Hola, gente bella, nos reencontramos una vez más en un fic de comedia. Lo he escrito en mini capítulos. El fic ya está terminado, así que no habrá tiempo de espera. La historia está basada en una película, pero mi versión es una parodia de la misma. Algo para reír y pasar un buen rato. Espero lo disfruten y comenten mucho. Besos y gracias por la visita.
«Manuela» Fic Twc / Toll, escrito por MizukyChan
Capítulo 1: Parásitos
De entre todas las especies que habitan el planeta Tierra, el ser humano es el más destructivo de todos, por su causa se producen incendios, los hielos se derriten, el cielo se contamina y otras formas de vida se extinguen sin remedio.
—Hay que hacer algo…
—Hay que salvar la vida…
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Tom despertó en la mañana con el fuerte sonido de la alarma. Gruñó y estiró una mano para apagarlo. Sentía un extraño cosquilleo en su mano derecha, la que levantó para limpiar el sueño de sus ojos.
—Mierda, quiero dormir —susurró, pero a los pocos segundos, un fuerte golpe se escuchó en su puerta.
—Despierta, galán —era la voz de Georg, su compañero de departamento.
Con un nuevo gruñido, el joven de rastas, se sentó en la cama y se dispuso a levantarse.
Tras una ducha rápida, se dirigió a la cocina donde Georg ya tenía dos tazas de café servidas y unas tostadas calientes sobre la mesa.
—Rápido, hoy tengo examen a primera hora y no puedo llegar tarde —anunció, sujetando su largo cabello castaño en una coleta baja.
Tom se sentó y escondió la cabeza en sus manos—. Dios, siento que no he dormido nada.
—Después de luchar toda la noche con esa fantástica serpiente imaginaria, cualquiera tiene esa cara de zombie —se burló el castaño, moviendo el plato de las tostadas a su amigo—. Anda, come algo, te hará sentir mejor.
El joven rastudo miró las tostadas e hizo una mueca de asco—. De hecho, creo que tengo nauseas.
—Mierda, Tom, no creí que un pito de marihuana te pondría en ese estado. —Georg soltó una risita, pero al ver la cara miserable de su amigo, una punzada de culpa lo invadió—. Tom, lo siento.
—Tranquilo, Geo, no es tu culpa. Yo prácticamente te obligué a compartir ese porro conmigo.
El castaño dio una mirada al reloj de la pared y se levantó, llevando su taza al fregadero y guardando el resto de tostadas en una servilleta para comerlas por el camino.
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Apenas Tom entró en su salón de clases, todo se volvió borroso y cayó desmayado. Una de sus compañeras gritó, alertando al maestro y el chico fue transportado a la enfermería.
Tom se sumió en un sueño borroso, entre las alucinaciones que sufrió por causa del porro de la noche anterior y fragmentos de la realidad.
Había visto hermosas luces de colores danzando ante sus ojos y como bailaban tan bien, decidió poner un poco de música, así que los audífonos le brindaron la melodía que necesitaba para ver las bellas luces desplazarse de un lugar a otro en total sincronía.
Justamente en esos instantes, una singular forma alargada apareció en su ventana y tras observarlo, se dirigió furtivamente hacia las orejas de Tom, intentando entrar en una de ellas, pero al estar cubiertas por los audífonos, la extraña criatura optó por entrar a su huésped por la nariz. Lamentablemente para ella, Tom estornudó y salió volando.
Al estornudar tan fuerte, Tom abrió los ojos justo a tiempo para ver al ser volando. Por su miedo a los bichos, el rastudo saltó en la cama, creyendo que lo que vio era una mini serpiente.
—¡Ah, bichos! —Gritó lo más fuerte que pudo.
La criatura lo encaró y saltó hacia él, dispuesto a entrar a su cuerpo a como diera lugar. Tom se protegió con la mano, recibiendo en ella el impacto del ente, que entró por la muñeca, subiendo descaradamente por su brazo. El adolescente, llevado por el pánico, sujetó el cordón de sus audífonos y amarró sobre el codo, dispuesto a detener el avance de la criatura.
