«Reverse II» Fic de Alter Saber
Capítulo 44: Destino
«Ni aun permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede escapar el hombre a la sentencia de su destino»
– Esquilo de Eleusis
La partida de Jake había sido tan repentina y desastrosa que aun mi mente no lograba procesar con exactitud, la rapidez con la que sucedieron los eventos; sin embargo, si de algo estaba seguro, era que el motivo por el que tuvimos que partir de manera tan repentina a Venecia; fue en si la razón del asesinato de nuestro amigo.
No se trataba de un evento, sino de un «Alguien»; la pregunta es:
– ¿De quién se trata?
De momento no había logrado entablar una conversación con Jörg, para conocer los pormenores del viaje, y lo que estaba sucediendo en esos días; pero, aunque no deseara admitirlo; la verdad era que me preocupaba de sobre manera el bienestar de Tom y Bill, es decir, sí ese Tipo estaba en Frankfurt y llego hasta los extremos de matar a Jake, se trataba de alguien sumamente peligroso; de repente, un pensamiento fugaz, atravesó mi cabeza…
– ¿Stuttgart?
¿Acaso el responsable del estado tan precario en el que Tom llego, había dado con su ubicación y ahora le quería de nuevo?
Ingresé a mi casa, y segundos después, repare en el hecho que no tenía mi celular por ningún lado; recordé de inmediato que antes del entierro, le había pedido el favor a Tom de que lo guardara en su saco; dado que el mío carecía de algún bolsillo y no me gustaba dejarlo en alguna sección del pantalón, porque ya en dos ocasiones, se me habían caído.
Decidí ir hasta la residencia de los Trümper; el día de mañana retornaba a la Universidad y debía contactar a mis compañeros para informarme de los avances que se realizaron en mi ausencia.
Tomé uno de los vehículos que estaban dispuestos en el parqueadero y emprendí el trayecto; mientras transcurría el tiempo, por algún motivo que desconozco; una extraña sensación se instauro en mi pecho; algo me decía que un escenario catastrófico estaba tomando lugar…
– ¡TOM!
Acelere cuanto pude, sino me accidentaba era de milagro; porque la velocidad desmesurada a la que iba podía matarme en segundos si chocaba con alguien, pero, no me importaba; esa desesperación e histeria que estaban recorriendo las fibras de mi cuerpo, me alteraron en gran medida; yo, nunca he sufrido de crisis nerviosas, pero, al parecer, estaba por tener una.
Llegué al lugar, baje del auto y corrí hasta la entrada…
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo…
¿Cómo era esto siquiera posible?
Sin excepción alguna, todos los empleados estaban en el suelo, parecían ¿Noqueados?
Dios, que se tratara de eso…
Divise a unos cuantos y revise sus pulsaciones; de hecho, sólo se encontraban en un estado de sueño programado; alguien tuvo que inducirles una sustancia que los adormeciera…
Empecé a buscar a Jörg y Clarise; ambos se encontraban sobre el sillón del salón; me alegro saber que sus signos vitales estaban intactos; procedí a llamar al Hospital para informar la situación; por más que su estado no era grave, ellos debían ser revisados por personal médico para descartar cualquier contratiempo.
– Hospital General de Frankfurt; habla con Heidi, dígame, ¿Cuál es su emergencia?
– ¡HEIDI!
– ¿Andreas?
– Sí, sí, sí, soy yo.
– ¿Qué paso?
– Necesito que me hagas un favor.
– ¿Si?
– En la residencia de los Trümper se desplego un agente volátil cargado de «Melatonina» (Sustancia que induce el sueño) y hay más de 20 víctimas que se encuentran en un estado de letargo.
– De inmediato enviare personal para allá. ¿Alguna ambulancia? ¿Hay heridos?
– Si, envía paramédicos.
– De inmediato.
– Gracias, Heidi.
– No agradezcas, Andy.
No sabía la situación de Tom o de Bill, pero, esas sensaciones que provocaban una asfixia temporal, no podían significar otra cosa; ellos no se encontraban bien…
Corrí escaleras arriba, me detuve frente al cuarto de Bill; abrí la puerta con decisión, esperando lo peor, pero, no observe nada. Fui hasta la habitación de Tom y…
¡Dios!
¿Qué rayos había sucedido?
¿Por qué Tom estaba en el suelo?
Su aspecto…
Es como si…
¡NO!
Me rehusó a creer esto, ni de coña.
¡Tú no puedes irte antes que yo!
Eso nunca, rastafari asqueroso.
Me acerque a él; revise sus pulsaciones; sus signos vitales eran demasiado débiles, su corazón parecía moverse con mucha dificultad; escasamente respiraba…
Intente practicarle RCP, pero, él no reaccionaba…
Mi vista se enfocó hacia un lado y me fije en aquella jeringa que se encontraba dispuesta al lado del cuerpo de Tom…
Ese color tan particular, me sonaba de algo…
¿En dónde había visto una sustancia con ese pigmento?
Tan rosado, rayando al fucsia brillante…
Esperen…
¡Por favor!
Que no se trate de eso…
¿Cuánto tiempo habrá pasado desde su inducción?
¡SANTO DIOS!
