Pirata 12

«Un pirata no se enamora»

Cap 12: El rey

Por primera vez en la vida…lo vi temer.

By Thomas

-¿Qué?- me pregunto Georg dejando su copa de ron en la mesa en la que nos encontrábamos sentados.

-Así como lo oyes- bebí de mi ron-

-Pero yo creí que tu…- lo interrumpí.

-No me sirves cuando piensas, me sirves cuando actúas así que elige a los mejores ¡rápido!

El contramaestre se levantó y fue directamente a contarle mis nuevos planes al maestre.

Tenía que ser lo más rápido posible; quería salir de este asunto y volver al mar…a mi querido Quimera.

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By Bill

-¿Qué sabes de él?- me tomo por los hombros y me sacudió-¡qué sabes de ese maldito bastardo!

-¡Tú eres el bastardo que mato al hermano de Thomas!- le grite. Estaba muy débil como para darle pelea para que me soltara.

-¡Es un maldito pirata! – me grito mientras me lastimaba, su agarre me lastimaba.

-¡Yo también! ¡Igual que mama!- y entonces su fuerte puño impacto en mi mejilla haciéndome caer de la cama. Le odiaba con todo el corazón.

-¡Tu madre era una arrastrada!- grito enfurecido- y tu querido amiguito Thomas morirá -me amenazo y yo lo mire con lágrimas en los ojos- juro colgar en la orca a ese maldito- y salió de mi cuarto dando un portazo.

Me dolía la mejilla…pero mi dolor era de saber lo que pensaba de mi querida madre y de lo que le podría pasar a Tom. ¡Tom es un hijo de puta! Pero a aun así…lo amo…no me importa si el a mí no…quiero estar junto a mi demonio…junto a mi querido capitán.

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By Thomas

Eran las 2:00 de la madrugada; Las calles de Dublín se encontraban solitarias. Era perfecto.

Salí con Georg y el maestre además de dos tripulantes y mi fiel vasallo Smith. Llegamos al repugnante castillo donde se decía vivía el mejor rey de Irlanda. La furia y el cólera de mis recuerdos me inundaban. Quería asesinar a William de la peor manera y colgar su maldita cabeza en la popa de mi amado Quimera.

-¿Cómo entraremos?- pregunto Smith mirando los grandes muros que rodeaban la parte trasera del palacio.

-¿Recuerdas Holanda?- le pregunte con una sonrisa maliciosa. El al oírme sonrió con su lunática expresión.

-Oh – alabo y miro los muros por segunda vez- entiendo.

Sincronizados con apoyo de los demás subí el muro mientras los demás cuidaban mi espalda; seguidos de mí entraron Smith y el contramaestre. Georg aria algo si sabía que éramos descubiertos así que se quedó atrás.

Nos adentramos por el palacio escondiéndonos tras las grandes esculturas de arbusto que tenía el jardín real. Los guardias estaban pendientes de otras cosas y era comprensible, nadie se atrevía a entrar a aquel palacio pero yo prácticamente soy un Dios así que ¿Por qué temer?

Entramos por un balcón que había en el primer piso y nos adentramos al lujoso palacio. Smith se quedó observando las grandes esculturas.

-Smith- susurre- concéntrate.

-Si capitán.

Nos dividimos para rastrear el cuarto de mi objetivo. Subí al segundo piso y camine por los pasillos donde había muchos cuadros. Casi todo eran del rey pero entonces hubo uno que llamo mi atención.

Estaba el maldito de William en su trono, a su derecha su hijo que conocía, este tenía un porte «elegante» mirando al pintor con desdén. A la izquierda había un pequeño niño…un niño bastante hermoso pero triste…miraba a otro lado con las manos atrás…se veía afligido y tenía medio… infladas las mejillas…aquel cabello…no podría confundirlo era el maldito de Bill.

Avance al segundo cuadro y estaban en el jardín…William y su otro hijo jugando algo con una pelota y Bill sentando en un árbol leyendo un libro…totalmente alejado de su «familia» ¿Quién era su madre? Aquí solo había cuadros del rey y sus hijos pero sus esposas no.

Iba a seguir mirando los malditos cuadros pero unos gritos provenientes del último cuarto del pasillo donde estaban me sobresaltaron, inmediatamente me escondí tras una escultura de mármol. Escuche gritos que no descifre y luego un golpe sordo seguido de otro como si algo hubiera caído al suelo.