—¡¿Qué demonios estás haciendo?! —Preguntó Georg, caminando directo a su amigo, notando los moretones que se marcaban en su brazo.
—¡La serpiente! ¡Hay una serpiente en mi brazo!
Georg se echó a reír, también había fumado un poco del porro, pero no estaba tan afectado como parecía estar Tom. Ayudó al rastudo a quitar el cordón y masajeó el brazo para ayudar a que recuperara la circulación.
—¿Dónde hay una serpiente?
—En mi brazo, entró por un agujero. Mira. —Levantó su mano, pero no había ningún tipo de marca, ni siquiera una roncha de picadura, no había nada.
Georg volvió a reír y ayudó a su amigo a recostarse—. Necesitas dormir. Mañana te sentirás mucho mejor.
Tom abrió los ojos y levantó su mano derecha—. ¿Fue un sueño? —Preguntó bajito.
—En realidad no —respondió una voz femenina.
Tom giró el rostro y se dio cuenta que era la enfermera de la escuela. Ella le ofreció una cálida sonrisa y agregó—. Te desmayaste.
—¿Viviré? —Preguntó el de rastas con ojos de cachorrito—. Tengo una sensación de hormigueó en el brazo derecho.
—Debe ser porque has estado durmiendo dos horas apoyado en ese brazo —contestó la mujer—. Además, Georg apareció por aquí y dijo que no habías tomado desayuno, así que el enigma de tu desmayo está resuelto.
—Oh…
—No te preocupes, Tom, vivirás… —La mujer le dio unas palmaditas en la espalda y agregó—. Ahora, si te sientes mejor, puedes regresar a tu casa. Estás excusado por el resto del día.
Eso pareció animar a Tom, quien sonrió—. Gracias.
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Tom seguía cansado, decidió que mejor regresaba a casa y dormía un poco más. Comer también sonaba bien, de pronto sentía unas ganas enormes de comer.
Caminó lentamente las pocas cuadras que lo separaban del instituto y abrió la puerta con cuidado. Fue hasta la cocina y recordó que él era muy malo para cocinar, optó por copiar la idea de Georg y hacer unas tostadas.
Después de comer fue hasta su cuarto y se sentó en la cama, mirando fijamente su mano.
—¿Estás ahí? —Preguntó a su extremidad.
De pronto, un ojo pequeño apareció en su palma, asustándolo de muerte.
—¡Mieeeerda! —Gritó y corrió hasta la cocina, sacando un cuchillo filoso, dispuesto a arrancarse la mano.
Sin embargo, su mano derecha comenzó a moverse lentamente, deformándose, adquiriendo una apariencia todavía más extraña. Un ojo apareció en el dedo medio y una boca se formó en el centro de la palma, los dedos se abrieron, creando unas manos más pequeñitas para esa misma mano.
Tom estaba absolutamente aterrado y, cuando estuvo a punto de clavar el cuchillo en esa entidad ajena a su cuerpo, la mano habló.
—De-ten-te —dijo lentamente.
Los ojos de Tom se fueron hacia atrás y cayó desmayado, por segunda vez en el día.
& Continuará &
¿Qué les pareció? Voy a aprovechar que existen imágenes de la película, para ir agregándolas aquí y así se hagan una idea de las extrañas criaturas. No olviden comentar.
Personajes: Tom, el protagonista tiene aproximadamente 16 años en esta historia. William, igual que él y Manuela, no tiene una edad definida.
Awww, que ternurita la cosita de su mano 😀
jajajajajajaja. Este fic me hace reír mucho y me alegro que te tentaras y lo leyeras.
Gracias por comentar
Me lo imaginé desmayandose por segunda ocasión jajajaja pobrecito 🤭
jijijiji, este fic es muy gracioso, gracias por pasar a leer 😉