Fui hasta la cocina y subí con una botella de agua; lo único razonable que podía hacer en esos momentos, era suministrarle agua para evitar la propagación de esa sustancia por todo su organismo; era más que obvio que había conseguido anestesiar su cerebro, pero, ¿Acaso ya había llegado hasta sus neurotransmisores?
Escuché como la puerta de la entrada se abrió con fuerza; baje y me encontré con el personal atendiendo la emergencia; divise a uno de los colegas con el que suelo compartir turno…
– ¡MARK!
– ¿Andy? Dios, ¿Estás bien?
– Si, si, si, por favor, ven, Tom…
– ¿Dónde está?
– Subiendo las escaleras, tercera planta.
Mientras Mark iba a atender a Tom; empecé a buscar a Bill; revise las habitaciones, los salones, los despachos y las zonas de descanso; pero, no lo encontraba por ningún lado…
Mi mente insistía constantemente en un detalle que no deseaba estructurar; no obstante, las circunstancias actuales no me daban para otra cosa que no fuera eso…
¿Acaso ese «Alguien» venia por Bill?
¿Se lo llevo?
Cuando Tom despierte, va a desear morir antes que hacer algo al respecto…
¡MALDICIÓN!
¿Qué carajos estamos pagando?
¿Cómo es que todo se fue a la mierda en cuestión de días?
Primero Jake, después los Trümper y ahora la desaparición de Bill…
Observé como Mark, bajaba el cuerpo de Tom con mucho cuidado, corrí hasta él y lo aborde:
– ¿Cómo está?
– Necesitamos intervenirlo de inmediato; al parecer, se inyecto un compuesto letal.
– ¿Tiopental sódico?
– Creo que se trata de eso; sus signos indican que en efecto ingirió esa sustancia.
– Mark, te lo dejo a ti; a penas rectifique que todos aquí están bien, iré con Tom, mantenme informado de alguna anomalía ¿Si?
– Claro Andy, creo que estamos a tiempo.
– Lo estamos.
No quería pensar en otra cosa; Tom iba a salvarse, punto.
Mi cabeza no podía creer lo contrario, él no se iba a ir de mi lado de esta manera…
Cuando despierte, se va a enterar que es lo bueno.
Vi que Jörg y Clarise, como casi la mayoría de los empleados ya estaban despiertos, me acerque hasta ellos…
– Jörg, Clare, ¿Cómo se encuentran?
– Andy, Cielo, ¿Dónde están mis hijos?
– Clare…
– ¿Qué? ¿Dónde está Tom? ¿Y Bill?
– Tom va de camino al hospital.
– ¿Qué? ¿Qué le paso? ¿Está bien? Andy, dime que está bien, dime que mi bebé se encuentra bien.
– Si Clare, tranquila, sólo que es necesario hacer revisiones.
– ¿Y Bill?
¡Mierda!
¿Cómo carajos se suponía que tenía que decir esto?
– Lo lamento, pero, no lo sé.
– ¿Cómo que no lo sabes?
– Yo llegue y los encontré en ese estado; llamé al Hospital para que vinieran a revisarlos, pero, por más que busque, no encontré a Bill en ninguna parte.
Tras esa aseveración, Jörg y Clare empezaron a recorrer toda la casa; corrían de un lado a otro y le ordenaron a sus empleados que les ayudaran a encontrar a Bill…
Yo, sólo esperaba en la sala…
Sabía que no darían con él, por el simple hecho que, Bill no estaba en casa; aun asi, fui hasta su cuarto por segunda vez, y me fije en el hecho que su ropa faltaba; es más, ninguna de sus pertenencias se encontraban allí…
No, no, no…
Esperen…
Bill no haría eso…
Él no se iría por voluntad propia
¿Verdad?
Minutos después, tanto Jörg como Clare entraron a la habitación y se percataron de que sus pertenencias no se encontraban…
Clarise se tiro al suelo y comenzó a llorar desconsolada, gritaba una y otra vez su nombre y yo sólo pude ir hasta ella; la abrace y trate de reconfortarla un poco. Jörg, tomo su celular y marco de inmediato:
– ¡GATES! ¿QUÉ PUTAS ESTÁ SUCEDIENDO AQUÍ? ¿DÓNDE ESTA BILL?
– Lo lamento Señor, pero, aun no logramos encontrar a Blake.
– ¿Cómo es esto posible, ah? Ese infeliz estuvo en MI CASA, vino y nos inmovilizo a todos; hirió a Tom y se llevó a Bill…
– Señor…
– Nada Gates, será mejor que soluciones esto, porque de lo contrario, te juro que no respondo.
– Sí, señor.
Jörg comenzó a caminar de un lado a otro, se veía furioso, era como si un aura oscura rodeara todo su ser; vi como su puño impacto con la pared, repetidas ocasiones…
Sus nudillos estaban sangrando, pero, él no se detenía; Clarise se levantó y fue hasta él…
– ¡Suéltame! Déjame solo…yo…no merezco…mis hijos…
– Ya, ya, todo va a estar bien, tú no eres culpable de nada.
– Clarise…
– Lo vamos a solucionar, te lo aseguro.
