cumplir con las peticiones de mis clientes, Tom —contestó el pelinegro, sin darle demasiada importancia.
A los pocos minutos, Georg volvió a aparecer, sosteniendo el inconsciente cuerpo de una hermosa joven de cabello pelirrojo.
—Chicos, les presento a Anna —dijo, alzándola un poco más en sus brazos.
—¿Está bien? —Preguntó el humano, buscando con la mirada alguna herida. Georg sólo rodó los ojos y la dejó en la cama.
Bill procedió a recostarse en la cama contigua y salió de su cuerpo, entrando en el de la colorina, parpadeando lentamente y sentándose en la cama, usando su nuevo recipiente.
—Bien, vamos Georg —dijo el demonio, tendiendo su mano al castaño, pero antes de que se marcharan, Tom intervino.
—Yo también voy —Bill iba a negarse, pero el humano continuó—. En esta forma nadie sabrá quién soy. No será peligroso.
—Pelitos tiene razón —comentó el castaño, ganándose un codazo de Bill—. ¡Ouch!
El cuerpo de la colorina extendió sus manos y los otros dos las sostuvieron, apareciendo todos en un estacionamiento—. El “Maleficus” está a un par de cuadras, caminaremos.
Se pusieron en marcha, Georg hablaba de un tonto programa de televisión que había visto la noche anterior, mientras Tom pensaba qué prepararía de cenar para celebrar cuando todo esto terminara.
—Ahí está —dijo Bill, señalando con la cabeza un enorme y colorido letrero.
—¿Un bar? —Preguntó Tom con los ojos muy abiertos—. Pero es un aquelarre.
—Estamos en el siglo XXI, Tom, ¿qué esperabas? —Preguntó el castaño, dando un leve codazo al humano—. ¿Un bosque y orgías junto a la hoguera? —El sonrojo en las mejillas del barbudo les dio la respuesta—. Cada vez me gustas más, Pelitos, piensas como nosotros.
Esta vez, ni siquiera Bill pudo evitar reír y, pese a que la risa de ese cuerpo femenino era mucho más aguda, Tom sonrió. Le encantaba ser él quien hacía sonreír al demonio.
Se quedaron en esa esquina fumando, pretendiendo ser un grupo de amigos, hasta que el vientre del barbudo rugió de hambre.
—Bueno, eso es todo por el momento —dijo Bill—. Es hora de comer.
Tom sonrió y los tres caminaron de vuelta al estacionamiento, donde Bill los llevó al motel.
—¿Georg, podrías conseguir esto por mi? —Preguntó Tom, entregando al castaño una lista de ingredientes, pero no dijo una palabra.
Bill alzó una ceja, mirando por sobre el hombro de Georg, la lista que tenía en sus manos y una sonrisa se dibujó en sus labios.
El castaño comprendió el contenido de la nota y preguntó—. ¿Cocinarás para mi? —Tom sonrió y asintió. Entonces, Georg sacó su lado canalla y giró hacia Bill—. ¿Puedo quedármelo?
—Ve por las cosas, Geo —contestó el demonio, rodando los ojos.
El castaño desapareció y Bill se acercó a su humano, rodeando su cuello con los delgados brazos de Anna—. Gracias —dijo, depositando un beso en los labios del chico.
Tom se aclaró la garganta y sonrió—. Mm, ¿podrías? —Bill lazó una ceja, divertido al ver la inseguridad del humano—. ¿Podrías volver a tu cuerpo? No me atraen mucho las pelirrojas.
Esta vez Bill soltó una carcajada y caminó hasta la cama, dejando el cuerpo de la colorina recostado, para volver al suyo, con su sedoso cabello negro.
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El resto del día pasó sin incidentes, Georg regresó el cuerpo de Anna, sin mayor daño que un dolor de cabeza por eliminar los recuerdos de la chica y el grupo se preparó para la noche.
Los insumos para el hechizo estaban en la mesilla, junto al grimorio que Georg obsequió a Tom, quien temblaba levemente ante la idea de convertirse en gato. Bill aclaró su garganta y recitó las palabras del latín en perfecta sincronía con la que agregaba los ingredientes al cuenco de bronce, hasta que una leve explosión consumió todo, dejando en el aire un extraño olor a hierbas.
