«I need you» Fic de Millah
Capítulo 5: Reconquista
La mujer se puso de pie y se cruzó de brazos, el comentario de Tom no le había gustado para nada -no he venido a verlos porque no he tenido tiempo, y además ustedes también pueden ir a visitarme…a mi y a tu padre.
-No tengo tiempo mamá, lo sabes.
-Marla podría llevar a los niños.
-Ja…ella menos- dijo saludando a sus pequeños.
-No creo que estudie los fines de semana.
-Ya te enteraste…- resoplo.
-Si, el niñero me lo contó -dijo mirando con desprecio al pelinegro.
Tom no le dio importancia a lo que su madre decía, saludó a Bill y le preguntó como había estado su día. En respuesta recibió un «excelente», una gran sonrisa y una invitación a tomar un café acompañado por el pastel que él y Charlize habían preparado. El de rastas asintió ansioso y le agradeció por dedicarles ese tiempo a sus hijos, cuando su obligación era solo cuidarles.
-Creí que no eras un sirviente-le recordó la mujer.
-Para usted no…para mi jefe, por supuesto que si- el sonrojo de sus mejillas no pasó desapercibido por ninguno de los dos.
La mujer le lanzó una mirada asesina, pero se molestó más al ver que su hijo reía con todo descaro. Entonces no hizo más que recoger su bolso y salir de la casa sin despedirse.
Tom dejó de reír al verla molestarse y le siguió, pero luego se escuchó un portazo y el rubio entró en la cocina cabizbajo, preocupando al pelinegro.
-Lo siento Tom, no fue mi intención hablarle así.
-No tienes nada de que disculparte, seguramente te estuvo molestando todo el rato que estuvo aquí ¿no?
-Pues…- no quiso seguir con la respuesta.
-¿Qué tal si te sientas a tomar un café conmigo? así te cuento lo que pasa.
Sería muy tonto si no aceptaba, en segundos puso dos tazas y preparó el café, repartió el pastel y le sirvió un poco de leche a la pequeña, que les acompañaba en la mesa, haciendo al de rastas suspirar ante las tiernas atenciones.
Empezó contándole acerca de su familia. Su padre, un hombre bueno, tranquilo y muy callado. Su madre, ella era un caso muy especial, le explicó que era una buena mujer solo que hecha a la antigua, a ella le costaba aceptar los cambios bruscos, era una mujer seria pero en el fondo muy sentimental, y lo principal para ella era que su hijo y Marla estuvieran juntos para siempre pues no había mejor ejemplo para sus hijos que el de una familia unida y feliz. Bill comprendió la situación y comprendió también que mientras trabajara allí tendría que soportar a Marla y ahora también a la madre de Tom.
-¿Cómo se llama ella?, no me lo dijo, bueno, en realidad no nos presentamos.
-Simone, y mi padre Jörg.
-Al principio creí que era la madre de Marla, por su carácter… son muy parecidas.
-¿En serio? Ja ja ja, ya verás que cuando te conozca bien cambiará, mientras…tendrás que armarte de valor -suspiró el de rastas.
-Que extraño que alguien como ella tenga un hijo tan dulce y tierno como tú…- la sangre se le subió a la cabeza en el instante en que se dio cuenta de lo que había dicho.
Tom sintió sus mejillas arder pero no se dio cuenta de que Bill ya había tomado su bolso y había corrido a la salida.
-¡Bill…espera!- le gritó para detenerle.
-¡Me tengo que ir… a estas horas las calles son muy peligrosas!- se excusó mientras corría a la calle.
-¡El pastel estuvo delicioso!-Tom se quedó parado en el umbral viéndole correr, sonriendo ante la extraña situación. Sin duda algo en el pelinegro le cautivaba, le gustaba pasar tiempo con él, contarle sus cosas y escuchar las de Bill, ya se consideraba su amigo, su buen amigo.
Volvió a la cocina y terminó de limpiar, luego llevó a sus hijos arriba, los bañó y los llevó a la cama, Nicholas fue el primero en quedarse dormido y Charlize le esperaba por el cuento de cada noche. Pero esa noche no fue de cuentos, la pequeña le pidió a su padre que hablaran de Bill y él aceptó encantado.