Ambos se fundieron en un abrazo conmovedor; sabio de sobra que Clarise no podía ver descompuesto a Jörg; en este tipo de situaciones, ella tomaba el rol dominante y se encargaba de mantener a Jörg concentrado…
Era obvia la carga que residía sobre sus hombros; él, al parecer, intento detener al sujeto, pero, no pudo contra él y ahora, uno de sus hijos está desaparecido y el otro en la camilla de un Hospital.
Les dije que se sentaran en la cama de Bill, mientras les llevaba alguna bebida que les ayudara a calmar un poco los nervios; bajé y fui hasta la cocina, prepare el Té y subí de nuevo.
– Aquí tienen.
– Cielo, gracias.
– No te preocupes, no es nada, Clare.
– Me refiero al hecho que gracias a ti, Tom está bien, tú lo encontraste y llamaste a todos para que nos atendieran.
– Ummm.
– Gracias, Andy.
– No me agradezcas, cualquiera hubiese hecho lo mismo por ustedes.
– ¿Andreas?
– Dime, Jörg.
– ¿Viste algo inusual cuando llegaste?
– A excepción del estado en que se encontraban; la verdad no; el cuarto de Tom está desarreglado, es como si hubiesen discutido…
– ¡BASTARDO INFELIZ!
– ¿Qué?
– No, no me refiero a ti…
– ¿Quién es, Jörg? ¿Acaso esa persona es la responsable del viaje y de la muerte de Jake?
Jörg se detuvo a pensar por un momento, como si analizara los pro y contra de darme aquella información…
– Mira Jörg, sí no deseas hacerlo, entiendo; pero, ¿Si llego a encontrármelo?
– Tienes razón; es sólo que es un tema un tanto delicado…
– Sí, yo…
Nuestra conversación fue interrumpida por el sonido de mi móvil; revise el procedente y me di cuenta que se trataba de Mark:
– ¿Bueno?
– Andreas, sólo llamaba para informarte que logramos detener la expansión del Tiopental; por fortuna, ese sedante no llegó hasta sus neurotransmisores.
– ¿Habrán secuelas?
– Mareos, una ligera amnesia, pero nada que perdure.
– Gracias a Dios; Mark, te debo una enorme.
– No te preocupes, es mi trabajo.
– Igual, gracias hermano.
– Si.
– Hablamos al rato.
– Tom está en la sala de observación del piso cuatro.
– Entendido.
Finalicé la llamada y un profundo alivio se apodero de mi cuerpo; por lo menos, ya sabía que él iba a estar bien…
El Tiopental sódico es uno de los componentes que se utilizan para conformar «La inyección letal»; una de las tantas maneras en las que el Gobierno decide acabar con la vida de aquellos presos que reciben la pena de muerte; en sí, la sustancia es un anestesiante que llega con facilidad al cerebro y su efecto más directo; es la desconexión de la conciencia; sin embargo, cuando esta se aplica en dosis superiores a los 2mg/Kg del peso corporal; las consecuencias pueden ocasionar el deceso del individuo; de allí que el tiempo de inducción sea tan relevante.
Por lo general, se requieren de unos 25 minutos para que la sustancia se propague por todo el cuerpo y alcance los neurotransmisores; que son los encargados de las funciones motoras del individuo; por ende, sí se logra detener la expansión del químico, pero este alcanza aquellos receptores; la persona podría terminar con una parálisis que le induciría a un estado de coma inmediato.
No existe manera de recuperar las funciones motoras del organismo, una vez, el Tiopental sódico llega hasta la parte más profunda del cerebro.
Al parecer; habían pasado sólo unos minutos desde la inducción de la sustancia…
Algo me decía que la decisión de Tom había sido catalizada por Bill, es decir, que él se sacrificó para mantenerlo con vida…
¡Por todos los dioses del Olimpo!
Tom no aprendía…
Siempre con ese sentido de justicia como si él fuera alguna especie de Héroe.
Su conducta sólo me ratificaba que en verdad, Bill representaba mucho más que su propia existencia…
Estaba demasiado Jodido por ese Muñeco artesanal.
Una voz me saco de mis deducciones temporales:
– ¿Andy?
– Oh, lo siento. ¿Me decías?
– ¿Cómo está mi bebé?
– Tom se encuentra estable, al parecer la sustancia no logro propagarse.
– ¿Sustancia?
– Sí, él se inyecto algo conocido como «Tiopental sódico», uno de los componentes empleados para estructurar la inyección letal.
– ¿QUÉ? No, no, no, eso no es posible. Tom no haría algo como eso, ¿Verdad que no, Jörg?
– Depende.
– ¿Qué?
– Yo pienso igual. Clare, sí el secuestrador estuvo aquí y amenazo la vida de Bill; es más que lógico establecer el curso de acción de Tom…
– Dios…
– Tú sabes cómo es él; además, para nadie es un secreto que él está muy enamorado de Bill; bueno, si su sacrificio no lo comprueba, no sé qué más pueda hacer…
– Sí, t-tienes razón.
– ¿Y bien Jörg, vas a decirme?
– Siendo muy breve; el chico se llama «Blake Straw»; es uno de los traficantes de droga más reconocidos de Alemania; podría decir que domina el sur del país, y tiene puestos de control en otros territorios extranjeros. Él vivió en Stuttgart, en la zona restringida para ser exactos.
– Espera, espera, ¿Me estás diciendo que Tom lo conoció en los Barrios Bajos?
