“Polvo de estrellas”
Drabble 22: Cantando
Con ayuda de unos programas de música que Tom descargó en su computadora, Bill pudo aprender lo básico y comenzar en sus intentos de canto.
—Eres estupendo —Le elogió el rastudo con sinceridad.
—No Tomi, estoy recién empezando y creo que lo hago horrible —Se quejó el pelinegro, ocultando su rostro tímidamente, tras sus manos. El humano se acercó a él y quitando sus manos, le besó tiernamente los labios.
—Eres asombroso. Tu voz es maravillosa, aún recuerdo el día en que me dijiste tu nombre, como sonó melodiosamente a través del viento —Expresó el rastudo mirando con adoración a su pequeño alien.
—Me haces sonrojar.
—Me encantan cuando lo haces —Se besaron profundamente y al separarse, se abrazaron con fuerza—. Me gustaría presentarte a unos amigos míos, ellos tocan otros instrumentos y solíamos tocar en algunas fiestas de la escuela.
—¿Estás seguro? —La voz del pelinegro sonaba aterrada—. No quiero ponerte en ridículo, ya sabes que hay cosas de tu mundo que aún desconozco y sólo he salido al bosque contigo, no he visto nada de la Tierra —Tom sólo sonrió.
—No importa cielo, yo estoy aquí para ti, si te equivocas, yo lo arreglo y es todo —Le besó la punta de la nariz—. ¿Quieres? —Bill pudo ver el anhelo en el rostro de su pareja, así que asintió, aún temiendo arruinarlo todo.
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Una semana más tarde, Tom conducía su auto con tranquilidad hacia el otro extremo del pueblo, para practicar con sus amigos y presentarles a Bill. Su mente funcionaba a toda velocidad, sus amigos sabían que él tenía un amigo o conocido que nunca les presentó y del cual ni siquiera les había dicho el nombre, ya que por ese entonces él tampoco lo sabía, por eso ahora llegar con él y contarles que aparte de ser su amigo, era su novio, seguramente los espantaría.
Sin embargo, su temor no era comparable al que sentía el pelinegro a su lado, quien se retorcía en el asiento, temeroso de hacer algo indebido o usar su lenguaje para referirse a ellos como “los terrícolas”, no quería arruinar la amistad de Tom con ellos, pero tampoco estaba seguro de controlar sus impulsos si alguno de ellos, le ofendía o dañaba a su pareja, él sabía que pese a su carácter pacífico, si alguien lastimaba s su gemelo, sacaría lo más involucionado de su ser, al grado de atacar físicamente si era necesario para salvar a su amado Tomi.
—Tranquilo Bill —dijo el rastudo, tratando de infundirse ese mismo valor él mismo.
—Será mi primera vez ante otros humanos, a parte de tu mamá —Explicó él.
—Pero siempre hay una primera vez para todo —Ambos asintieron y siguieron el viaje en silencio.
Al llegar un chico fornido de cabello largo y castaño les abrió la puerta, con una grata sonrisa. Bill se sorprendió al verle y le abrazó con cariño.
—Georg ¿cuándo llegaste? —El castaño correspondió su abrazo, y luego miró a Tom sorprendido. Tras alejarse un poco, se presentó.
—Hola, amigo de Tom, yo soy Peter, no Georg —dijo sin dejar su sonrisa cálida. Las mejillas del pelinegro se tiñeron de rojo y se llevó las manos a la boca.
—Lo siento, te confundí con un gran amigo mío.
—No hay problema —contestó el castaño.
—Peter, él es Bill —Les presentó el rastudo, tan sorprendido como Bill con esta situación.
El pelinegro le había contado anteriormente, como sus amigos, los G’s, le habían ayudado con todo lo de la fuga, y de los graves riesgos que ellos también corrieron en ese plan.
—Mucho gusto Bill, pasen por favor, Paul está adentro.
La pareja entró a la sala y un rubio de gafas oscuras les saludó con el rostro serio. Una vez más Bill se sorprendió y como un rayo la comprensión de lo que ocurría llegó a su cerebro.
«Son los gemelos de los G’s» Se dijo mentalmente, por eso son iguales, como Tom y yo.
Tras saludarse cordialmente, y beber un poco de soda. Tom cogió la mano de Bill y sonrió bobamente a sus amigos.
—Chicos, ustedes serán los primeros en saberlo —Los otros dos jóvenes, miraron las manos entrelazadas y sus miradas mostraron sorpresa.
—No será que ustedes… —Comenzó el rubio, Paul.
—Sí, Bill y yo somos novios —Los rostros cambiaron a “total alegría” y nuevamente los abrazos se hicieron presentes. Los P’s (Peter y Paul), mejores amigos de Tom, conocían todas sus aventuras con chicas, pero nunca se imaginaron que terminaría enamorado de un hombre, por muy guapo que éste se viera. Sin embargo, al ver el rostro de Tom irradiando alegría, no pudieron menos que apoyarlo.
—Que bien por ti hombre —Felicitó el castaño.
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Luego de risas y festejos por la nueva pareja. Tom explicó a sus amigos sobre las habilidades de Bill con la música y que sería bueno probarlo, en una audición, para que finalmente la banda estuviera completa.
Los chicos estuvieron completamente de acuerdo y tras ubicarse en sus lugares, tocaron la melodía que llamaron “Monsoon”. El pelinegro cantó las letras que él y Tom compusieron para esa hermosa melodía y simplemente se dejó llevar por sus emociones que correspondían fuertemente al motivo de la canción.
Porque en su deseo desesperado por estar con Tom, él había atravesado todo, no sólo un monzón, sino una galaxia entera, había violado las leyes de su raza, había engañado a las autoridades de su pueblo, pero al ver a su rastudo tocar la guitarra para acompañarle en su canción, comprendió de inmediato que todo había valido la pena, la vida sólo tenía sentido al estar a su lado y que mediante la melodía podría mostrarle cuanto le amaba. Decidió en ese momento, que eso es lo que haría de ahora y para siempre… cantar, cantar para su amado Tomi.
Continuará…
Wow, Los G’s espaciales, son los P’s terrestres jejejeje en fin, ¿podrán seguir en el mundo de la música? No lo creo, me temo que tendré que ponerme media malita y ponerle acción al fic jejeje, no se pierdan la continuación. Besotes.
