«Un pirata no se enamora»
Cap 21: Fin
Después de esa noche, el contacto que teníamos Thomas y yo era casi nulo. Según lo que había oído de Smith el pueblo está escondido con miedo ya que creían que yo estaba secuestrado por los piratas.
Georg y los demás estaban planeando algo en el cuarto de mapas de mi padre junto a Thomas; pero cuando yo intentaba entrar cerraban la puerta o Tom daba por finalizada la reunión para dirigirse a atender a su hermano que se está reponiendo satisfactoriamente. Sabía que en estos momentos Thomas debía de estar muy ocupado y por eso no decía nada. Hasta que llegó la hora que supe la verdad.
Esa mañana me desperté tarde ya que no tenía nada que hacer. Al salir todo estaba muy silencioso; no estaban los gritos de Georg o las estruendosas carcajadas de Smith. Baje las escaleras y no vi a ninguno de mis camaradas…asustado fui hacia la sala y allí estaba Thomas cerrando la puerta. Al oírme volteo y me sonrió con dulzura.
-¿Dónde están todos?- pregunto embobado en sus labios.
-En el Quimera- me contesto y yo lo mire-
-¿Y qué hacen allí?
-Sabes Bill- se acercó a mí- a pesar de que eres de la nobleza, naciste en cuna de oro y pudieron haberte malcriado. Debo admitir que eres el ser más puro que he conocido en estos tiempos- confundido lo mire mientras me tomaba de las caderas- Tal vez esa pureza fue la que me atrajo a ti. Yo estoy tan podrido, que ver tanta belleza simplemente me dejo idiotizado.
-Tom…- me interrumpió.
-Así mismo me hiciste dar cuenta de muchas cosas. Y gracias a ti conseguí mi venganza y recuperar a mi hermano. Créeme que ganas no me faltan de desvestirte ahora mismo y romperte en dos demostrando lo loco que me traes- dijo en su manera basta de hablar-pero eso solo te lo haría más difícil.
-Thomas…no entiendo- dije mirándolo a los ojos. Esto no me gustaba en lo más mínimo.
-Me marcho Bill- soltó mirándome a los ojos.
-¿A dónde?- pregunte tragando saliva-
-Al mar- sonríe sin alegría- soy un pirata Bill. Vivo en el mar y allí moriré.
-Iré contigo- dije abrazándolo.
-No puedes- correspondió mi abrazo. Un dolor devastador me oprimía el pecho- Debes quedarte aquí y gobernar Irlanda.
-¿Qué?- pregunte volviéndolo a mirar.
-Serás un gran rey Bill lo sé- me miro- algún día vendré a saquear y veré lo bien que has manejado el asunto.
-¡No quiero Thomas!- grite sintiendo como se llenaban mis ojos de lágrimas- ¿Por qué? ¡Por que!- le grite dejando salir un sollozo. El me miro con tristeza.
-No eres un pirata. No mereces esta vida y yo…-trago saliva- yo te amo- En ese momento el llanto se paró y mi corazón bombeo sangre demasiado rápido «yo te amo…yo te amo» se reproducía en mi mente – Tanto que no quiero que vivas así. No quiero que en algún atentado caigas…No quiero que el tesoro más grande y hermoso que he conocido me lo roben. Por eso te dejare aquí Bill. Aquí donde sé que estarás bien. Donde sé que tendrás una buena vida…-Su vos se quebró y miro al suelo suspirando.
-Thomas…- susurre. ¿Pueden creer que mi pecho no se decidía en si sentir tristeza o alegría? Me amaba…pero me dejaba….pero porque no quería que me pasara nada…pero se alejaba ¿Qué tenía que hacer?
Sin más que decir…solo me tomo del mentón y me beso…fue el beso más doloroso que pude haber dado en toda mi vida…pero así mismo…el mas cálido y sincero que alguien me haya podido dar.
-Promete que volverás a visitarme – le dije con lágrimas en los ojos. Estaba atardeciendo ya y el puerto estaba solo. Thomas me miraba y yo lo miraba a él. Se veía triste pero mantenía una sonrisa hacia mí que sabía muy bien era falsa.
-Volveré Bill- me afirmo- siempre que pueda, volveré a verte.
Y el trato se selló en otro beso…un beso salado por mis lágrimas…un beso romántico por el atardecer…y un beso amargo por la despedida.
