Me niego 16

«Me niego a ser tu hermano» Fic Twc

Capítulo 16

– Tom, ¿que haces? – se despertaba Bill

– Mirando los psicologos

– Dejalo, ya lo miramos cuando lleguemos a casa – se recostaba en su hombro y Tom le apartó rápidamente – perdón…

Los gemelos estaban de vuelta en el avión para casa, Tom no podía dormir porque no quería ni que pasara un minuto más sin dedicarse única y exclusivamente a buscar al psicólogo, había hecho llamadas, había contactado con muchos, y creía que finalmente había dado con el mejor.

– Ok, ok… pues ya … si si ok …. se lo comento a mi pareja y ya le confirmo… ok por supuesto, si es que ahora mismo me pillas en un avion… vale, genial – Bill le miraba raro – adivina ¿que?

– Lo has encontrado ¿no? – se despejaba

– Sí, he hablado con otros y este se ve genial, bueno, estoy leyendo que tiene diplomaturas en muchos paises, y parece ser que ha viajado, debe de ser bueno, ademas

– Tom, no se, no me fio mucho en contar lo nuestro

– Bill ya hemos hablado de eso, lo necesitamos si no quieres que volvamos a la misma mierda

– Ya pero, no se, es un desconocido, y vamos a contarle nuestras cosas, nuestras ¿sabes? algo que es tuyo y mio

– Lo necesitamos y creo que nos pusimos de acuerdo

– No creo que estemos tan mal, piensalo, nos queremos y ya estamos bien, yo no voy a tener sexo con nadie y tu ya hiciste algo tambien fuera de la relacion

– Eso de que no tengas sexo con nadie no lo se

– ¿Es que no confias en mi?

– Pues ahora mismo, no es para tirar fuegos artificiales con lo que has hecho

– Pero estamos bien, y yo ya te pedí perdón y ya todo arreglado

– Bill vamos a volver a lo mismo, ¿no entiendes?

– Joder, ahora para que nos trate un loquero

– No es un loquero – miraba su ordenador – tiene muchos pacientes y es muy conocido

– Ainsssss – suspiraba y miraba para la ventana

– Ehhh Billi – le chocaba con la pierna – nene

– Queeeeee – no le miraba

– Todo va a ir bien

– Si tu lo dices

– Si no quieres que vayamos me lo dices y no pasa nada

– No,si esta bien, iremos

– Nosotros nos conocemos perfectamente, simplemente vamos a compartir nuestras cosas con él y que nos ayude un poco, además será como nuestro confesor, ya no tendremos que guardarnos las cosas y poder contarselo a alguien

– Esta bien – le miró dulcemente

Los chicos llegaron a casa tras coger a sus perros, tenían mucha ropa que llevar a la lavandería, ocuparse de limpiar, de ventilar la casa y de pasar tiempo con los pequeños, tras pasar algunos dias y superar el cambio de horario finalmente quedaron con el psicólogo, la noche anterior estaban realmente nerviosos.

– ¿Y que va a pasar? – preguntaba Bill en la cama

– Pues supongo que nos pedira nuestros datos, o no se, nuestro dia a dia, que solemos hacer o quizas que le contemos el problema o que hablemos desde el principio o no lo se – se ponía el pijama

– Habla tú mejor, bueno no yo, mejor yo

– Tenemos que hacerlo los dos

– Madre mía Tom, me siento fatal, debemos contarselo a mamá

– Venga, corre, cuentaselo y así la matamos de un infarto y ya de paso a la abuela también

– Joder Tom, estoy muy nervioso

– Eso es solo el primer dia, ya verás cuando vayamos más veces como se te pasará

– ¿Hasta cuando estaremos allí?

– Hasta que nos diga, hasta que nos recuperemos o no lo se, supongo que lo sabremos

– Pero ¿me vas a dejar de querer?

– Nooo pequeño – le golpeò en el brazo y se tumbó en la cama

– ¿Y si nos cabreamos allí y aquí nos enfadamos?

– Se trata de que no nos enfademos ¿no?, de todas formas ¿sabes como se soluciona eso?

– ¿Como? – le miró

– Que me la chupes un rato 🙂 – Bill le golpeó

Al día siguiente tenían su primera cita en un psicólogo matrimonial, donde ayudaban a parejas, a pesar de que Bill no estaba muy seguro se pasó toda la mañana probandose modelitos, quería aparentar serio y sofisticado, pero a la vez informal y natural, cosa que no podía encontrar. Tom miraba el reloj en el salon, mientras encerraba a los perros y gritaba el nombre de su hermano.

– Billlllllllll vamos ya que llegamos tarde

– Ya voyyyyyyyyyy, ¿blanco o plateado? – le gritaba desde la otra punta de la casa

– Blancooooooo

– Nooooo no me pega el blanco

– Entonces no se para que preguntas, mueve el culo ya

Tras vestirse Bill, finalmente se subieron en el coche, Tom conducía algo serio pero no dejaba de pensar que todo lo que hacía era por el bien de los dos, nunca por el bien suyo, siempre pensando en los dos, su hermano se miraba en el espejo del coche, no tenía claro si maquillarse era una buena idea o de si debería haberse puesto una gorra o algo, estaba realmente nervioso, no lo hacia gracia compartir su vida, más bien su vida privada con otra persona, y más un desconocido, estaba más que claro que no quería ser su hermano, se negaba a serlo, quería ser algo más pero un médico no tendría la solución a sus problemas.

Aparcaron en una exclusiva gran clínica, parecía sacada del futuro, todo de última generación, al llegar se quedaron alucinados con la bonita decoración, mientras Tom se acercaba al mostrador Bill no dejaba de mirar por todos lados curiosamente, se sentaron en una sala de espera y realmente no podían ocultar que estaban a punto de marcharse pero algo dentro de si mismos les decía que no se movieran de esos asientos. Tras esperar unos minutos, salió un hombre de no más de cincuenta años pero bien conservado, con una gran sonrisa, extendiendole la mano.

– ¿Los Kaulitz? – decía extendiendole la mano

– Si somos nosotros – le extendía la mano Tom y se la cruzaban al igual que Bill

– Pasen a mi despacho por favor – les seguía mientras los hermanos se daban algún que otro golpe en el brazo mientras se miraban – como verán este centro es nuevo – decía el psicólogo y les abría la puerta de un gran despacho, con diversos sillones, amplio, algo plateado, nuevo, olía a pureza, a limpieza, grandes ventanales que daban a un gran lago y sobre todo lo más importante, se había ganado ya al menos la confianza de no dejar ese lugar.

– Sientense, donde esten ustedes más cómodos – decía mientras se sentaba en un sillon tras la su gran mesa de despacho, los gemelos optaron por sentarse delante de su mesa y no utilizar ningún otro lugar, ya que había algunos sillones más cómodos.

– Es genial este sitio – susurraba Bill

– Bueno me voy a presentar formalmente, soy el doctor Shane y como habreis… ¿perdon? ¿con quien hablé por teléfono?

– Conmigo, yo soy Tom

– Ah, entonces tú eres Tom y tú Bill ¿verdad?

– Correcto – dijo Bill

– Como les decía soy el doctor Shane y como le comenté a Tom por teléfono me dedico a la restructuración de parejas, ya os iré comentando un poco más, me he especializado en esta modalidad tras conseguir cinco postgrados en la variación de la carrera y no os voy a aburrir la primera cita a partir de ahora no me vereís como un loquero, ni un médico, simplemente a alguien quien por encima de todo quiere ayudaros, visto vuestras caras de asustados, que tal si empezamos un poco y os presentais, y así vamos charlando.

Continúa…

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