– Eso me temo, Andreas.
– P-Pero, él me lo prometió…
– ¿Disculpa?
– Antes de irse a Stuttgart; le hice prometer que por nada del mundo iría hasta los Barrios Bajos; Tom nunca ha roto ni uno solo de los pactos que hemos hecho…
– Lo que yo pienso, es que, él no fue por voluntad propia; aun no logro saber qué fue lo que en realidad sucedió; pero, lo que si se, es que Blake trabajaba de la mano con un tipo llamado: Karl Docson.
– ¿Quién es?
– Otro problema infernal. Él manejo el Bronx por años, siendo tan solo un niño, gobernó la zona más temeraria de New York.
– ¿Y cómo se relaciona con Blake?
– Bueno, al parecer, Karl domina Stuttgart y Blake era algo así como su mano derecha; por la información que tengo, Karl está detrás de Tom, pero, no conozco aun los detalles exactos.
– ¿Y su relación con Bill?
– Blake se fue de Stuttgart, en el mismo periodo en el que Tom regreso a Frankfurt…
– O sea que, ¿Tom los traiciono o algo así?
– Quizás, no lo sé…
– ¿Blake llego a Sacramento?
– Exacto, al parecer quería hacerse con la red de esa ciudad para gobernar esa súper potencia; conoció a Bill en la Academia y se obsesiono con él, al punto en que casi lo viola…
– ¿Cómo? No, no puede ser, pero…
– El punto es que este chico tiene un problema mental serio; quiere que Bill le pertenezca o algo por el estilo; incluso, asesino a Simone para alcanzar su cometido.
– ¿Qué? Pero, ¿Acaso no se había suicidado?
– Eso creíamos, pero, la autopsia demostró lo contrario…
– ¡Hijo de perra!
– Sí, Andy; sólo puedo decir que el pasado de Tom es clave para desmantelar todo esto; pero, él se rehúsa a confesar algo.
– Tratare de dialogar con él.
– Andreas…
– La vida de Bill está en juego; Tom tiene que entender eso.
– ¿Iras al Hospital?
– Si claro, ya mismo. ¿Ustedes?
– Tengo que entrar en contacto con mis hombres y estar al frente de esto para dar con el paradero de Bill; Clarise irá conmigo, estará más tranquila a mi lado. Le ordenaré a Gates que envié unos hombres hasta el Hospital para que se cercioren de que este tipo no llegue hasta Tom.
– Está bien, los mantendré informados.
– Gracias Andreas.
– Por enésima vez, no hay nada que agradecer.
– Está bien, ten cuidado ¿Si?
– Claro.
Salí de esa casa con innumerables cuestionamientos que atormentaban mi cabeza:
1. ¿Qué llevo a Tom a involucrarse con gente tan peligrosa?
2. ¿Cuál era el verdadero motivo por el que Blake regresó?
3. ¿Bill se había ido con él por voluntad propia?
4. ¿Quién le informo a Blake del paradero de Bill?
Es decir, si Bill fue acosado por él, al punto de imponer una orden de caución en su contra; es más que obvio que los que conocieran su ubicación en Sacramento, no iban a dársela a Blake…
¿Entonces?
Hasta donde tengo entendido, Bill sólo habla con una chica de su Facultad; conoce a Rick y a mí, pero, no se ha involucrado con alguien más…
¿Si el delator es de aquí, que razón tendría para…?
¡Cómo un demonio!
¡Puta de mierda!
No podía ser otra…
Dios, ¿Cómo no lo vi antes?
Llamé a Rick y le informe la situación; primero le explique un montón de veces que Tom se encontraba bien; su reacción era algo normal; con lo de Jake, cualquiera actuaria así; logre convencerlo y le pedí que fuera en mi lugar al Hospital para que acompañara a Tom, mientras yo, tomaba rumbo a la casa de esa maldita infeliz.
¿Cómo no se me ocurrió antes?
La persona que contactó a Blake, debía saber tanto la relación de Tom como la de Bill con ese sujeto; pero, para acceder a tal información, los recursos son algo vital; el dinero era necesario y claramente, ella lo tiene y por montones…
Además, la razón que la motivo a cometer semejante estupidez, era en sí, un argumento más carente de sentido que el anterior; ella seguía dolida por el rechazo de Tom; al verlo con Bill, su indignación paso a ser humillación, y ya que no pudo conseguir lo que quería, decidió vengarse.
Con una mujer tan peligrosa como ella, me dan ganas de volverme homosexual; al parecer, entre hombres no haríamos algo tan estúpido como eso.
Es que, no era normal.
Una persona en sus cincos sentidos jamás haría algo tan descabellado como ofrecer en bandeja de plata la víctima, que el opresor busca…
¡Sólo un enfermo lo haría!
Pero, Anna me iba a escuchar…
¡Por Dios Santo que lo iba a hacer!
Aparqué en su residencia, camine con tranquilidad, toque la puerta y esperé a que me abrieran; sólo unos minutos después, uno de los mayordomos me atendió y me llevo hasta un despacho, en donde respiraba con impaciencia, la entrada triunfal de la responsable de este cataclismo…
– ¿Andreas?
– No, tú padre, ¿No te jode?
– Oye, oye, calma. ¿Por qué tanta hostilidad? ¿Acaso te hice algo?
