III Reverse 61

«Reverse III» Fic de Alter Saber

Capítulo 61: Amenaza

«Un brindis por el horror en el que estoy metido, Por los chicos malos y los buenos,

¡Por el monstruo que he sido! Tres hurras por la tiranía,

Por la apatía de la que no me arrepiento, Y es que no hay forma de que yo,

Regrese de nuevo» 

My Chemical Romance (Sleep)

.

¡Blake! ¡Blake! ¡Blake!

Era lo único que mi cerebro podía procesar en esos momentos…

La fuerza con la que me había abrazado, en verdad, me desconcertó; aun cuando él no deseara reconocerlo, la realidad era que no estaba preparado para dejar este mundo…

Sin embargo, no dudo un sólo instante en sacrificarse para proteger a Bill; él lo amaba, a su extraña manera, pero lo hacía…

Cuando solté su agarre, corrí tan rápido como pude hacia Andreas y Bill; los obligué a seguirme, y sin mirar atrás una sola vez, ingresamos de nuevo a la casa de Black; quizás, era el lugar más seguro en el que podíamos estar en estos momentos.

No obstante, mi mente y en sí, la escasa humanidad que tengo, me repetían una y otra vez, que Blake estaba muerto; que yo, no había podido hacer nada para impedirlo; sólo huí de allí, dejándolo completamente solo, aun cuando él fue capaz de arriesgar su vida para brindarme una nueva oportunidad en Venecia.

¡Miserable!

Eso era, una persona sin escrúpulos, no merecía nada de lo que tenía; él no debía morir a manos de un ser tan despiadado como Jared…

¡No era justo!

Al entrar a la casa, perdí la fuerza en mis piernas y como en mucho tiempo no lo hacía; deje de reprimir mis sentimientos…

¡Explote!

Gritaba y lloraba sin control alguno; me sentía tan desdichada, no sólo había dejado que lo exterminaran; sino que, ahora, la vida de Tom, Bill, Andreas, Karl y Black, estaban en un peligro inminente.

Por lo poco que Karl nos había contado sobre Jared; sabía que, él no tenía comparación alguna, ni siquiera Tom seria oponente; o bueno, eso es lo que el escenario actual presenta.

Desconocía los alcances de Jared; él había asesinado a sus padres de una manera macabra y cruel; abandono a Karl a su suerte a los 4 años, y asesino tantas personas en su camino, que me es imposible siquiera darles una cifra a sus víctimas…

Pero, ¿Por qué había regresado?

¿Acaso estaba decidido a acabar con Karl de una vez por todas?

¿Qué era lo que el realmente quería?

Si la estancia de Jared en Stuttgart era permanente; bien podíamos irnos despidiendo de todo el plan que se había estructurado; a menos que todos vayamos en su contra, la verdad, me resulta imposible creer que puede ser vencido.

No obstante, pensar en una alianza es algo absurdo, es decir, Tom jamás aceptaría entrañar una relación pacifica con Karl y viceversa; pero, ¿Qué otra opción tenemos?

Las lágrimas continuaban inundando mi rostro, no podía tranquilizarme, mi cabeza daba tantas vueltas en esos instantes, que sentí una punzada de locura sobresalir; hasta que, vi como esos brazos acobijaron mi delicado cuerpo, y en un gesto de completa complicidad; sus manos me escondieron en su pecho, y acariciaban de manera tan sutil mis cabellos…

Era Andreas…

Su corazón latía con fuerza, podía escuchar el palpitar acelerado…

Él me hizo sentir en paz…

– ¡Shhh! Tranquila, todo está bien, no llores ¿Si?

Sus palabras venían a mi como pequeños susurros, capaces de inyectar tanta plenitud a mi ser que, me aferre a él…

Su silencio, me reconfortaba.

Andreas tenía esa hermosa característica de saber, cuando hablar y cuando es prudente callar…

Era, simplemente, un hombre maravilloso.

¡Eres tan distante e inalcanzable!