—Miau —el maullido se oyó fuerte junto a los demonios. El gato saltó sobre la mesa, buscando la mano del pelinegro, quien lo acarició con dulzura.
—Ahora eres una bola de pelos, Pelitos —comentó Georg, buscando acariciar el pelaje del gato negro, sin embargo, no logró acercarse lo suficiente ya que el felino se erizó, obligándole a retirar la mano—. Okey. Entiendo, no te diré bola de pelos, Pelitos —el gato lanzó un zarpazo, haciendo reír a los dos demonios—. Te dije que Tom es uno de los nuestros.
—Tengo que reconocer que tiene carácter —agregó Bill, sosteniendo al animal entre sus brazos—. Es hora de irnos —susurró, dejando un beso en la frente del felino.
—Hey, para con eso, Bill, recuerda que los brujos y familiares no tienen ese tipo de relación —Georg sonrió al ver la expresión de odio del gato.
—¿Qué harás tú, Geo? ¿Nos vas a esperar o regresarás a… donde te estás quedando? —Preguntó el pelinegro, sin dejar de acariciar al gatito en sus brazos.
—Nah, vivo vicariamente con tus travesuras, Bill, andaré por aquí hasta asegurarme de que ambos están bien —respondió, sacando una sonrisa al pelinegro, quien sintió como el gato levantaba la cabeza, como dudando de sus palabras—. Además, quiero probar el platillo que Tom cocinará para la celebración —y tras decir eso, desapareció.
Bill bajó la mirada para ver al felino a los ojos—. Bien, ¿estás listo? —El gato pareció asentir y ambos desaparecieron.
De pronto, Bill apareció en las afueras del bar “Maleficus”, al cruzar la puerta, un hombre con llamativos ojos violeta lo saludó, asintiendo, permitiendo que entrara al salón principal. Tom maulló en brazos de Bill, sintiendo la estática que había dentro del antro.
Es natural que sientas el poder, Tom, no te asustes. Dijo Bill directo a la mente del felino.
Tom se sorprendió de entender tan claramente las palabras de Bill, recordando como Georg le había informado que familiar y brujo compartían un lazo telepático. Quiso responder, pero la voz chillona de una mujer captó la atención de todos los presentes.
Y esa es Shermine. La bruja que protege a Lambert. Agregó el pelinegro en la mente de su gato.
Creí que ella había abandonado la vida de bruja. Pensó Tom.
Al parecer no ha abandonado del todo este estilo de vida. El pelinegro volvió a hablar con Tom, sin siquiera mover los labios.
—Bill Muller —saludó una voz a la derecha del demonio—. Que gusto verte de nuevo.
—Ría —dijo el pelinegro, extendiendo una mano para saludarla—. Sabes que siempre es un gusto verme. Soy hermoso.
—Oh, lo eres —respondió ella, sin perder la sonrisa de sus labios—. ¿Y esta bella cosita? —Preguntó, intentando acariciar al felino, quien lo permitió con un suave maullido.
—Él es Tom. Es mi familiar. ¿No es adorable? —Los ojos de Ría se volvieron del mismo tono violeta del hombre de la entrada. Estaba hecho, una vez que un familiar era presentado, toda la comunidad mágica lo sabía.
—¿Por qué no lo dejas salir a explorar junto a mi Camilla? —Sugirió la mujer, señalando a la gata blanca que ronroneaba cerca de sus pies—. Tengo un chisme que contarte.
Tom no esperó respuesta, saltó de los brazos del pelinegro, uniéndose a la hermosa gata persa que estaba en el piso. Ambos se olisquearon y corrieron, la gata lo guió por los pabellones oscuros del bar, hasta que ambos estuvieron ocultos en uno de los salones VIP. Tom observó a Shermine y a un desagradable chico de ojos maquillados que susurraba palabras en su oído.
Y ese debe ser Lambert. Pensó, achinando sus ojos dorados.
La gata persa lo miró y le dio un lametón en el cuello, Tom se alejó de ella y saltó, aprovechando la oscuridad de su pelaje para deslizarse hasta los asientos de la pareja, ocultándose cerca de sus pies. Tom levantó la mirada y notó que la gata de Ría ya no estaba a la vista, así que procedió a investigar.