-Papi ¿por qué Bill se fue corriendo?- preguntó la niña acomodando su almohada.
-Amm, bueno…tenía algo que hacer…
-Me gusta que él nos cuide, siempre nos trata bien y nos hace reír.
-¿Si?…él es muy…especial.
-¿Billy es un ángel? -se incorporó en la cama para quedar frente a su papá.
-¿Un ángel?… no creo abejita, aunque… podría ser…- la volvió a acostar sonriéndole y guiñándole un ojo.
-Yo quiero que se quede aquí para siempre.
-Pues a mi también me gustaría que se quedara, pero eso es algo fortuito.
-Él es mejor que mamá.
-No digas eso cariño, mamá nos quiere, es solo que…- suspiró- mejor duérmete, mañana tienes escuela, buenas noches cariño -le besó en la frente, la arropó y salió de la habitación, volviendo a suspirar al cerrar la puerta.
.
Los días pasaron rápido y el lazo de amistad entre Bill y Tom se iba fortaleciendo cada vez más. Sin darse cuenta se entregaban a juegos inocentes, sonrisas y coqueteos inconscientes, para ellos nada malo, pero para Marla que ya se daba cuenta a pesar del poco tiempo que pasaba en la casa eso estaba sobrepasando su limite, los celos ya le carcomían por dentro y sentía que algo parecido al «afecto» se estaba desarrollando en su interior. Preocupada porque creía que Bill le robaría al padre de sus hijos decidió comenzar su reconquista, pues a pesar de como ella era tenía miedo de quedarse sola.
Decidió comenzar por el plato fuerte, el sexo. Esa noche esperaría a su abandonado hombre y le daría una cálida sorpresa. Llegó temprano de la universidad y le ordenó a Bill que vigilara que Cherlize no se metiera en su habitación y que acostara a Nicholas antes de que Tom llegara, así no tendría que preocuparse él y tendría todo el tiempo para Tom.
Pero Bill no era tonto y se daba cuenta de los planes de Marla, sabía que tramaba reconquistar a Tom y eso…eso no le gustaba para nada. Aunque no quisiera, él sentía celos y le dolía saber que sus sentimientos tendrían que morir con él, pues ni en sus más fantasiosos sueños Tom le daría una oportunidad.
-Será difícil que se quede dormido, aun es algo temprano…
-Bueno, entonces te quedas con él en su habitación hasta que lo haga- le volvió a ordenar.
No le quedó más que acatar esa orden, dio de comer a ambos y dejó a Charlize en su habitación viendo la tele, mientras bañaba al niño e intentaba hacerlo dormir. Después de media hora el bebé dormía plácidamente y entonces pudo ir a acostar a la pequeña.
-¿Por qué mi mamá llegó temprano hoy?
Bill miró a la pequeña, no sabía que responderle- estaba cansada cariño, ahora a dormir.
-¿Me leerás un cuento? -le pestañeó tiernamente.
-Está bien, pero deberá ser uno corto ¿si?, me tengo que ir pronto…
La niña asintió, se acomodó en su cama y puso atención al cuento que Bill le iba a leer.
Tom llegó a la casa y Marla ya le esperaba parada en el umbral de la puerta. Él la miró extrañado y por la forma en la que ella le miraba pensó que le daría un buen sermón, jamás se imaginó lo que le tenía preparado. Al subir los escalones y quedar frente a frente le dedicó una extraña sonrisa, la que al principio le asustó pues ella no reía nunca, al menos no en la casa, y la hacía ver un tanto diabólica, como si algo estuviera tramando y casi desmayándose cuando le tomó suavemente del brazo y le llevó hasta la cocina, allí le hizo sentarse y en silencio le sirvió una taza de café y le atendió como lo hace una buena esposa. Tom observaba todo con la boca abierta, asombrado de que Marla incluso le echara el azúcar a su taza de café y la revolviera hasta sacarle una suave espuma. Luego de servirle a Tom ella tomó su lugar a su lado y le volvió a dedicar una inocente sonrisa. Entonces el rubio ya no pudo más.
-¿Marla estás enferma? -preguntó un tanto asustado.