Vi zarpar aquel barco de mis sueños…Aquel barco donde me enamore…aquel barco llevaba al ser más importante de toda mi mísera existencia. Pero justo como se lo había prometido a Thomas. Tome la posición de rey en Irlanda con la mentira al pueblo de que se hizo un trato con los piratas.
En la actualidad:
-¿Y que más paso?- me pregunto el pequeño chico que habíamos encontrado merodeando en el castillo. Resulto que era huérfano y lo adopte.
-Pasaron muchos años – le conteste sonriendo.
-¿Y el pirata Thomas no volvió por Bill?- pregunto con sus ojos llenos de esperanza.
-No se volvió a saber de aquel pirata…- dije con nostalgia- muchos rumorean que murió. Otros que encontró un tesoro que lo llevaba a un mundo maravilloso.
-¿Y qué paso con Bill?- me pregunto entristecido.
-Aun lo sigue esperando- contesté.
-Pero…tú te llamas Bill. Y eres el rey de Irlanda. ¿Tú eres el de la historia, papi?- me pregunto emocionado y yo sonreí.
-Tengo ya 29 años muchachón- le conteste sonriéndole.
-¡Eres increíble papa!- grito- ¿Es por eso que me llamo Tom?- pregunto emocionado.
Yo solo le sonreí. Haber recordado todo lo sucedido hace tantos años me puso un poco colérico. Aquel chico se parecía mucho a Tom. Tal vez por eso quise adoptarlo como mi hijo ya que ninguna chica ni chico me había gustado desde entonces.
-Así es – le sonreí- llevas el nombre de una leyenda.
-¡Wow!- grito- papi cuando grande quiero ser un pirata como ¡Thomas! – grito y salió corriendo haciendo ruidos de cañones.
Suspire colérico y me dirigí hacia el balcón del jardín para tomar aire. A pesar de todo aún seguía vivo aquel sentimiento por aquel pirata que tenía mi corazón. Sin importar el tiempo.
-Una leyenda ¿eh?- un escalofrió tremendo invadió mi espalda al oír aquella voz…me gire hacia un lado y de un arbusto encima del muro estaba sentando aquel…aquel pirata…
-¿Thomas…?- susurre casi sin aliento.
-Estas muy hermoso gusano- dijo saltando el muro y cayendo a pocos metros de mí- fue agradable recordar cómo nos conocimos – sonrió de lado. Yo aún no me recuperaba del shock y mis latidos eran desbocados. -No llores por favor ¿no estas feliz de verme?- dijo al notar como mis ojos se llenaban de lágrimas.
-Thomas…Thomas- susurre y salte el balcón y me tire a sus brazos abrazándolo con fuerza-¿Por qué te demoraste tanto?- sollocé hundiendo mi cabeza en su pecho- creí que habías muerto ¡creí que ya no me querías! Pensé que me habías olvidado…
-¿Olvidarte?- pregunto- yo te amo- me dijo tomándome del mentón y haciendo que lo mirara. Ahí me di cuenta que ya no traía sus rastas si no tenía trenzas monas y negras. – Y vine cada año Bill- me dijo y yo lo mira- vine pero estabas feliz. Siempre que te veía estaban celebrando con tus amigos. Un Patrick y un Steven además de una tal Tamii ¿no es así? Y luego llego aquel huérfano – mis ojos estaban por salirse de sus orbitas ¿Cómo sabía todo eso? – aquel Tom- sonrió de lado- y creí que tu vida era mejor sin mi presencia y hoy me disponía a irme como cada año en esta fecha tu cumpleaños- me dijo- pero cuando vine a verte estaban contándole nuestra historia al mocoso y al ver como lo contabas vi que aún me extrañabas.
-¡Idiota!- grite y el me miro sorprendido- ¡siempre te espere! ¡Cada día! ¡Todos los días me doy una caminata al puerto con la esperanza de encontrar un barco con velas negras! ¡Idiota!- dije sollozando.
Thomas como solía hacerlo. Me tomo del mentón y me beso…callando todas mis acusaciones con su deliciosa lengua sabor a ron. Él me amaba aun….tanto como le amaba yo a él.
-Una nueva historia comenzara – Me susurro Thomas al oído…y yo solo me estremecí.
The end