«I need you» Fic de Millah
Capítulo 6: Un día inesperado
Al ver que Charlize se había quedado dormida, la arropó y salió de la habitación, iba a revisar que Nicholas estuviera tapado pues era muy revoltoso al dormir, pero al salir de la habitación los ruidos provenientes de la de Tom le detuvieron. Caminó por el pasillo mirando la ropa tirada en el piso, viendo temeroso que era la ropa de ambos, sin poder evitarlo se asomó cuidadosamente y sintió como sus ojos se humedecían y su garganta le dolía al ver a Tom sobre Marla, gimiendo con cada envestida, casi estallando de placer. La escena le hizo sentir miserable y tonto, ¿cómo podía sentirse triste por esa escena, si lo mejor que podría pasar sería una linda reconciliación?, además él solo sentía atracción por Tom, nada más que eso…pero al ver esa escena deseó con toda su alma estar en el lugar de ella, estar bajo Tom sintiendo su calidez. Entonces tuvo que hacer un esfuerzo para no llorar y se alejó lentamente de aquella habitación.
Tragó saliva para alejar la molestia en su garganta, no podía llorar por una simple atracción… o talvez… talvez se sentía algo más que atraído por él, quizás estaba enamorado. Negó con miedo ante ese pensamiento, solo una vez se había enamorado pero de eso hacía mucho tiempo y ni siquiera sabía si había sido amor de verdad pues nunca había sentido nada comparado con lo que sentía cada vez que miraba a Tom. Ya no pudo escuchar más los gemidos escandalosos de la mujer y decidió que era mejor marcharse de una vez.
No podía conciliar el sueño y esa noche no había nada bueno en la tele que le ayudara a alejar ese penoso recuerdo, intentaba cerrar los ojos para quedarse dormido pero a los pocos segundos los abría pensando en eso y para su desgracia otro pensamiento le comenzaba a molestar.
-«Tom no es lo que yo creía, según él con Marla ya no había nada…y apenas ella se le lanza él no tarda en llevársela a la cama. Es un mentiroso»- se removía en la cama, no podía estar tranquilo -«pero eso no debería importarme, ella es su pareja, la madre de sus hijos… y yo no siento nada por él…no puedo sentir algo por Tom, no debería, pero él es tan increíble, Tom… Tom… mi amor»
Como de costumbre Bill ya estaba puntualmente en la casa, abrió la puerta y caminó hasta la cocina para dejar su bolso pero se extrañó al no ver a nadie ahí y una taza de café fría sobre la mesa, subió para ver a los niños y se encontró con Marla poniéndose sus altos zapatos de tacón en el pasillo.
-Bill- le llamó sonriéndole – los niños aun duermen, Charlize no irá a la escuela hoy y Tom no irá a trabajar.
-¿Por qué?- se tomó la libertad de preguntar.
-Porque yo lo digo, no los despiertes, yo me voy a la universidad cuando Tom se levante atenderá a los niños… puedes irte a tu casa- le dijo mientras bajaba para salir.
El pelinegro no dijo nada, bajó a la cocina y tomó su bolso, se iría a casa pues nada tenía que hacer ahí por esa vez. Pero de camino a la salida la voz de Tom le llamó.
-¡Bill!… ¿a donde vas?
El aludido volteó y vio con sorpresa que su jefe solo llevaba unos boxers bastante ajustados y nada más -a c…casssa – respondió nervioso.
-¿Hoy es tu día libre?
-No, Marla me dijo que me fuera, que tú te encargarías de los niños.
-Como, ¿Charlize no fue a la escuela?
-No, aun está dormida y Niky también, ella me pidió que no los despertara.
-Bueno…supongo que por un día no pasa nada, ni yo fui a mi trabajo hoy.
-«Supongo que la fabulosa noche que pasaste te dejó exhausto»- pensó alzando una ceja -Bueno yo me voy, hasta mañana.
-¡Espera!…no te vayas, quédate a hacerme compañía.
Bill se detuvo en el momento mismo de escuchar eso, se mordió el labio e intentó no sonrojarse ni decir algo vergonzoso.
-¿Te quedas?- preguntó el rubio al verlo callado.
-Ok- contestó por fin con una sonrisa tonta.
-Genial, me doy una ducha y luego bajo para que desayunemos juntos.
Subió las escaleras y Bill salió disparado a la cocina para que cuando bajara Tom encontrara todo preparado.
En su alcoba el rubio se vestía sencillamente como siempre pero perfumándose sin saber para qué si no saldría de la casa, secó sus rastas, las tomó en una cola y bajó para desayunar.
-Bill, yo iba a servir el desayuno -protestó quitándole la cafetera- tu siéntate que yo te atenderé esta vez.
Bill no rechistó, se sentó y esperó su taza de café.
Unos minutos después ambos disfrutaban de una entretenida conversación, hablaban de los niños, del trabajo, de la familia, incluso de amores pasados, pero todo cambió cuando Tom mencionó el nombre de Marla, Bill se quedó en silencio y él notó su molestia, acababa de arruinar un lindo momento mencionándola a ella.
-¿Te molesta que hable de Marla?
-No, por su puesto que no… ¿por qué habría de molestarme?- negó sabiendo que se le notaba a metros.