Porque, sólo me bastaba entrar en contacto con esa piel blanca y llena de tatuajes, para sentirme cerca de su ser…

– Richelle…

Mi nombre saliendo de esos labios rosados y tan provocativos…

– ¿Ummm?

– ¿Te sientes mejor?

– S-Sí.

– Eso, me tranquiliza, ya estaba empezando a perder la cabeza.

– ¿Cómo?

– Si tú te enloqueces, nosotros podemos darnos por muertos, ¿Entiendes?

¿En serio?

¿Era su supervivencia lo que le preocupaba y no mi sufrimiento?

Andreas…

– O sea que, me consolaste para que no fuera a dejarlos solos o algo así…

– Sí lo dices de esa manera, suena feo.

– Suena feo, porque es ¡Terrible!

– Parece que alguien ha recuperado su espíritu…

Tras soltar aquellas palabras; el rostro de Andreas formó una resplandeciente sonrisa, tan pura y genuina; que me obligaba a doblegarme ante semejante paisaje…

Sus palabras en ocasiones eran las correctas, sus acciones algo particulares, pero siempre correctas; sus gestos inocentes y en sí, su ser, tan sublime como un ente celestial.

No deseaba admitirlo…

Simplemente, no quería ser consciente de mis sentimientos…

¿Por qué anhelar aquello que ni en sueños podrás tener?

Mejor, continuar así…

– Yo, quiero hacer algo…

– ¿Qué cosa?

– Estoy segura de que Jared dejo el cuerpo de Blake en la calle.

– Richelle…

– Por lo menos…

– Está bien, ¡Vamos!

– No, no, no, tú te esperas Bill, ¿Y si ese tipo sigue ahí?

– Andy, ¿Prefieres que acaben con el cuerpo de Blake o qué?

– P-pero…

– ¡Nada! ¡Vamos, Richelle! Al menos, merece ser enterrado como un humano, o ¿Acaso olvidas que estamos vivos gracias a su sacrificio?

– No, no lo olvido.

– Entonces, andando.

Si de algo estaba sorprendida, era de la reacción de Bill…

A pesar de haber observado todo con sumo detalle, él, en ningún momento se vio conmovido, ni mucho menos perturbado por la muerte de Blake…

¿Él se estaba contaminando?

Salimos de la casa de Black y nos cercioramos de que Jared no estuviese por ahí…

En efecto, el cuerpo de Blake se encontraba en medio de la calle…

Entre Andreas y Bill, lo cargaron y lo llevamos hasta un terreno desértico cerca de la casa de Black…

Con apenas las uñas, cavamos lo que más pudimos para depositar el cuerpo allí…

Cuando lo cubrimos por completo, yo, eleve una oración al cielo, pidiendo por su redención…

– Blake, si de algo estoy segura, es que quizás, tú nunca pudiste percatarte del enorme corazón que tenías; tus acciones no fueron del todo justificables, pero, tu sacrificio, me ha salvado por segunda vez…

¿Cuántas vidas piensas regalarme, ah?

Ojalá, donde sea que estés, encuentres la paz que siempre deseaste, mi hermano.

Andreas se mantuvo en silencio…

Iba a dar por terminada aquella intervención, hasta que lo escuche…

– Y-Yo te perdono, Blake.

La voz de Bill parecía estar a punto de quebrarse…

Su rostro contenía con todas sus fuerzas las ganas de llorar su muerte…

¿Sólo estaba evitando derramar las lágrimas?

¡Qué inocencia!

Nos quedamos por un tiempo más allí y luego, regresamos a la casa de Black. Los eventos habían variado circunstancialmente; debía avisar a Tom de lo sucedido y a Karl; él tenía que saber que Jared venia en su búsqueda…

– Bien chicos, escuchen.

– ¿Si?

– El tipo que asesino a Blake; se llama Jared, es el hermano mayor de Karl.

Sentí como la atmósfera del lugar se tensiono…

Ambos cambiaron su respiración…

¡Estaban alterados!