-¡Tu madre era una arrastrada!- oí al fin cuando abrieron la puerta pero aun no salía- y tu querido amiguito Thomas morirá -Reconocí la vos y quede extrañado por lo que dijo- juro colgar en la orca a ese maldito- y salió del cuarto dando un portazo.

Iba tan enojado el maldito de William que paso de largo sin verme en las penumbras.

Pude haberlo matado en ese instante, pude haberle degollado y terminar con todo lo que el mismo había comenzado; pero los sollozos que oí me hicieron congelar todo el cuerpo…su llanto y sollozos retumbaron en mi cráneo y prácticamente mi cabeza me ordeno ir hacia aquel que lloraba…no quería, eso significaría acabar con el segundo objetivo pero…cuando me di cuenta estaba frente a su puerta.

Agarre el pomo e iba a entrar pero entonces escuche sus lamentos…

-¡Un maldito!- dijo con un hilo de voz mi ángel- Maldito Tom…- dijo- maldito…

-Se lo que soy- dije al fin entrando. Me destroce al verlo me sentí sin fuerzas me sentí derrotado…por tercera vez.

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By Bill

-Se lo que soy- escuche aquella vos y de inmediato mire hacia la figura que había penetrado en mi cuarto. Estaba ahí ¡Thomas estaba aquí en mi cuarto! No sabía cómo reaccionar…mi corazón se aceleró de una manera brutal y mi cuerpo tembló…mis ojos se llenaron aún mas de lágrimas…y no pude hacer más que levantarme y tirarme a sus brazos…era patético…pero quería estar con él.

-Tom…-solloce en su pecho. Sus confortantes brazos me rodearon la cintura abrazándome y yo solo pude llorar con más fuerza- ¡porque me hiciste esto!- le reclame entre sollozos golpeando sin fuerza su pecho…no podía abrir los ojos solo quería sentirlo…sentir que estaba entre sus brazos…sentir que no era irreal.

-¿William fue el que te hizo eso?- pregunto con una vos firme y congelada. Lo mire confundido…su tono era cruel pero sus ojos decían otra cosa…paso su mano por mi mejilla y la sentí arder-

-Hum- me queje y cerré los ojos- Sí. Me ha golpeado- le mire. Su rostro se mantenía inexpresivo pero sus ojos ahora eran atroces.

-¿Por qué?- pregunto aun sin dejar de abrazarme con sus fornidos brazos.

-Porque…le hable de ti- confesé- le dije que yo era un pirata igual que mama y entonces me dio un puño-baje la mirada y solloce- me dijo que mi madre era una arrastrada… – las lágrimas de ira volvían a mí. Quería morir ahí mismo.

-¿Tu madre?- me pregunto confundido- ¿Quién era tu madre?- lo mire y él se mantenía inexpresivo…frio y seco.

– Simone Morgan – dije con tristeza.

-Morgan- analizo mi querido capitán.

-Tom…-susurre y el me miro- ¿Por qué viniste?

El silencio inundo toda mi habitación. Tom se quedó mirándome a los ojos…sus ojos hostiles y desgarradores pero estoy seguro que en el fondo…veía algo…algo que no sabía descifrar. Sin aguantar, me abalancé contra el juntando mis labios con sus dulces labios de ron. El no correspondió al principio pero luego su deliciosa lengua penetro en mi boca…tomando el control total de aquel beso mientras sus brazos me aferraron más a su cuerpo.

-Tom yo…

-¡Atrápenlo!- entraron a mi cuarto los soldados de mi padre y se abalanzaron contra Thomas que me empujó hacia la cama para hacerle frente a los soldados. Desenfundo su espada y los miro.

-No es de caballeros atacar por la espalda – dijo con elegancia mientras los soldados con miedo se mantuvieron en línea.

-Vaya vaya- escuche la vos de mi padre- que tenemos aquí- salió de entre sus soldados pero dos se quedaron a su lado. Estaban a apenas dos metros de distancia…Thomas y mi padre.

-William- dijo Tom con asco- nos volvemos a ver.

-Y en las mejores circunstancias Thomas- sonrió mi padre con arrogancia- recuerdo nuestro último encuentro ¿Cómo está tu hermano?

-Esperando porque clave mi espada en tu cuello- contesto con arrogancia sin quitar su sonrisa burlona del rostro.