– Oh, no, para nada, no directamente.
– ¿Entonces? No me digas que vienes para que te brinde mis servicios; Andy no creí que fueras un hombre tan atrevido, tendré que reconsiderarte…
– ¿Le llamas servicio a algo que das gratis? Jajajaja, por Dios, hasta las prostitutas tienen más dignidad que tú.
– A ver, bájale a la revolución, ¿A qué viniste?
– Quiero que me digas, ¿Dónde demonios esta Blake Straw?
Describir la manera en la que el rostro de Anna se descompuso de inmediato; me dio a entender que ella por más que había planeado los detalles de la llegada de aquel sujeto; al parecer, no midió mucho las consecuencias…
¿Pensó que nadie se enteraría?
¿De verdad era tan ingenua?
– Por tu rostro, debo decir que sabes exactamente de lo que te estoy hablando ¿Verdad?
– ¿Y? ¿Qué con eso?
– Anna, Anna, creí que tenías más cerebro… ¿Qué piensas que pasara cuando los Trümper se enteren de todo lo que hiciste y que gracias a tu berrinche, uno de sus hijos está muerto?
– ¿Qué?
– Tom está muerto; Blake lo mato.
Esa mentira iba a darme todo cuanto necesitaba; por más que ella odiara a Tom por lo que le hizo; su obsesión trascendía a algo más; y por la forma en la que sus mejillas se llenaron de lágrimas, comprobé mi teoría…
– ¿Qué pensaste? ¿Qué Blake vendría los asustaría y se largaría en paz? A ver niña, ¿Sabes de donde viene ese chico? ¿Tienes idea de lo que es capaz un animal como él? Anna, ese sujeto no conoce el significado de la palabra: «Compasión», y aquí, la única responsable de que Tom no esté con nosotros, eres tú.
– P-Pero, yo no, es decir, yo…
– ¿QUÉ? ¿Tú cerebro no te dio para más? ¿No podías simplemente dejar a Tom en paz y resignarte que fuiste una más? ¿No se supone que te llueven hombres? ¿Por qué no te quedaste…?
– ¡PORQUE NINGUNO DE ELLOS ES TOM! ¡POR ESA SIMPLE RAZÓN!
¡Dios!
La tipa estaba jodida, pero, en alguna parte del camino, su amor se desvió en un deseo incontrolable de tener aquello que no puede poseer; al parecer, Anna nunca había sufrido un rechazo y menos del primer hombre que logro captar su entera atención…
– Anna, ¿Qué culpa tenia Tom de eso, ah? Ahora, Bill está desaparecido…
– ¿C-Cómo?
– Si trajiste a Blake hasta aquí, es porque sabias de sobra que él acosaba a Bill; oye, de verdad, me estoy empezando a preocupar, ¿No pensaste en las consecuencias de tus actos cargados de egoísmo y prepotencia?
– ¿Desaparecido?
– Blake está obsesionado con Bill; Tom murió al defenderlo y como resultado de ello; él no está. Por eso, necesito que me digas todo lo que sabes…
Anna tomó asiento, se quitó el rostro de lágrimas que quedaba en sus ojos y suspirando varias veces, comenzó:
– Y-Yo le pedí a uno de mis investigadores personales, que me diera información sobre la vida de Tom y Bill. Al comienzo, no habían detalles que me llamaran la atención, pero, al final me di cuenta de que ellos se cruzaban en un punto en común; al parecer, Blake conoció a Tom en Stuttgart y a Bill en Sacramento…
– ¿Qué decía el informe de la relación de Blake y Tom?
– Nada especifico, sólo que Blake era el Jefe de Tom; y que éste era dueño de una red de narcotráfico.
¿Jefe?
Ahora sí que me siento perdido…
Tom, ¿Qué demonios hiciste en esa ciudad?
– ¿Y con Bill?
– Bueno, decía que la madre de Bill había colocado una orden de restricción en contra de Blake por intento de violación.
– ¿Cómo te contactaste con él?
– Llamé a mi investigador y le pedí que me averiguara su número; cuando lo conseguí, sólo lo llame y le hable de ellos dos; basto mencionar a Bill para que él decidiera venir hasta aquí.
– ¿Pagaste todo?
– Si, incluso, cambiamos su identidad para que no hubiese rastro de él y así el Sr. Trümper no pudiese detenerlo.
– ¿Qué paso después?
– El llego, nos conocimos y le di la información de todos ustedes…
– ¿Con ustedes te refieres…?
– Jake, Rick y tú.
Calma Andreas, respira, toma aire, no puedes matarla, ella es lo único que tienes para dar con el paradero de Bill; luego te harás cargo de su estupidez, pero ahora tienes que concentrarte en tu tarea.
Anna es la responsable de la muerte de Jake, pero, si él estuviese aquí junto a ti; te diría que usaras tu cerebro y trataras de buscar la mejor solución…
¡No le puedes defraudar!
– O sea que, ¿Nos metiste en la boca del lobo?
– Blake dijo que sólo conversaría con ustedes…
– Si por «conversar» te refieres a asesinar, pues sí que lo hizo.
– ¿C-Cómo?
– Blake mato a Jake; hoy fue su entierro.