– Lo sé, la situación nos está jugando en contra; por lo poco que pudieron observar, Jared es alguien de sumo cuidado, incluso, peor que Karl; no tiene comparación.

– Pero, ¿Por qué aparece hasta este momento?

– No lo sé, quizás, venga por Karl.

– Tom debe saber esto.

– Si, por eso, mientras yo voy con Karl a averiguar los motivos de Jared; tú, ve con Tom.

– ¿Yo?

– ¿Quieres que envié a Bill donde Kong?

– Pero…

– ¡Andreas!

– Si, si, ya sé…

– Bill, tú quédate aquí, hasta que regresemos.

– E-Está bien.

– Tranquilo, nada va a suceder; si Black regresa, él no va a tocarte, ni mucho menos a lastimarte, así que, no hay nada de qué preocuparse…

– Ok.

– Van a comerme…

– ¿Qué?

– De seguro, cuando me vean, saltaran encima de mí y me devoraran, como si fuera carne fresca…

– ¿Andreas?

– Jamás llegare hasta el depósito de Kong…

– ¿De qué hablas?

– Van a torturarme y todo por mi rostro, porque ni el estilo más salvaje me quitaría la inocencia de la cara…

– ¿Se te zafo un tornillo?

– Seré asesinado…

– ¡ANDREAS!

– ¿Qué?

– Ya, detente, me vas a poner los nervios de punta con todas las estupideces que estas soltando.

– ¿Estupideces? Mi vida puede acabarse en un instante, ¿Lo sabias?

– Andreas, no seas exagerado, caminaremos juntos hasta la entrada que divide las dos zonas…

– No te creo.

– Es la verdad, no dejaría que pasearas por un lugar tan peligroso, tu solo; además, sólo conoces la zona alta, por eso te digo que vayas.

– Bien…

– Avísale a Tom de la muerte de Blake y de la aparición de Jared.

– ¿Estás segura?

– ¿De qué?

– ¿Blake?

– Ummm, igual, tiene que enterarse; no sabemos qué tan implicado estaba Blake en su plan…

– Entiendo.

– Entonces Bill, nos vemos en unas horas, ¿Si?

– Si.

– Por ningún motivo vayas a salir de aquí.

– No lo haré, Andy.

– Porque si lo haces, te perderás, y si te pierdes, pueden asesinarte, y si te asesinan, Tom, nos mata a nosotros, ¿Entiendes?

– Si, si, ya, váyanse.

– Ok, cuídate, por favor.

– Andreas…

– Ya voy.

Salimos de aquella casa, y empezamos a caminar; no sabía cómo decirlo, sin que lo malinterpretara, pero, necesitaba hacerlo…

– ¿Andreas?

– ¿Si?

– G-Gracias.

– ¿Por?

– Consolarme.

– Ah, eso, no fue nada, no te preocupes, sigo odiándote a muerte.

– Jajaja, ¿En serio? Yo diría que no.

– Pues no te hagas ilusiones, Rubia.

– Como digas, Andy.

Mientras esperaba la típica replica por su parte, él sólo se quedó observándome y asintió en respuesta…

¿No iba a regañarme?

– ¿Iras con Karl?

– Si, debo advertirlo.

– Ummm…

– Pero, no te preocupes, no pienso exponer a Tom.

– ¿Qué? Oh, no, no pensaba en nada de eso; sólo que, deberías ir con cuidado, si Jared está allá, las cosas pueden ponerse algo feas…

– ¿Estas preocupado por mí?

– No.

– Jajajaja, no sabes mentir, estás preocupado, ¡Que tierno!

– Como siempre, te cargas el momento.

– En fin, no tienes nada que pensar, yo, se cuidarme sola.

– Claro, lo que digas.

– Tú también.

– ¿Qué?

Cuídate.

Ambos tomamos caminos diferentes…

Él se adentró a los Barrios altos y yo me dirigí a los Bajos…

Sin duda alguna, el contexto era desfavorable; mientras caminaba, veía a la gente ir de un lado a otro; incluso, parecían asustados…

¡Mierda!