-Si, tienes razón, no hay ningún motivo…- los ojos del rubio brillaban.
No sabiendo como continuar la conversación, Tom abordó el tema del pago de Bill, pensando que le alegraría, le dijo que le daría un bono extra por lo bueno que había sido con sus hijos pero no vio ninguna sonrisa en los labios del pelinegro. Su expresión era extraña, como si estuviera triste y molesto a la vez.
-¿Te parece bien?
-No es necesario que me pagues extra por quererlos -le dijo totalmente serio.
-No…yo no quise decir… ¿los quieres?
-Es muy fácil querer a esos angelitos si son iguales a t…
-¿A quien?…- le insitió a seguir ilusionado.
-En fin- suspiró nervioso -me voy, gracias por el desayuno.
-¿Te vas tan pronto?- preguntó levantándose de golpe- podrías quedarte a comer con nosotros, yo cocino.
¿Por qué Tom estaba siendo tan amable con Bill? eso ni él mismo lo sabía, de repente se sentía impulsado a no dejarlo ir, le gustaba pasar tiempo con él pero ahora sentía como que se ahogaba en esa casa estando sin Bill, talvez se había acostumbrado a él, se cuestionaba por qué después de lo ocurrido con Marla no pensaba en ella como debía de ser sino que pensaba en él, así recordó que mientras le hacía el amor a ella se imaginaba que lo hacía con Bill, no sabía por qué simplemente cerró sus ojos y se dejó llevar imaginando que a quien besaba y a quien abrazaba era a él, al pelinegro que le miraba curioso quizás preguntándose en que demonios pensaba su jefe y por qué ponía cara de tonto mientras le miraba y le sonreía dulcemente, Tom no tiene respuesta para nada, solo que al despertar lo primero que llegó a su cabeza fue Bill.
-¿Tom?… ¿estás bien?
-¿Te quedas a comer?- volvió preguntar sonriéndole ampliamente.
Ante esa sonrisa dulce, ¿quién se podía negar? – me quedo, gracias.
Los niños despertaron al poco rato y ambos estaban felices de ver a su padre en casa, Bill se encargó de ellos como de costumbre mientras Tom decidía que cocinar. Al final se decidió por pasta, lo más fácil pero era lo que más delicioso le quedaba y sabía de sobra que a su hija le encantaba.
Tom les llamó cuando todo estuvo listo, dejaron de jugar en la terraza y entraron encontrando que nada estaba servido en la mesa.
-Hoy comeremos en el comedor, no en la cocina como lo hacemos siempre -les informó tomando a Nicholas en sus brazos -hoy tenemos un invitado especial.
-Oh, pues entonces será mejor que me vaya- dijo el pelinegro.
-Pero si tú eres nuestro invitado especial- le dijo Tom con una sonrisa cautivadora.
Bill sintió que flotaba en una nube esperando que «especial» significara mucho mas para Tom.
Cuando terminaron de comer a Tom se le ocurrió que pasar el resto del día en casa sería muy aburrido, así que ideó pasar el día en la playa. Le pidió a Bill que vistiera a los niños con sus bañadores mientras él preparaba un picnic y en menos de dos horas ya estaban disfrutando de la brisa del mar.
Tom no recordaba la última vez que estuvo así con su familia, les veía jugar tranquilamente bajo la supervisión de Bill… por momentos hasta pensaba que le venía muy bien el papel de madre -«¿de madre?…naaa, debo estar loco, pero es como si lo fuera y me gustaría que… no, ya deja de pensar estupideces Tom » -negaba sintiéndose ridículo. de pronto el llamado de Charlize le sacó de sus pensamientos.
-¡Papá ven a jugar con nosotros!
Corrió al lado de sus hijos y tomó a Nicholas para que Bill pudiera descansar un rato -descansa, yo cuidaré de los niños.
-Estoy bien, pero aprovecharé de dar una caminata.
-¿Solo?
-Si, pero si quieres que no…
-Oh no, solo no te alejes mucho por si te necesito…
Le vio alejarse, no pudiendo evitar fijarse en el contoneo de sus caderas, suspirando al imaginarse caminar junto a él tomados de la mano -ya basta Tom, deja de pensar en eso que tu ya tienes a Marla y debes conformarte con ella -se gruñó a si mismo, dándose cuanta de que Charlize le miraba extrañada al verlo hablar solo, sonriéndole sonrojado.
Y como era de esperarse el tiempo se pasó volando y el sol ya se había metido, cuando Bill volvió de su caminata Tom ya tenía todo guardado y solo le estaba esperando a él.
-Lo siento, es que me quedé observando la puesta de sol…-se disculpaba preocupado.
-¡Bill! cálmate, no es el fin del mundo… pero si puedes cargar a Nicholas te lo agradecería mucho- le dijo ofreciéndole al pequeño.
-Se quedó dormido, estaba muy cansado el pobre- dijo acunándolo en sus brazos y dejando un suave beso en su frentecita.
Tom quedó cautivado por esa tierna escena, nunca desde que su hijo había nacido vio a Marla tratarle con tanto amor. Fue entonces que se acordó de que pronto llegaría a casa y sería mejor llegar antes que ella o estarían en serios problemas.
Continúa…
Besos!!!