– Y-yo no lo sabía, Andreas…
– Mira no digas nada, que al igual, tus putas palabras me valen una condenada mierda. ¿Qué sucedió luego de eso?
– Blake se fue a dialogar con Rick y Jake, porque se enteró de que ustedes estaban en Venecia.
– ¿Y qué más?
– Él llego en compañía de dos hombres del Sr. Trümper y ammm…
– ¿Qué?
– Ellos estaban en la cabaña que mis padres tienen en la frontera de la ciudad, entonces, yo le dije que en el baño había una baldosa que estaba suelta y que eso era un conducto para escapar…
No sabía si Anna era estúpida o brillante; planear todo esto para vengarse, pero, no medir las consecuencias; es cómo no tener la habilidad de dimensionar lo que puede suceder luego de una decisión critica…
¡Es falta de carácter!
– ¿Y luego?
– Me envió un texto, diciendo que estaba en la casa de los Trümper…
– ¿Y?
– No se ha vuelto a comunicar.
– Bien, esto es lo que harás, vas a llamarlo y le vas a preguntar dónde está y lo pondrás en altavoz.
– P-Pero, ¿Qué le voy a decir?
– Sólo le ofrecerás tus servicios; sí el sigue aquí, necesitara de tu ayuda para irse.
– Ok.
Me fije en el número que marcaba; aproveche para guardarlo en mi agenda electrónica; escuchaba los timbres del móvil, pero, no había respuesta…
Intento tres veces; y tan sólo hasta la cuarta llamada, logró contactarle…
– ¿Blake?
– No señorita, está equivocada.
– ¿Cómo?
– Un joven alto y acuerpado me regalo este celular.
– ¿Ese chico iba solo?
– No, iba con una chica muy linda.
– ¿Hace cuánto le regalo ese celular?
– Como una hora, jovencita.
– Ok, gracias.
¿Una chica?
Definitivamente se trataba de Bill…
¡Qué fácil era confundirlo con una mujer!
Bien, esa acción me demostraba algo relevante…
Blake no era estúpido; buscaría salir de Frankfurt sin levantar sospecha; pero, si deseaba regresar a Sacramento, tendría que ir al Aeropuerto y ese lugar esta petadisimo; la gente de Jörg está por todo el sitio…
¿Entonces?
– Andreas…
– Nada Anna, ya te dije que es mejor que no pierdas tu tiempo dándome explicaciones. Por tu culpa, perdí a dos de mis amigos en menos de tres días; y ahora Bill está a la merced de un monstruo sin alma…
– ¿Se lo dirás a los Trümper?
– Ellos tarde que temprano se enteraran, pero, no por mi boca.
– ¿No se los dirás?
– Que te hundas, no es mi problema.
– G-Gracias.
– Si, como sea, me largo.
– ¿Andreas?
– ¿Qué?
– ¿Cuándo enterraran a Tom?
Aunque se tratara de una mentira, ¿Esta mujer era retrasada? O sea, ¿Lo ama o lo odia? ¿Cuál de las dos?
– No lo sé.
– Oh.
– Adiós.
– C-Claro.
Salí de ese lugar lo más rápido que pude; me asfixiaba respirar el mismo aire de alguien como ella…
Por su estupidez, todo se había ido al caño en cuestión de días…
Sé que Tom ha sido una mierda con las mujeres; pero, si hay algo que debo reconocerle, es que él nunca las ha ilusionado; él las deja decidir, no les promete nada, ni las lleva a la cama con trucos; él siempre ha sido muy directo al respecto; el que Anna haya confundido todo, no es culpa de él…
Claro está que eso de que «No se enteraran de mi boca» es una basura total; había grabado toda la conversación que tuve con ella; esa era la evidencia que necesitaba para implicarla como cómplice en el asesinato de Jake, la agresión de los Trümper y el secuestro de Bill.
¡Por nada en el mundo la iba dejar irse así tan fácil!
Ella no tiene ni idea de con quien se ha metido; aunque su familia es adinerada y poderosa; no se compara en nada a la influencia que posee Jörg; no sólo en la jurisdicción de Frankfurt; sino en toda Alemania; él tiene contactos que pueden aplastar el pequeño reino que los Heithworth han estructurado; y se iba a desmantelar, no les quedaría nada…
¡No íbamos a mostrar compasión!
Salí de la casa, tome mi móvil y le llame de inmediato:
– ¿Jörg?
– Si, Andreas, ¿Sucedió algo? ¿Tom está bien?
– Oh, sí, te llamo por otra razón.
– Dime, hijo.
– Acabo de hablar con Anna Heithworth, tengo una grabación donde confiesa todos los movimientos que hizo para traer a Blake; incluso, conseguí el número del bastardo ese, pero, al parecer no es tan animal como creí; le regalo su móvil a un tipo de la calle; lo único de todo esto, es que confirme que sí iba con Bill.
– ¿Hace cuánto sucedió eso?
– Una hora.
– ¿A dónde crees que se dirige?
– Sacramento está descartada, él no ira al Aeropuerto, debe de saber que ese lugar está vigilado, entonces, quizás tomo alguna flota o bus para irse a una ciudad cercana, mientras todo se calma; no lo sé, quizás, ¿Stuttgart?
– No, eso no es posible. Él sabe que si va para allá, este tipo Karl lo va a asesinar.