Jared estaba aquí.

Me acerqué de manera muy cautelosa a la base de Karl; ingresé por la parte de atrás, y con mucha lentitud, me dispuse en el salón que conectaba con la recepción del lugar…

Jared y Karl estaban hablando…

La situación era clara.

Jared había venido por Karl…

¿Acaso estaba dispuesto a ceder a semejante provocación?

Karl no estaba en las mejores condiciones para enfrentarlo; si lo hacía, su muerte estaría asegurada; además, la persecución de Tom lo tenía en sobre aviso…

¿Entonces?

¿Qué pretendía hacer?

Cuando estaba por vincularme a su conversación; vi como la puerta central se abrió por completo, tras ella, apareció Black, quien al darse cuenta de la presencia de Jared, se colocó nervioso de inmediato.

¡Y no era para menos!

Sólo los que conocíamos los alcances de aquel hombre, podíamos reaccionar de esa manera; le temíamos.

Las sátiras de Jared comenzaron a emanar de su boca y sin advertencia alguna; vi cómo se subió al cuerpo de Black…

¡NO, NO, NO!

¡DIOS!

No, por favor, no, no, no.

Black, no.

El sonido de la fractura cervical resonó en todos los espacios…

Yo lleve una de mis manos hasta mi boca; intente contener los gritos que estaba por soltar…

Sin embargo, era Karl quien me preocupaba…

Estaba inmóvil ante semejante suceso; y fue sólo hasta que escuché su grito desgarrador que lo comprendí:

– ¡Blaaaaaaaaaaaack!

– Oh, venga Karl, no es para tanto, ni que hubiese asesinado a tu hermano…

Lo sentí…

Karl iba a estallar…

¡Tenía que salir!

Corrí hasta él y lo detuve; cuando me vio, sus ojos me transmitieron tanta tristeza que si no fuera porque lo consideraba imposible; creería que él estaba por derramar lágrimas sin control…

– Oh, Elle, ¡Qué bueno que estés aquí! ¿Deseas unírtenos?

– ¡Jared! Vete de aquí.

– ¿Disculpa?

– Lo sabes, tú conoces el código.

– ¿Código?

«Cuando un colega cercano cae, éste merece los honores correspondientes»

– Ah, eso, ¿Aun lo practican?

– Siempre.

– ¡Que cavernícolas! Esas prácticas del bajo mundo no los llevaran a nada…

– ¡Vete!

– Está bien, pero, ¿Karl? La próxima vez, será la definitiva, no huyas más, hermanito.

No sabía cómo había logrado retener a Karl en ese estado…

Pero, agradecía a Dios, que él no se había salido de control; porque de lo contrario, se habría sumado a la lista de muertos…

Cuando Jared salió de allí, solté a Karl y él se arrodillo ante Black…

Tomó su mano y la apretó con mucha fuerza…

Creí que ese escenario inverosímil, iba a desatarse; pero, no sucedió.

Karl llevo su rostro hasta el pecho de Black y dijo:

– ¡Tiene signos vitales!

– ¿Cómo?

– Está vivo.

– ¡Dios! Debemos sacarlo de aquí, ya mismo.

– Pero, ¿Cómo lo movemos? Su cuello debe estar destrozado…

– ¿Ambulancia?

– Richelle, tú sabes que ellos jamás vendrían a los Barrios Bajos.

– Iré a conseguir un auto.

– Te espero.

Fui hasta las calles y cuando divise un vehículo; lo usurpé.

¡Era una cuestión de vida o muerte!

Aparque el auto fuera de la base, entre de nuevo y con mucha lentitud, sacamos el cuerpo de Black…

Karl condujo y yo iba supervisando que él cuello de Black no fuera a moverse de manera abrupta…

Llegamos hasta el Hospital y de inmediato, una camilla se posicionó fuera de las instalaciones; acomodaron a Black y lo intervinieron de urgencia. Karl y yo, fuimos hasta la sala de espera y decidimos sentarnos, hasta tener un veredicto…

– ¿Y Andreas?

