«Me niego a ser tu hermano» Fic Twc
Capítulo 47
– Por fin cariño – se acostaban en la cama – por fin tengo a mi Bill aqui – le abrazaba contra él
– Siempre me has tenido amor
– ¿Me quieres tanto como yo a ti?
– Pues claro – miró Bill a Devon – más cada dia, a pesar de lo que ha pasado te quiero aun mas
– Tranquilo cariño, ya no volveras a ver mas a tu hermano, fue un error quedarte alli y tu has pagado las peores consecuencias
– Devon, es mi hermano, y de todas formas, él tiene problemas y
– Bill te ha pegado ademas no deberias hablarle nunca mas
– De hecho – se apartó de él – de hecho ya hablé con él
– ¿Que?
– Le llamé en el avión
Devon le miró decepcionado porque se sentía traicionado por su marido, él peleandose con su hermano por haberle pegado y Bill hablando con él a sus espaldas,le sentó muy mal y Bill lo notó.
– No me lo puedo creer, ¿para eso me enfrento a él? ¿Para que vayas luego y lo llames?
– Amor, necesitaba llamarle y decirle que no se preocupara – Devon se dió la media vuelta y se tapó alejandose de él – cariño no te enfades conmigo, necesitaba llamarle
– Y ¿porque me has mentido?
– No te he mentido, te he ocultado, que no es ocultado porque te lo he contado ahora mismo
– Dejame Bill ha sido un largo viaje y mañana tengo que trabajar
– Cariño ven, abrazame
Devon no se dió la media vuelta y se puso a dormir dejando a Bill ahora preocupado por su marido, en estos años en los que se conocían jamás se habían peleado, ni siquiera por grandes o pequeñas cosas, nunca habian discutido, siempre exponian sus puntos de vista y llegaban a un acuerdo si tenian distinta manera de ver las cosas, por eso se complementaban muy bien, pero jamas le habia negado un abrazo o ignorado, sabía que Tom le traería problemas y se arrepentía de haberle visto.Su unica preocupación era su marido y su marido.
– Tom no me hagas esto, no me hagas avisarle
– Mama solo te pido que no le digas nada
– No puedo, tengo que llamarle y decirle que te has ido, y tu no estas en condiciones,estas enfermo Tom
– Bill, mamá, Bill es mi única enfermedad, le quiero matar y le quiero a morir – hacia las maletas
– Por favor, Tom, dejale ser feliz, dejale, va a ser padre y es muy feliz, no lo hagas por mi ni por él, hazlo por la criatura q estan esperando
– Me da igual, que si quiere un bebé yo le compro uno, pero necesito saber si me quiere mamá, no puede olvidarse de mí
– ¿Pero porque te ha dado por ahí ahora? Por favor – le ponia la mano en la maleta – quedate y dejale en paz
– Me voy mamá, me voy a Australia a por mi Bill.
Sonaba el despertador en casa de Devon y Bill, y Bill fué el primero en abrir los ojos y apagarl, Devon debía de ir a trabajar y Bill se levantaba todas las mañanas con él si no había trabajado en el turno de noche. Se levantó y se fué a la cocina a preparar el desayuno, Devon bajó a la cocina y Bill sintió unas manos rodearle la cintura.
– ¿Para que te levantas? ¿eh? Deberías estar durmiendo
– Quiero hacerte el desayuno
– Pero cariño, deberías dormir un poco
– Tengo todo el dia para estar solo y dormir
– Intentaré venir pronto
– Mi amor – Bill se dió la vuelta y le abrazó- ¿sigues cabreado conmigo?
– No estoy cabreado, solo que no me gusta que me mientas
– Devon no te mentí
– Podrías haberme dicho que hablaste con tu hermano y no lo hiciste para mí eso es mentir
– No, te lo he contado, es lo que cuenta ¿no?
– Mira cariño – le frotó los brazos – olvidemos esto, está muy reciente, ya estas en casa y ya estarás junto a mi siempre
Bill le sonrió, sabia que su marido seguía enfadado, pero le había entrado un afán de posesión que no le gustaba. Si se enamoró de su marido fué porque era natural y trasnparente, no era posesivo ni celoso como lo era Tom, con Devon podía hablar con otros chicos sin que después le esperara una bronca o discutir como siempre, como esa relación enfermiza que mantenía con su gemelo, pero sobre todo a Bill le hacía recordar que a pesar de que se llevaba a muerte con su gemelo, le amaba a más no poder.
Pasaron dos días y ese día llovia a mares en el pueblo donde vivía Bill. Su marido le había llamado que se retrasaba porque se había encontrado la carretera cortada y tendría que dar la vuelta. Bill preparaba esa noche la cena con entusiasmo, tras el accidente y estar un par de dias descansando se encontraba mucho mejor y esa noche quería hacer algo especial, así que se pasó toda la tarde cocinando y preparandose para la que iba a ser una noche de amor. La luz de la casa se iba y volvía, Bill maldecía a su cuñado por no arreglarla cuando lo dijo, pero sonó el timbre de la puerta y corrió para abrirla y recibir a su marido, al abrirla se encontró a un empapado Tom que le sonreía de medio lado.