– Entonces, no lo sé…
– Pero tu argumento no es del todo descabellado, quizás, si fue por una flota o tren. Abarcaremos esa zona, también.
– Claro.
– En cuanto a Anna, simplemente, no le dejare ni siquiera un lugar donde sentarse.
– Lo sé, Jörg.
– Estamos en contacto.
– Sí, señor.
¿No lo había dicho ya?
Jörg es un hombre de cuidado; tiene un corazón inmenso, pero, cuando se trata de sus seres queridos, puede convertirse fácilmente en un ser despiadado; de allí, esa esencia tan salvaje de Tom…
En sí, le dije a Anna que no develaría nada, sólo para no colocarla en sobre-aviso; necesitamos que siga creyendo que nadie sabe que está involucrada; para que no pueda tomar medidas preventivas; y aplastarla cuando menos se lo espere.
Me acerque al auto, abrí la puerta y estaba por ingresar; cuando de repente, vi que dos tipos salían corriendo de la propiedad de Anna…
¿Y si eran colegas de Blake?
No me detuve a pensarlo, salí tras de ellos:
– ¡OIGAN! ¡OIGAAAN!
Ambos me vieron, y corrieron más rápido; tuve que emplear la escasa habilidad física que tenía para alcanzarlos y tirarme sobre ellos; aunque, tenía que reconocer que eran rápidos, ¿O yo era muy lento? En fin, tras una corta pero sustanciosa persecución, logré abalanzarme sobre ellos:
– Dios, pesas, pesas, quítate de encima rubio.
– No hasta que me digan, ¿Quiénes son?
– ¿Quién eres tú para empezar?
– Yo pregunte primero.
– ¿Eres algún tipo que trabaja para esa «Anna»?
– ¿Qué? No, no lo soy.
¿Conocían a Anna?
Ok.
Quizás, no eran enemigos.
Me quite de encima, los ayude a levantarse y cuando menos pensé, estaban corriendo de nuevo…
¡MALDICIÓN!
– ¡Hey! Esperen, que yo no trabajo para ella, soy su enemigo.
Ambos se detuvieron en seco ante mi aseveración y como si mi respuesta los hubiese aliviado; empezaron a recobrar su aliento…
– ¿Cómo se llaman?
– Georg Listing.
– Gustav Schäfer
– Soy Andreas Rub, ¿Qué hacían en la casa de Anna?
– Nos tenía secuestrados.
– ¿Qué?
– Si, ella quería evitar que encontráramos a nuestro amigo.
– ¿Amigo?
– Bill Kaulitz.
Pero, que vueltas da la vida…
– ¿Bill? ¿El chico con aspecto afeminado?
– Si, ese, ese, espera, ¿Lo conoces?
– Jajaja, claro que sí. Él vive en la casa de Tom.
– ¿Conoces a los Trümper?
– Sí, soy el mejor amigo de Tom.
– ¿Hablas en serio? ¿No estás jugando con nosotros?
– No, claro que no.
Les enseñe mi celular con varias fotos que corroboraban lo que les estaba diciendo…
– Pero, ¿Qué hacen aquí?
– Vinimos por Bill.
– ¿Por lo de Blake?
Ambos se miraron entre ellos, y asintieron de inmediato:
– Si, si, si, ¿Sabes algo? ¿Dónde está Bill?
– Esperen, ¿Vinieron desde Sacramento para ayudar a Bill?
– Claro que sí, él es como un hermano para nosotros.
– Además, le prometimos a Simone que lo cuidaríamos.
¡Vaya!
Al parecer el muñeco tenía dos tesoros en su vida…
– Puedo entenderlos, yo haría lo mismo por Tom.
– Gracias, pero, ¿Sabes algo?
– Si, y ammm, esto es difícil, pero, les diré la verdad.
– No, por favor, no.
– Bill fue secuestrado por Blake.
El rostro de ambos chicos se desfiguro en una mueca de dolor; sólo pasaron unos segundos para que sus ojos se llenaran de ese líquido acuoso tan particular; podía congeniar con su sufrimiento; se sentían desechos…
– Yo, lo siento, decirles las cosas así como así; pero, el padre de Tom tiene gente muy preparada, buscándolo por todas partes; lo encontraremos.
– ¿Y Tom?
– Él está en el Hospital.
– No me digas que…
– Si, salió lastimado, pero ya se encuentra bien; de hecho, voy de camino, ¿Quieren venir?
– ¿Podemos?
– Claro, los amigos de Bill, son mis amigos, vamos.
– Gracias.
En el camino, los chicos me informaron a detalle todo lo que Bill había tenido que soportar con Blake; me parecía irreal la historia que estaba escuchando; no sólo el asesinato de su madre, sino que el acoso de ese animal, fueron las razones para escapar de Sacramento.
¡Dios!
Sentía respeto por Bill, ¿Cómo puede sonreír de esa manera tan pura, después de sufrir tanto?
Ese chico valía oro.
Georg me informo como habían dado con Anna y las cosas que ella les había dicho…
¡Por todos los santos!
A esta mujer la tenía que revisar un especialista; estaba loca; sí Bill o Tom se llegan a enterar de que es la responsable de todo; no dudaran en asesinarla, estoy tan seguro de ello.