La conversación no era para nada interesante, hasta que el nombre de Bill salió de los labios de Lambert.
—Pero Muller es partidario de Heidi —dijo Lambert con rabia en la voz.
—Muchos brujos apoyan a Heidi, Adam —respondió Shermine, dejando una mano en el brazo del hombre—, eso no significa que sean mis enemigos. Además, ella es de un clan muy antiguo, casi tanto como el mío, es natural que las alianzas estén repartidas en nuestras familias.
—Pero ahora tiene un familiar —alegó Lambert y Tom rodó los ojos, ante la rabieta del tipo—. ¿De dónde sacó poder para tener un familiar?
La voz de Shermine continuó siendo dulce, casi como el de una madre que habla con un niño—. Si tú practicaras más y usaras el “Black Grimoire” que te obsequié, podrías superarlo en poder.
—Es muy antiguo, hermana, casi no entiendo el idioma —respondió Lambert.
¿Hermana? Tom arrugó el ceño. ¿Lo estará diciendo en forma literal o figurativa?
—Rico y yo podemos ayudarte con eso —respondió la mujer—. Hay hechizos allí que son bastante interesantes, podrías deshacerte de gente muy poderosa con él.
Uno de los meseros se acercó a la mesa y la gata blanca saltó sobre su bandeja, provocando que una de las bebidas cayera sobre Adam y Shermine rompiera a reír. Tom aprovechó la oportunidad para regresar con Bill, debía contarle lo que había oído, si Lambert realmente era hermano de Shermine, entonces este trabajo de Heidi era una trampa.
Pero no alcanzó a llegar a su destino, porque un par de manos delgadas lo levantó del suelo—. Así que tú eres Tom, el familiar de Bill.
El gato se resistió a las caricias de la mujer, pero ella insistía en mimarlo—. Soy Heidi Klum —Tom se quedó perfectamente quieto ante sus palabras—. Sabes quién soy, ¿verdad? Eres un familiar muy inteligente —Tom gruñó, molesto, pero para oídos humanos sólo sonó como un maullido—. Ven conmigo, Tom —dijo ella en un susurro y lo cargó en sus brazos, fuera del bar, donde Bill aguardaba.
¡Bill! ¡Es una trampa! Gritó Tom en su mente.
—Creo que tu familiar también ha confirmado que Shermine y su clan poseen el “Black Grimoire”, Bill —dijo la mujer, dejando al felino en brazos del demonio.
Es cierto, Shermine le dio ese grimorio a su hermano. Adam Lambert, es su hermano, Bill. Agregó Tom en su mente, rogando con todas sus fuerzas que Bill lo entendiera.
—¿Es el que busco? —Preguntó el pelinegro, acariciando las orejas del gato.
—Contiene hechizos lo suficientemente poderosos como para matar a seres mitológicos, como semi–dioses —respondió Heidi—. Si lo tenemos en nuestro poder, podremos saberlo a ciencia cierta.
—Bien.
Ella quiere provocar una guerra de clanes, Bill. Tom volvió a gritar en su mente, pero parecía que él podía entender a Bill, pero no al revés.
—Habrá sangre, ¿lo entiendes, no? —preguntó la mujer, extendiendo la mano para acariciar el cuello del felino—. Tus seres queridos podrían morir.
Bill bajó la mirada al pelaje negro de Tom y respondió con frialdad—. No tengo seres queridos.
Tom alzó la cabeza y sus ojos se encontraron con los del demonio. Entonces lo entendió todo. Bill lo sabía. Sabía desde un principio que Lambert era hermano de Shermine y no le importaba iniciar una guerra de clanes en el aquelarre con tal de obtener el “Black Grimoire”.
¿Y qué pasó con eso de mantener el anonimato? ¿De no causar sospechas en el infierno? Preguntó mentalmente Tom, soltando un bufido que hizo reír a Heidi.
—Tienes un familiar muy temperamental.
—Sí, es único.
Se oyó un grito desde el bar y ambos entraron, encontrando un desastre en el salón principal, Ría tenía su hermoso y ajustado vestido lila, manchado de sangre y su familiar, yacía quieto en su regazo.