– Está con Bill.

– ¿Blake?

Debía decírselo…

¡No podía ocultarlo!

– Veras Karl…

– No me digas, ¿Jared?

– Si.

– ¿Cómo sucedió?

– Estábamos en la casa de Black, cuando de repente, escuchamos un disparo; Blake y yo salimos alertados, él fue hasta Jared y lo enfrento; yo me le uní, pero él…

– ¿Se sacrificó?

– S-Sí.

– Ya veo.

Había modificado un tanto la historia; no podía darle los detalles exactos del por qué Blake había dado con Jared…

El rostro de Karl estaba apacible; justo como la calma antes de la tormenta…

– Karl, ¿Qué piensas hacer?

– Acabarlo.

– Pero, ¿Y Tom?

– Aun no tengo rastros de él, pero, sé que se encuentra aquí.

– ¿Qué tal si…?

– Si ellos llegan a aparecer al mismo tiempo, sólo, tendré que resignarme, Richelle; no puedo contrarrestar la furia de dos bestias salvajes.

– Lo sé, entonces, ¿Qué ordenas?

– De momento, preferiría zafarme de Jared, para poder enfrentar a Tom; pero, sino es así, requiero que el antiguo Rey se presente cuanto antes; sin Black, las cosas se complican demasiado.

– Entiendo.

– ¿Richelle?

– ¿Si?

– ¿Crees que esto es lo correcto?

– ¿Qué?

– Digo, asesinar a Jared.

– Bueno, ¿No es lo que siempre has deseado?

– Sí, pero, ¿Qué conseguiré luego de acabarlo?

Ese cuestionamiento, si logró descolocarme.

¿Cuándo le había importado eso?

Karl siempre mataba a las personas, ya fuera por placer o por venganza; nunca se detuvo a pensar en que pasaría luego de eso…

– ¿Te sientes bien?

– Jajajaja, es estúpido, lo sé, pero, últimamente no dejo de preguntarme sobre lo que he hecho y los motivos tras de eso.

– ¿Y?

– Nada, sólo, creo que, no merezco estar aquí, ¿Sabes? Me he arraigado con demasiada fuerza a este lugar.

– Karl…

– Sólo, olvídalo, son idioteces.

– Está bien.

Nos quedamos en silencio tras esa última intervención…

Karl, ¿Estaba sintiendo algo similar al arrepentimiento?

¿Era eso humanamente posible?

¿Qué lo habría hecho cambiar de opinión?

Pasaron las horas y no recibíamos respuesta de los doctores que estaban a cargo de Black…

De repente, uno de los médicos, salió de la habitación donde estaba él y se acercó hasta nosotros:

– ¿Familiares?

– Sí, Señor.

– Bien, no hay nada de qué preocuparse. El Joven sufrió una fisura cervical, lo cual, no es más que una dislocación de uno de los huesos que conforman la vértebra; si hubiese sido una fractura, la médula habría sucumbido y la respiración del paciente estaría interrumpida, generándole la muerte.

– Entonces, ¿Se pondrá bien?

– Si, debe permanecer dos meses internado en este Hospital; recibiendo terapias físicas para que recupere el movimiento.

– ¿Está despierto?

– Si, pueden pasar a verlo, pero, no lo alteren, debe evitar girar su cuello ¿Lo comprenden?

– Si, y gracias, Doctor.

– Seguro.

Fuimos hasta su habitación, y al ingresar, los ojos de Black se llenaron de lágrimas…

Pero, ¿Qué demonios le estaba sucediendo al mundo?

¿Black?

¿Llorando?

Ni siquiera cuando lo encontramos a los 6 años, derramo lagrima alguna…

Karl, enmudeció ante semejante reacción y yo no sabía en donde esconderme…

¡Tenia vergüenza!