– To To Tom?
– Bill, hola
– ¿QUE HACES AQUI?
– He venido a ver si estabas bien
– Pero, ¿quien? mama claro, ¿que haces?
– Solo quería saber como te encontrabas
– Bien, bien, estoy perfectamente bien
Se quedaban los dos en silencio y una parte de Bill le decía que le dejara entrar y otra parte le decía que no, no quería que ensuciara su feliz vida con su presencia, sin embargo Tom se derretia de amor por su hermano, tras reencontrarse con él, renunciaria a todo por volver a conquistarlo.
– Me voy a rehabilitar – decía Tom aún mojandose en la lluvia y Bill plasmado en la puerta
– Bien Tom, me alegro, me alegro mucho
– Bueno, no te molesto más, se que estas bien y yo tengo que volver al hotel – le sonrió y se marchó lentamente mientras Bill suspiraba y se pasaba la mano por la cabeza
– Tom – gritó y se giró – ¿quieres quedarte a cenar? he preparado canelones caseros
– No, si eso ya mañana te vengo a ver
– Pasa anda, ven
Bill lo hizo, lo hizo otra vez, cuando viniera su marido iban a discutir, Tom entraba con la idea de que Devon podía echarle de su casa. Tom pasó y se secó un poco con la toalla mientras Bill estaba en el garage llamando a su marido, veía toda la casa grande y bonita llena de fotos de Devon y Bill, el día de la boda, y muchisismas juntos, con ellos y sus amigos, una casa llena de recuerdos que Bill y Devon jamás olvidaría.
– No lo sabía
– ¿Seguro o es otra de tus mentiras?
– Devon, se ha presentado sin avisar, pregunta a mi madre que le ha dado la dirección
– Ya, seguro que os habeís puesto de acuerdo
– No cariño, había preparado una noche espcial para ti y para mí, he cocinado canelones, he preparado el jacuzzi y esta noche iba ser tuya y mia
– Y ¿ahora que se supone k debo de hacer?
– Ser amable ante todo, se quedará a cenar y mañana se volverá, me ha dicho que va a rehabilitarse, venga Devon, demosle una oportunidad, es sangre de mi sangre
– Pero un hermano te haría lo que te hizo
– Venga cariño, hazlo por mi, te recompensaré
– Está bien, pero que no se quede a dormir
– No, solo la cena y punto ¿vale? Te quiero amor, no tardes
Bill colgó el telefono y entró en su casa felizmente, Tom se había autoservido un vaso de wiskey que encontró y se lo echó triple, se autoacomodó y no dejaba de ver las fotos que había en la casa y puso los pies encima de la mesa pequeña del comedor.
– Baja los pies Tom, venga, vamos a la cocina que Devon está ya cerca.
– ¿Has estado en la nasa o que? – señaló a una foto
– No,fué en Halloween del año pasado
– Ahh os va el rollo astronauta hahaah – dejó la copa
Devon llegó a casa y tras darle un beso a su marido le dió la mano a Tom haciendo las paces obligadas por Bill, Tom se quedó en la cena y comía como nunca lo había hecho tras la atenta mirada de Devon y Bill que se miraban tiernamente y se hacian carantoñas debajo de la mesa.
– ¿Te acuerdas Bill en Roma? Cuando nos comimos casi dos bandejas de canelones
– No, no recuerdo
– Que pena que te olvides de tu antigua vida – hubo un silencio
– Bueno, cariño, quieres tu flan?
– Si traeme uno -bromeo Tom – ehh que es broma, estais un poco ariscos
– Tom cierra la boca anda – se marchó a la cocina
– No vendria nada mal que le hicieras caso a tu hermano
– Y no vendría nada mal que no te metieras en nuestra relación
– No deberías haber venido no se qu haces aquí
– Recuperando los años perdidos con mi hermano
– Largate de aquí y no vuelvas Bill ahora es feliz
– Porque se ha metido en una burbuja absorbido por ti
– Vete de mi casa
– Bueno ya esta el flan, a ver Tom tu no quieres la parte del caramelo verdad?
– No – miraba a Devon – de hecho Bill, me voy al hotel, ha sido un vuelo largo y se que estas bien ya no tengo nada que hacer
– Pero, ya que te has quedado, para el flan no te vendria un poco mal
– No de verdad Bill, comete el flan con tu marido – se levanto
Bill miró a Devon y no le diò ninguna mirada de complicidad, a Bill le preocupaba como iba a volver Tom al hotel con la lluvia que estaba cayendo, y Devon no decía nada. Bill se cruzó toda la casa y salió por la puerta, viendo a su hermano caminar bajo la intensa lluvia.
Continúa…
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