¡Mierda! Tom saltó de los brazos de Bill al suelo, comprobando que la gata estaba muerta. Maulló lastimosamente y la gente a su alrededor comenzó a murmurar. Tom no era un experto aún, pero pudo identificar palabras entre los murmullos, era un hechizo.
—¿Quién ha hecho esto? —Preguntó Heidi alzando la voz.
—No lo hizo a propósito. Fue un accidente —gritó Shermine, ocultando a Lambert a sus espaldas—. ¡Fue un accidente!
Los ojos de Ría brillaban de un color violeta intenso mientras se levantaba del suelo, con la gata en sus brazos—. La mató. Adam la mató.
El murmullo del hechizo de los presentes se extendió en toda la habitación, incluso Bill susurraba bajito el encantamiento. Tom observaba desde los pies del pelinegro como todos extendían las manos hacia Ría, compartiendo su poder con la víctima.
Shermine recitó unas palabras en un idioma extraño para Tom, quien abrió mucho los ojos al ver como había dibujos y símbolos que, de pronto, brillaban en la piel de la bruja, que se mantenía como escudo ante Ría y Lambert.
—No voy a dejar que lo maten. ¡Es mi hermano! —Gritó la chica.
Heidi intervino, alzando la mano, evitando que alguien hiciera el primer movimiento—. Él conoce las reglas, Shermine. Debe ser castigado.
—Pero… lo acabo de encontrar, no puedes quitármelo ahora —suplicó, sin perder el brillo violeta en sus ojos y en los símbolos grabados en su piel.
—Si lo ayudas, te declaras en rebeldía —agregó Heidi, con voz fría como el hielo—, y recibirás la misma suerte.
La mujer lentamente se alejó del cuerpo de Adam, quien temblaba al saber lo que le esperaba. Ría alzó sus manos, apuntando directamente al cuerpo de Lambert y recitó un hechizo mortal, su energía, más la de los presentes, golpeó de lleno en el hombre quien cayó fulminado. Segundos más tarde, el cuerpo de Ría colapsó.
¿Qué? ¿Qué le ha pasado a Ría? Preguntó Tom en su cabeza.
Notando la ansiedad del felino, Bill dijo a su mente. Ría ha muerto. Cuando un familiar muere por causas no naturales y el brujo cobra venganza, su fuerza vital se extingue y desencarna para acompañar al familiar al otro lado del velo.
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Media hora más tarde, Tom y Bill estaban en la habitación rentada del motel, el barbudo había recuperado su forma humana y se hallaba dispuesto a darse un baño cuando Georg entró en el cuarto, cayendo una vez más en la trampa anti–demonios que Tom había dibujado como protección.
—¿Por qué haces esto? —Preguntó el castaño, intentando salir del círculo bajo la alfombra, que Bill simplemente rodeaba.
—Protección —respondió Tom con una sonrisita de lado—. Y como venganza por llamarme bola de pelos.
El castaño mostró su sonrisa canalla y preguntó—. ¿Y cómo resultó todo?
—Excelente —contestó, dejándose caer a los pies de la cama, junto al demonio pelinegro—. Bill no tuvo que hacer nada.
—¿Cómo es eso? —Preguntó Georg y Tom relató los acontecimientos de la noche—. ¿Eso significa que tendremos cena para celebrar?
—Exacto —dijo Tom con una sonrisa—, pero antes, debo darme un baño porque esa mujer, Heidy, me acarició y no puedo quitarme esa sensación del cuerpo. Es como si una momia me hubiese tocado —se estremeció para probar su punto, haciendo reír a los otros dos—. Voy por una ducha. Georg, espero que no te falte ningún ingrediente, porque cocinaré algo maravilloso.
Cuando el humano se retiró, Georg arrugó el ceño mientras Bill bajaba la cabeza, y preguntó—. ¿Lo tienes?
—Shermine lo tiene, es un “Black Grimoire” —contestó Bill, alzando la vista para dirigirla a la puerta del baño, donde podían oír a Tom tarareando una canción de moda.
Georg siguió su mirada y preguntó—. ¿Le dirás la verdad? ¿Que poseí a Lambert para que matara a la gata de Ría?