– Karl, Richelle, ¡Me alegra tanto que estén bien!

Oh…

Así que, de eso se trataba…

¡Qué tonto!

– Pasaran años para que te liberes de nosotros, hermano.

– Si, Black, no te comportes como un bebé.

– Lo lamento, es sólo que…

– No digas nada, te entendemos.

– Gracias.

– El Doctor dijo que debías permanecer dos meses en este lugar.

– ¿Cómo? Pero, Jared… ¿Y Tom?

– Tú no debes preocuparte de eso.

– Karl…

– Ni de coña voy a soltarte a la Jauría para que te devoren; no estás en condiciones de enfrentarlos, lo sabes.

– ¿Qué harás?

– Por el momento, me apoyare en Richelle y Andreas.

– Ummm.

– Venga, no pierdas la cabeza, sé defenderme.

– Sí, pero, hablamos de dos personas muy peligrosas.

– Lo sé, por eso, pretendo emboscar a una de ellas.

– ¿Cómo?

– Ya que no puedo atacar a los dos al mismo tiempo; por lo menos, puedo zafarme de uno y luego concentrarme en el otro.

– ¿Primero?

– Jared.

– ¿Estás seguro?

– Sabes que el conflicto con ese animal, es más una cuestión de rencor infantil; además, es algo que me concierne sólo a mí. No obstante, el Rey es otro cuento distinto; todos en los Barrios Bajos desean su caída, por eso, tengo que centrarme en él.

– ¿Y cómo piensas exterminar a Jared?

– Bueno, conozco su debilidad.

– ¿Ah?

– No te preocupes.

– Karl, no me gusta esto…

– No tiene por qué gustarte, a fin de cuentas, no soy yo quien va a caer.

&

Estando allí, completamente solo, decidí sentarme por un momento y procesar todo lo que había sucedido en cuestión de horas…

1. El pasado de Tom.

2. La aparición de Jared.

3. La muerte de Blake.

No sabía cómo era que me mantenía cuerdo a estas instancias…

¡Extrañaba todo!

Deseaba estar con Tom, compartir como solíamos hacerlo en Frankfurt; quería saber de Georg y Gustav; me gustaría hablar con Clarise y Jörg…

Necesitaba recuperar mi vida…

Pero…

Parecía que el destino estaba jugándonos una terrible pasada…

¿Acaso era nuestro castigo por el pecado de amarnos a pesar de ser hermanos?

Y pensar que Tom, sobrevivió 9 meses a esta tortura…

Ahora que lo analizo con mayor detenimiento, en verdad, lo que él hizo es algo de admirar; salir vivo de Stuttgart, no es algo que logre cualquier persona…

Quizás, sus actos son demasiado sangrientos y crueles, pero, ¿No estarías dispuesto a abandonar tu pureza con tal de garantizar tu supervivencia?

Bueno, aunque en el caso de Tom, no se trató de una resignación; sino, una obligación impuesta…

¡Dios!

Es que soportar una violación tan brutal como esa y seguir de pie ante la adversidad; para darle la vuelta al panorama…

¡Era algo de no creer!

¿Cómo carajos funcionaba la mente de Tom?

Me resultaba imposible considerar todas las precauciones que él debió tomarse para llevar a cabo su plan…

Manipulando.

Usurpando.

Combatiendo.

Creyendo.

Reclamando.

Y estableciéndose como el «Rey».

Antes no voló toda la ciudad…

Era quizás eso, lo que me hacía estar en calma, a pesar de encontrarme en un sector tan peligroso como este. Algo, muy en el fondo, me decía que las cosas iban a terminar bien, pues era Tom, quien tenía las riendas del destino.

Él había dicho, 14 días…

¿Dos semanas más y esto se acabaría?

¿En tan poco tiempo?

Era inconcebible, pero, no inviable.

¿Por qué iba tan lejos?

¿Qué lo impulsaba?

¿De dónde sacaba tanta convicción?