-Como te atreves a decir eso – sonrió mi padre sínicamente- si estas a punto de morir.

-Yo no estaría tan seguro- en un movimiento rápido Thomas me agarro del brazo y me puso frente a él colocando su espada en mi cuello.

-Oh vamos Thomas- dijo mi padre un tanto nervioso- sé que no lo matarías, es tu amigo.

-¿Mi amigo?- se rio – ¿quieres apostar?- mi padre dudo y me miro. Yo estaba asustado.

-No serias…- el filo de la espada de Tom roso mi cuello un poco haciendo que este sangrara y me hiciera sentir un poco de ardor- ¡basta!- grito mi padre alarmado y Thomas se rio.

-¿A que no viejo?- se burló. Yo tenía miedo, Tom tan solo me había rosado con aquella espada y yo sangraba un poco y me ardía ¿Qué carajos tenia Tom en la cabeza?

-¡Suéltalo!- grito desesperado mi padre.

-Jajaja- se rio Tom y dio varios pasos atrás. Mi padre estaba cagado del susto- suplícame –

-Thomas- dijo mi padre pendiente de la espada- es mi hijo-

-Era mi hermano maldito bastardo- le dijo Tom con veneno en las palabras- y lo mataste-

Entonces sentí como Tom salto conmigo hacia atrás y el vidrio de mi ventana se rompió en mil pedazos. Al caer Tom me abrazo contra su pecho y caímos en los arbustos llenos de espinas que había en el jardín. Yo no había sentido el impacto ni los vidrios ya que Tom me había protegido. Asustado lo mire.

-¡Tom!- grite-

-Corran y atrápenlo- grito mi padre desde arriba.

-¡Thomas!- grito el maestre que fue hacia mí y me bajo del arbusto. Thomas se levantó tensando la mandíbula.

-Thomas estas…- pero él se levantó de los arbustos-

-Vámonos ¡ahora!- El maestre me cogió y me alzo como si de un bulto de papa se tratase y salieron corriendo hacia el muro. Yo pataleaba porque me soltaran hasta que el maldito maestre me tiro sobre el maldito muro y caí en los brazos de Georg que me miro con desdén.

Yo ya estaba del otro lado del muro pero Thomas y el maestre seguían del otro lado. Oí los gritos de los soldados más cerca entre en pánico y me baje de los brazos de Georg.

-¡Mátenlo!- escuche y un disparo se escuchó de las nuevas armas inglesas que habían llegado-

-¡Thomas!- grito Georg sin saber que sucedía.

-¡Le dimos! ¡Le dimos!- gritaron. Entre en pánico pero no reaccionaba estaba congelado.

-¿Qué esperas imbécil?- le oí gritar a otra persona. Voltee a ver y Smith traía a ¡Thomas! Pero…estaba sin el abrigo y sin su sombrero entonces entendí.

-No es Thomas- gritaron los soldados del otro lado del muro- ¡un impostor!

Georg me agarro firmemente del brazo y salimos corriendo de allí hacia una carrosa de madera. Nos subieron a la parte de atrás y el que manejaba que reconocí como uno de los hombres de Thomas azoto al caballo para que este saliera desbocado del lugar.

El que había muerto fue el maestre. No Thomas.

-¿Capitán?- pregunto Georg asustado-

-Quítate esto capitán- le dijo Smith ayudándole a quitar la camisa ensangrentada.

De milagro no me desmalle. Thomas tenía toda la espalda y tal vez hasta sus piernas, llenas de vidrios incrustados que le hacía sangrar de una manera horripilante. También había espinas del arbusto y tras del hecho el golpe…Thomas no había dicho nada en todo el camino.

-¡Thomas!- grito desesperado Georg.

-¡Cállate!- al fin grito Thomas abriendo los ojos-

-¡Casi te matan! ¿En qué rayos estabas pensando? ¡Se supone que mataríamos al rey y saldríamos del castillo! – y entonces Thomas con un rápido movimiento con la mano, le dio un golpe debajo de la quijada de Georg haciéndole cerrar la boca de golpe y mandar la cabeza hacia atrás.

-Tu maldito bastardo que no se te olvide con quien hablas- Thomas parecía….un demonio…un demonio enfurecido- ¡que no se te olvide si no quieres que te mate!

Continúa…

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