—¿Quieres que le diga que tú y yo orquestamos todo, matando a Ría y su familiar, sólo para deshacernos de Lambert? —Negó con la cabeza—. Adam ni siquiera entendía el libro, habría sido más simple quitárselo, fingiendo que era un robo.
—Pero Heidi lo pidió y obedeciste —susurró el castaño—. ¿Hasta cuando seguirás con esto, Bill?
—Hasta que obtenga lo que necesito.
—Tom no es tonto —afirmó el castaño en un susurro—, te descubrirá, o alguien se lo dirá.
—Esperemos que lo sepa cuando no haya vuelta atrás —la respuesta de Bill fue fría, pero por dentro temía que las palabras de Georg se hicieran realidad, que alguien terminara contándole a Tom cuáles eran sus verdaderos planes.
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Cuando terminaron de comer, Georg se golpeó la panza, con una enorme sonrisa en la cara—. Mierda, Tom, te has lucido. No recuerdo haber comido algo tan delicioso ni cuando estaba vivo.
—Cocinar era uno de mis pasatiempos —comentó el humano, recogiendo los platos—, así que no hay problema.
—Es hora de que te vayas, Geo —mencionó el pelinegro—. Tom necesita descansar. Gracias por todo.
El castaño asintió y desapareció. Tom miró a Bill con el ceño apretado—. ¿Qué sucede?
—Creo que debemos hablar —Tom asintió, volviendo a su lugar en la mesa—. Después de esta noche, creo que es mejor que nos mudemos.
—¿A dónde? ¿A otro motel de mala muerte?
—No. A una casa. Creo que debemos tener un lugar sólo para nosotros. Un lugar donde podamos poner protección, un sitio alejado, pero más cómodo que un motel —respondió el demonio, notando como los labios del humano dibujaban una sonrisa—. ¿Qué?
—Un hogar. Tendremos un hogar —respondió Tom, ampliando su sonrisa.
Bill sonrió de vuelta y asintió—. Un hogar.
—Nuestro hogar.
& FIN &
Okey, se acabó esta temporada. Bill parece enamorado de Tom, pero le sigue mintiendo y guardando secretos, así que ¿qué tan sincero será su sentir?
Sé que muchos quieren saber qué pasó en el incidente. Bueno, eso lo sabremos en otra temporada cuando Tom se encuentre con Gustav y le cuente cómo ha sido su vida con Bill. Hasta entonces y muchas gracias por el apoyo y sus lecturas.
Ojalá la siguiente temporada venga pronto 😊😉
Lo sé, dan ganas de seguir leyendo, pero no la voy a subir hasta que esté terminada. Pero obviamente estarás invitada, por el mismo canal jajajaja
Mmm con razón se me hizo Muy rápido la eliminación de Adam cuando se suponía que el objetivo al inicio de Tom cómo gato sería el provocar la muerte de Adam y aquí él casi no intervino..
Ría, Shermine, Adam..joder Mizu que en verdad nos pusiste puras víboras, brujas y la mayor Heidi.. cryyyyy
Hogar y varías habitaciones que inagurar «cejas» XD
See you en la siguiente etapa ❤️
Mi querida Ady, lo mejor aquí es que pude decirles brujas a todas y con razón jajajajajaja. Es cierto lo de Adam, todo tiene un motivo y Bill lo tiene claro, es Tom quien sigue sin saber con certeza qué está pasando, pero lo averiguará. Como dijo Geo, Tom es listo y tarde o temprano se va a enterar de los planes de Bill, al igual que ustedes, porque yo los tengo muy claros jajajajajaja.
La siguiente temporada será traviesa, de esas que te gustan a ti, así que a esperar que pasen las fiestas para que la puedas disfrutar. Besos.
Todo el asunto de Lambert era una vil treta, me intriga saber porque hicieron eso y porque Bill continua mintiendole a Bill. Finalmente van a dejar de vivir en moteles y se mudaran a una casa. Ya quiero leer la nueva temporada.
Saludos 😊
Mi querida Mimis, todo se va a saber en su momento, por ahora lo importante era que Tom y Bill se vayan a un lugar para ellos. Y que Tom aprendiera magia
Estoy emocionada con esta serie y de verdad quiero que les guste lo que tengo planeado. Besos.