«Me niego a ser tu hermano» Fic Twc
Capítulo 5
Bill se levantó del sofa y busco a su hermano por toda la casa, creía que estaba comiendo pero estaba en la habitación. Estaba tumbado con los ojos cerrados, miró hacia la derecha la puerta de su vestidor y vió la maleta a medio hacer, se metió en el vestidor y empezó a sacarle las cosas y a guardar la maleta, cerró la puerta del vestidor y lo volvió a mirar, se tumbó a su lado y se abrazó a su hermano lentamente mientras le miraba, apoyaba la nariz en su cuello mientras le daba tiernos besos, al ver que Tom no se movía, se inclino hacia su boca y le dió un pequeño beso, no se pudo contener y le dió otro, le volvió a mirar y sonrió. Paso la lengua por su propia boca para no estar tan seco y le volvió a besar, esta vez se motivó algo más y giró la cabeza para poder besarle mejor sin que sus narices chocaran, su rodilla izquierda saltó su pequeña cintura y se colocó encima de su hermano, mientras le besaba, cuando estaba subiendo en una nube Tom abrió los ojos y sentía a su hermano encima, pero no le apartaba lentamente.
– Necesito descansar para el viaje – dijo Tom recostandose bocabajo
– Va a ser verdad que te doy asco ¿eh? – Tom no dijo nada – esta bien, si quieres te dejo en paz para siempre – hubo una pausa y su hermano seguía sin responder
Bill se levantó de la cama cuidadosamente dandole la espalda a su hermano, abria la boca lentamente porque le costaba respirar, se marchó de la habitación, busco sus llaves y móvil y salió de la casa, mientras llamaba al ascensor, apoyo la cabeza en sobre el propio ascensor y esperó a que viniera, se abrieron las puertas, se metió dentro y apoyo su espalda adentro, le estaba entrando un ataque de ansiedad y le costaba respirar, pero salió a la calle y caminó sin destino, solamente haciendose a la idea de lo que le había dicho su hermano.
Tom se levantó lentamente, vió que eran las seis y media y que un par de horas tenía que marcharse, fué al baño, caminó por la casa con arrogancia por si Bill estaba, pero sintió al momento que estaba vacía, busco el sitio de sus notas por si Bill le había dejado alguna pero no había nada, miró que su bolso estaba ahí, pero no las llaves o el móvil asi que dedujo que había salido para algo. Entró en la habitación para preparar sus maletas, y le mosqueó que Bill le haya guardado todo, con lo que le gustaba la perfección odiaba tener que hacerla, esta vez más rápido.
– ¿Te gusta? ¿eh?
– Sigue chupando y calla – decía un Bill apático
Bill estaba tumbado en una cama desconocida, en un lugar desconocido, con alguien desconocido, allí estaba él, con una lágrima en sus ojos, mirando para la claridad de la ventana y mirando a la nada, ausente de todo, ausente de que un tio le estaba chupando, solo tenía el boton y la cremallera de los vaqueros abiertos, mientras un chico le chupaba con toda su pasion, gimiendo en cada movimiento, Bill hacía movimientos involuntarios a causa del placer.
– Mira lo que me haces hacer Tom – susurraba
– Venga correte, que no aguanto más – le exigía el desconocido
– Ya voy, aparta – Bill se masturbó con su mano derecha – diosssss – gemía – si supiera que ni me puedo correr a gusto el puto cabrón, dios TOMMMMM – gritó con su propio semen en la mano
– Soy Albert – se quedaba el desconocido mirandole raro
– Sí, ya se quien eres, a ver, perdon – se levantaba
Tom esperaba en el aeropuerto, no paraba de mirar su móvil, él no iba a ser quien diera el primer paso, pero el no despedirse de Bill le quemaba, le dejó una nota, pero no sabía si lo leería. Bill entró en su casa, sin ánimos de nada, solamente se quería duchar y meterse en la cama con Tom, venía dispuesto a hacer lo que él quisiera, al ver todo apagado y no ver nada de luz, ni siquiera en el estudio de casa se asustó, se fué corriendo hacia la habitaciòn y se acordo de que su hermano se iba esa misma noche a casa. Miró su reloj y vió que eran las once y media, llamó a su hermano pero tenía desconectado el móvil pensando que ya estaría dentro del avión, no le dió un brote de pánico pero casi que se estaba muriendo por dentro, encontró la nota cerca del frigorífico como solían hacer, se sentó y la empezó a leer, susurrando.