Ella solo sonrió y negó con la cabeza -no cariño…no estoy enferma, quiero decirte algo.
-«¿Cariño?… ¿me llamó cariño?, oh Dios esto ya me está aterrando» -pensó nervioso.
-¿Estás bien Tom?- preguntó al verlo pálido.
-Bien, si…bien…- carraspeó su garganta -¿me querías decir algo?
La mujer tomó las temblorosas manos del rubio y las apretó suavemente, luego le miró directo a los ojos y otra vez le dedicó una extraña sonrisa -quiero que volvamos a empezar.
-¿Empezar?… ¿empezar qué? -preguntó confundido.
Marla soltó sus manos y acercó su asiento más cerca al de Tom – lo nuestro, nuestra vida de pareja… se que es algo repentino pero me he dado cuenta de muchas cosas y he llegado a la conclusión de que no «puedo» perderte… es decir no quiero perderte.
-Marla… ¿qué está pasando?
-Nada Tom, solo quiero que me des una segunda oportunidad, eso es todo… aun me mas ¿no?
La respuesta que ella esperaba tardó en llegar, de hecho nunca llegó. Tom se levantó, se apoyó en la pared y suspiró -el amor no se pude mantener si es solo uno el que ama, por ti solo siento afecto, pero amor… el amor ya no…
Rápidamente se levantó de su silla y corrió junto a Tom, le calló poniendo un dedo en sus labios para que no dijera nada más -sshh, no digas más… solo dame otra oportunidad y verás como vuelves a amarme de nuevo.
Quitó el dedo de sus labios y se acercó lentamente para posar los suyos en los de Tom, al principio él no respondió al beso pero luego se dejó llevar, esa era un maravillosa sensación que no experimentaba hacía mucho tiempo y cuando sintió que ella profundizaba el beso metiendo su lengua ya no pudo más, cerró sus ojos y sin pensarlo bajó sus manos hasta el trasero de la mujer y comenzó a masajearlo.
-«Que fácil es»- pensó mientras sonreía escondida en el hombro del rubio» -puedo hacer con él lo que quiera, no me costará nada».
Las manos de Tom seguían masajeado las nalgas de Marla, hasta que sintió que su entrepierna comenzaba a ponerse dura -escucha, es mejor que no sigamos…tengo que terminar una maqueta y…uumm
Marla puso una mano sobre la notoria erección de Tom y comenzó a acariciarla – tienes tiempo de sobra para terminar tus maquetas, esto solo durará unos pocos minutos.
La voz suave con la que le susurró le hizo estremecer, necesitaba tanto hacerlo, hacía tiempo que no tenía sexo y de verdad lo deseaba, aunque todo estaba pasando demasiado rápido.
Un suspiro que se le escapó hizo que Marla sonriera y siguiera adelante, desabrochando su pantalón para llevar a cabo su plan. Al ver lo que ella quería hacer Tom la detuvo, pero no porque no quisiera, después de todo ella era su mujer, la madre de sus hijos y no era malo que deseara hacer el amor con ella.
-Espera…aquí no.
-¿Quieres ir arriba? -preguntó sonriéndole desde abajo.
-S…si…
Al segundo se vieron corriendo escaleras arriba, desnudándose en el camino, dejando la puerta entre abierta y cayendo a la cama devorándose desesperadamente.
El plan había resultado tal como Marla lo había planeado, las ropas tiradas en el piso y la puerta entre abierta para que los gemidos se escucharan mejor, eso tendría que ser suficiente para que Bill tomara conciencia de que Tom jamás podría ser suyo, la paranoia de Marla ya no se detendría hasta sacar al pelinegro de su casa y de la vida de su «familia», especialmente de la de Tom.
Continúa…
Como siempre les digo, muchas gracias por leer y comentar.
Siento mucho ser tan poco explayada pero aunque no lo crean soy una mujer de pocas palabras en cuanto a algo que no tenga que ver con fics XD.
Besos
No puedo con lo mala q es Marla 😰
Ya me enamoré de la ternura de Bill y Tom con los hijos. Gracias por este fic.
Esa Marla es una pesadilla. Ya duermanla.
Marla es una mujer egoísta me dan más pena sus hijos 😞😞