Por eso prefiero que sea Jörg quien maneje esta situación; con eso, ellos no se incriminaran y tendremos revancha.
Llegamos al Hospital; fuimos hasta la sala de observación e ingresamos de inmediato; Tom estaba despierto y hablaba con Rick; cuando me vio, se quedó observando a los chicos que iban detrás de mí…
¡Por un instante, no pude contenerme!
– Tienes un puto segundo.
– No tengo nada que decir Andreas, sólo hice lo que creí correcto, no me arrepiento de nada; no había más opciones.
– Bah, si te pones así de serio, no puedo regañarte.
– Lo lamento.
– ¿Te encuentras bien?
– Si.
– ¿Recuerdas todo?
– Si.
– ¿Dolor en la cabeza?
– No.
– ¿Alguna parte de tu cuerpo que se sienta pesada?
– No, ninguna, todo bien.
– Ok, creo que no habrá secuelas.
– Eso parece.
– Tom, ¿Qué fue lo que paso?
– Antes de eso, ¿No estas siendo grosero?
– Oh, sí, Dios, ¡Qué vergüenza! Tom, Rick; ellos son Georg y Gustav, los amigos de Bill.
Los ojos de Tom se abrieron con mucho asombro, pero, de inmediato, su rostro se ensombreció por completo…
– Ellos vinieron porque se enteraron de que Blake estaba en Frankfurt.
– Perdón, ¿Vinieron para ayudar a Bill?
– Si Rick, para eso vinieron, sólo que hubo un percance y no lograron llegar a tiempo.
Le había pedido a los chicos que no mencionaran el asunto de Anna; eso sólo lograría alterar a Tom, y era lo que menos necesitábamos en esos momentos.
– Y-Yo, no tengo palabras para…sólo, lamento no poder cuidar de Bill.
Todos nos quedamos en silencio; Tom en verdad estaba destrozado, se podía notar todo el dolor que sentía en esos momentos…
– No tienes por qué disculparte, tú te pusiste en riesgo por él; es más, deberíamos ser nosotros quienes te pidiéramos perdón por no poder hacer nada, Tom.
– Él…
– Bill está bien; él no es tan débil como parece, logró sobrevivir a años de persecuciones por parte de Blake; él sabe cómo manejarlo; es muy inteligente, él encontrara la salida, es astuto, igual que Simone.
Tom sólo se quedó petrificado ante esa respuesta, pero, por unos instantes, su rostro pareció relajarse un poco…
– Bien, y ¿Qué tenemos?
– De momento nada Tom, es decir, sólo sabemos que Bill desapareció y tu padre lo está buscando por todas partes.
– Ummm, Blake es muy listo, él no ira a un lugar público; tratara de camuflarse, pasar desapercibido; incluso, podría quedarse unos días aquí en Frankfurt, esperando que todo se calme y luego largarse.
– ¿Crees que volverá a Sacramento?
– Puede ser.
– No de hecho, no creo que ese sea el caso.
– ¿Por qué no Georg?
– Él dijo que tenía ganas de regresar a su ciudad.
Tom salto de la camilla de inmediato, se quitó todos los cables que lo conectaban con los medicamentos e iba a salir corriendo; tuve que tomarlo por la espalda y tranquilizarlo…
– ¡Tom! Cálmate, espera, no puedes irte así.
– ¿No entiendes? Dios, si Bill llega allá, lo van a matar, si se enteran que está relacionado conmigo…
– Tom, cálmate, tú padre me dijo que eso era imposible.
– ¿Por qué?
– Porque al parecer un tal Karl está esperando a Blake en Stuttgart para cobrarle una traición o algo así.
– ¿Karl?
– Si.
Tom se calmó por un momento, y empezó a dar vueltas por el cuarto; estaba analizando las posibilidades, encontrando la ruta; cuando de repente, el móvil de Georg sonó; el reviso su celular y su reacción fue tan desconcertante…
Dejo caer su teléfono al suelo y se llevó las manos al rostro; Gustav se asustó de inmediato y al recoger el móvil y vislumbrar lo que fuera que tenían en frente; palideció…
Me acerqué a ellos; le quite el móvil de las manos, y revise el mensaje que aparecía en pantalla:
«¿A dónde puede huir un lobo cuando no tiene manada que lo proteja? Quizás, volver a su madriguera parezca el lugar más apropiado, y si va en compañía de una hermosa oveja, el sacrificio está más que asegurado, ¿No lo crees, Geo?»
Dios…
¿Acaso necesitábamos más confirmación que esa?
¡Estábamos en serios problemas!
Bill de verdad corría un peligro enorme…
¿Cómo iba a sobrevivir?
– ¿Andreas? ¿De qué se trata?
– Ammm…
– ¡Andy!
– Tom, lo siento, pero no creo que sea prudente decirte ahora…
– ¿QUÉ COSA? HABLA COMO UN DEMONIO.
– Tom, no…
– SINO LO HACES TÚ, LO HAGO YO.
– Está bien, está bien.
– ¿Qué paso?
– Bill está en Stuttgart.
F I N
¡Llegamos al final de la segunda parte! Algo corta, pero sustanciosa e informativa.
Deseo seguir construyendo éste Universo que he creado para ustedes.
Con Amor, AS ♥♥