El día que divise esa imponente figura, con las rastas danzando en sus hombros, y su rostro contraído por la frustración de la llamada que estaba atendiendo; no creí, es decir, era imposible imaginar que las cosas iban a terminar de esta manera…

Sus ojos me lo advirtieron…

¡Él era mi perdición!

Y yo no podía separarme de sus designios, pues, estoy eternamente, encadenado a él…

¡Así de simple!

Mis sentimientos por Tom, eran tan adimensionales, que parecía como si las palabras no fueran suficientes para expresarlos a detalle…

El cómo me incitaba a satisfacerlo…

La manera en la que esos ojos avellana me capturaban…

La forma en la que sus manos trazaban las líneas de mi piel…

Su aroma a través de mi ser…

Sus besos alrededor de mi cuerpo…

Su sonrisa traviesa tras un capricho…

Su amor y el mío…

Simplemente, nosotros.

En momentos así, deseaba con locura que mamá estuviese…

Pues sólo sus palabras lograrían apaciguar el ritmo acelerado de mi corazón…

Ella sabría que decir…

Simone…

Ojalá estuvieses aquí…

Evite con todas mis fuerzas llorar; últimamente, no hacia otra cosa que no fuera esa; necesitaba trabajar en ello; de nada servía mi actitud débil ante las situaciones…

Vislumbre el bolso que Blake me había obligado a traer de casa; fui hasta él, y corrí hasta el baño:

¡Dios, como necesitaba una ducha!

Las condiciones de aquel sitio, no eran muy higiénicas, pero, tenía que conformarme; al menos, corría agua…

Me quite la ropa, entre y deje que los ríos fluyeran por mi cuerpo…

Esa sensación me reconfortaba; por lo menos, me sentía un poco más relajado.

Cuando termine de ducharme, saque ropa limpia y me vestí; escuche el fuerte rugir de mi estómago; y caí en cuenta de que no había consumido alimento desde la invitación de Blake en la cafetería…

¡Moría de hambre!

¿Será que habría alguna clase de comida en la cocina?

Decidí ir hasta ese lugar, abrí los cajones y la nevera; pero, no había nada que me sirviera de alimento…

¡DIOS!

Si no me asesinaban, fijo, moriría por inanición.

Salí de allí, y fui hasta la sala donde estaban las sillas; me senté y comencé a inspeccionar los rincones de la casa con mi mirada…

¿Cómo podían vivir así?

La situación que yo enfrente junto a Simone, fue difícil, sobre todo, porque ella debía trabajar mucho para sostenerme; pero, nuestras condiciones jamás fueron tan precarias como estas, es decir, ni siquiera me parecían concebibles.

Pensar que existe tanta miseria, y nosotros, permanecemos tan ajenos a ello…

Cerré mis ojos por un instante, y sin pensarlo mucho, aquella melodía, salió de mi boca sin meditarlo demasiado:

«Sobre el techo el aire está tranquilo y frío,

Digo tu nombre en silencio, tú no quieres escucharlo,

Los ojos de la ciudad cuentan las lágrimas que caen,

Cada una es una promesa incumplida,

Grito en la noche por ti, no lo hagas real,

¡NO SALTES!»

Hacía mucho tiempo no cantaba…

Internamente, sonreí…

Sentí que había liberado algo de tensión; sin embargo, escuché algo que me alertó…

El sonido era demasiado repetitivo…

Una y otra vez, una y otra vez…

Esos eran…

¿Aplausos?

Abrí mis ojos con asombro y le vi…

Allí, justo en frente de mí.

Esa presencia abrumadora inundo todo el salón, y sus ojos azules atravesaron mi alma con vehemencia:

Vaya, vaya, quien diría que encontraría un juguete tan interesante…

Mi mente no reaccionaba…

¿Cómo era siquiera posible?

¿Qué hacia él aquí?

¡Dios!

Mi boca articulo solo una palabra, que sin querer, emano de mí:

Continúa…

Gracias por la visita.

Publico y rescato para el fandom TH

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