1: Igual a Tom

Notas: Saludos, gente bella, les pido que miren la imagen del banner, para que vean el tremendo parecido de este hombre con nuestro Tom.

«Irreplaceable» Fic Twc/Toll de MizukyChan

Capítulo 1: Igual a Tom

«Trabajo, trabajo, trabajo, todo es cuestión de trabajo», pensó Bill mientras grababa un pequeño video para su story de Instagram. Ahora Fashion Week, aunque lo que más quería hacer era encontrarse con su hermano y preguntarle qué tal estuvieron sus últimos días en Ibiza. No es que no lo supiera, hablaban por teléfono a diario y varias veces por día, sin contar los mensajes y las fotografías que se enviaban, pero… hablar frente a frente no tenía precio.

Mierda —gruñó, tomando su cartera y las llaves. Necesitaba un café y fumar diez cigarrillos al menos para poder calmar la ira que burbujeaba dentro de sí.

Todo este asunto de la separación era culpa suya y, aunque le doliera reconocerlo, sabía que al final estaba resultando contraproducente en muchos aspectos.

Lo único bueno de estar en este lugar era que pasaba casi tan desapercibido como en su propia ciudad.

Pidió un capuccino normal en el Starbucks más cercano al hotel y se dispuso a caminar un rato, sin embargo, no alcanzó a avanzar mucho cuando una barba y un moño conocidos llamaron su atención. Dio grandes zancadas y pegó un grito en alemán.

¡¿Pero qué demonios, Tom?!

La persona giró el rostro entre sorprendida y divertida—. Lo siento, no hablo ese idioma —dijo en un inglés un tanto duro por el acento.

Bill miró al barbudo, achinando un poco los ojos y se largó a reír—. Lo siento, me equivoqué de persona —dijo entre risas.

No hay problema —respondió el hombre, sin dejar de ver a Bill.

Lo lamento —repitió el rubio y decidió marcharse, pero el hombre sostuvo su brazo.

Espera, ¿por qué no bebes tu café aquí? Es un hermoso lugar —comentó, señalando con su mano libre el paisaje.

Bill miró alrededor y asintió. Su sonrisa se desvaneció y simplemente dio un sorbo a su café, mientras se sentaba junto al desconocido.

Mi nombre es Giotto —dijo el chico.

Soy Bill —respondió el rubio, intentando darle la mano, pero fallando por traer tantas cosas en ellas—. Lo siento —dijo con una sonrisa.

No te preocupes —contestó el italiano.

Se quedaron un rato en silencio, mientras Bill disfrutaba de su café y Giotto del paisaje, hasta que el italiano soltó un suspiro—. Este lugar es precioso, pero es mucho mejor en buena compañía.

No creo estar siendo muy buena compañía —comentó Bill, con el ceño fruncido, mirando hacia el frente, no directamente a su acompañante.

El silencio también es bueno, ¿sabes? Dice mucho de las personas.

Bill giró el rostro con el ceño apretado—. ¿De verdad? ¿Y qué dice, lo aburridos que son?

El hombre no lo miró, continuó contemplando al frente y negó con la cabeza—. Al contrario, los silencios cuentan cómo está el alma de la persona, a veces el silencio dice que está en paz, pero en otros momentos te dice cuan triste está el otro.

Bill sintió como un nudo se formaba en su garganta—. ¿Estás bromeando?

Para nada —respondió Giotto, esta vez girando para ver los ojos tristes del cantante—. ¿Quieres que te diga que veo en ti?

Bill negó con la cabeza y se escondió tras su café.

¿Quién es Tom? —Preguntó de pronto el italiano—. ¿Me parezco a él?

Bill asintió y sonrió—. Es mi hermano —respondió y agregó—. Ahora él lleva el cabello recogido de esa forma y con la barba se parece mucho a ti.

¿Tenía otro peinado antes? —Preguntó interesado el hombre.

Sí —la sonrisa de Bill se amplió—. Cuando niño, llevaba rastas largas y gruesas, después trenzas, después rastas más delgadas y ahora lleva el cabello largo, recogido en un tomate.

¿Quiere verse más común?