– Bill, ya llegó la hora del vuelo, no estás aquí, al menos te quería decir que cuidaras a los perros, y que tengas cuidado que la pequeña tiene un poco de diarrea, ya sabes como se pone en esos dias del mes, si ves que se queja o esta realmente mal, te he dejado el número del veterinario aquí, por si la tienes que llevar, creo que nada más, ten cuidado con la llave del gas no te dejes encendida la placa de cocina que recuerda la última vez, casi salimos ardiendo, tambien recuerda que tienes tu camiseta favorita en la tintorería, han llamado esta tarde para decir que estaba lista. Cuidate. Tom
En esos momentos Bill buscó mas nota pero no había solamente el número del veterinario y el recado de la tintorería, no se lo pensó dos veces y le escribió un mensaje al móvil, no sabía si estaba cabreado o estaba a punto de matarle.
– Gracias por la nota Tom, ya tengo una madre para que me diga los recados que tenga que hacer, gracias por todo ¿eh? y por irte sin ni siquiera despedirte de mí, por rechazarme y por ni siquiera escucharme, ya se que no me vas a perdonar, pero no esperes que siga siendo tu puto hermano – escribió un Bill cabreado
– Tom, cariño – su madre le abrazaba – que alegría que estas en casa
– Te quiero mamá – le abrazó fuerte
– Mi pequeño, ¿y como que tu hermano tiene que trabajar? Ya le vale no visitar a su madre.
Tom llegó a casa y estuvo hablando un rato con su madre, pero se fué pronto a la cama a descansar, no quería entrar en la habitación de su hermano, le recordaba a su antiguo hermano, a su pequeño, a aquel que se metía en su cama en noches de tormenta cuando le daba miedo los ruidos, abrió la puerta de su habitación y se tumbó en la cama directamente, no dejaba de mirar al móvil pensando en que estaría haciendo su hermano, así que le llamó, como siempre, no podía estar mucho tiempo sin hablar con su media naranja.
– ¿Bill? – no le escuchaba bien
– Heyyyyy hermanito de sangre, si estas vivo y todo – estaba hablando en la puerta de la discoteca
– ¿Donde estas? No te oígo bien
– Yo de fiesta hahahhaha ¿tú? ¿poniendome verde con Andy? hahah
– No, estoy en casa con mamá
– Eso está bien, no tienes porque contarme nada ¿eh? ahora que no somos nada más que hermanos, no me interesa mucho lo que haces, a lo mejor solamente tus problemas de hermano a hermano, ¿entiendes?
– Estas borracho así que…
– No estoy borracho, me lo estoy pasando genial, ah! y los perros estan bien, ya he recogido mi camiseta, he apagado el gas y no cocino para no ensuciar tu cocina.
– Bill, no seas así
– ¿Así como? Es lo que querías ¿no? Si te sirve de consuelo, ya he buscado apartamento para mí, aunque quiero que me des consejo de hermano, ¿sabes? de hermano a hermano
– Nene, cuando puedas hablar me llamas, porque yo en esta situación no pienso hablar contigo
– ¿Que situación? Si yo te escucho perfectamente y tu a mí
– Bill, te he pedido tiempo, y mira
– ¿Tiempo? Si ni siquiera puedes – hubo una pausa – ni mirarme a la cara, mira, tú te has ido y es lo que querías, ¿no? pues no tenemos nada más de que hablar, ah! y por si te sirve de consuelo, ya han habido otros, ayer por la tarde, esta mañana y esta noche está a punto de caer otro
– ¿Hay que darte un premio por eso? Me da igual, que te lo pases bien y folla con condom no quiero que te mueras de sida
– Tranquilo, que tengo sexo seguro, adiós Tom, adiós para siempre – le colgó.
Continúa…
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