Eso parece.

Mi pasó a mi también. Antes llevaba el cabello diferente y todos podían reconocerme, pero luego… quise pasar desapercibido, así que me dejé barba y el cabello largo. Es increíble la cantidad de hombres que se parecen, sólo por la barba.

Bill negó con la cabeza—. No, no es cierto. No todos se parecen por llevar barba.

Pero me has confundido con él, ¿no es así? No creo que me hubieras confundido si Tom todavía llevara sus rastas —comentó Giotto con una sonrisa.

En lugar de sonreír, Bill arrugó el ceño.

Tal vez sólo quiere… —Giotto fue interrumpido.

Que lo busque a él —dijo de pronto Bill, casi en un susurro.

Giotto se quedó en silencio un momento y luego sacó un paquete de cigarrillos—. ¿Fumas? —Preguntó, ofreciendo uno a Bill.

Claro —el rubio aceptó uno y aguardó a que Giotto le ofreciera lumbre.

Se quedaron en silencio un momento más, mientras el humo ejercía su efecto calmante en la mente de Bill.

¿Sabes, Bill? En una relación, siempre hay alguien que ama más.

Lo sé —Bill no quiso levantar la vista y se preguntó si el italiano de verdad había escuchado cuando dijo que Tom era su hermano.

Y no me refiero sólo al amor de pareja.

Bill alzó la vista, temiendo lo que vendría.

A veces las madres dan demasiado de sí mismas. Ya sabes, desde el momento en que dan de mamar a su hijo, están desgarrándose a sí mismas por alimentar a su bebé.

No la mía —bufó el cantante y Giotto sonrió.

Bueno, la mía tampoco.

Pero entiendo tu punto, creo.

A veces los padres trabajan en algo que odian con toda su alma, con tal de abastecer a sus familias —prosiguió Giotto, tras dar otra calada a su cigarrillo.

El mío me abandonó cuando tenía siete —contestó Bill, como intentando justificar su tristeza y enojo.

El italiano asintió—. Y a veces los hermanos dan lo mejor del mundo por el otro, creyendo que lo hacen por su bien, cuando en realidad… —se detuvo, para volver a fumar.

¿Qué? —Bill sintió que sus mejillas ardían cuando Giotto lo miró sonriendo.

Cuando en realidad sólo lo hacemos por nosotros mismos.

El rubio negó con la cabeza—. ¿Por egoísmo? Eso no es cierto.

Bill…

No puede ser cierto.

Bill…

¿Qué? —Espetó, casi molesto.

No lo estoy diciendo por ti, ¿sabes? No te estoy acusando, ni nada parecido.

Mierda —gruñó el rubio y bajó la mirada—. Lo siento. Se terminó mi café y creo que desperté muy temprano, es todo.

¿Estás libre ahora, verdad? —Bill asintió—. ¿Por qué no vamos a comer algo? Mira hacia allá —señaló con la mano un restaurante que daba justo a un hermoso parque—. Tiene una hermosa vista, tal vez podamos seguir con nuestra plática allí.

# Not looking for love, just looking for you #

Está bien —respondió el rubio y se puso de pie.

Giotto también se levantó y Bill se sorprendió de ver que el chico era casi tan alto como él. «Igual a Tom», pensó con una sonrisa triste.

& Continuará &

¿Y bien? ¿Qué opinan? Bill se ha encontrado con el doble de Tom y le ha salido un poco filósofo jajajaja. Pero la frase de la canción de Bill # Not looking for love, just looking for you # me resonó mucho en la cabeza cuando escribí esta historia. Son 4 partes, que ya están listas. Las subiré a diario si hay interés. ¿Les parece bien?

Escritora del fandom

4 Comments

  1. Recuerdo que amé este fic , deberías hacer ltro parecido con distinto final 😂❤️

    • Hacer otro con la nueva de Tom jajajajaja

  2. Es como cuando ves una mochila en Tumblr y vas a TODOMODA a ver si la encontrás. No encontrás ESA pero encontrás una parecida… con el tiempo le tomás cariño.

    • Exacto, al final «el tiempo lo cura todo» o eso dicen u.u

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