“Polvo de estrellas”
Drabble 26: Espacio
Los gemelos estaban tensos, mientras la pequeña nave subía, dejando las esponjosas nubes atrás. Tom apretó los dientes ante la extraña sensación, no era como los juegos mecánicos que tanto le gustaban, la montaña Rusa quedaba atrás, esto era diferente, además estas nuevas sensaciones estaban directamente relacionadas con un peligro inminente, lo que aumentaba el nivel de estrés en sus entrañas.
—Tranquilo Tom, Georg es el mejor controlador de vuelo que existe en mi raza, él nos guiará a salvo, aunque crucemos toda la galaxia —Le alentó el pelinegro, mirándolo desde su lugar frente al tablero.
—No es eso lo que temo Bill —Se atrevió a hablar el humano y dio un gran suspiro—. Temo que nos encuentren y ellos te alejen de mí —Sin poder evitarlo, se arrodilló al lado de Bill y apretó su mano con fuerza—. Prefiero morir junto a ti —susurró y tras un estremecimiento, el alien decidió que lo más adecuado era decir la verdad.
—Tomi… —Se ganó la mirada expectante del humano y tras un breve suspiro continuó—. Me temo… que así será…
—¿Qué cosa?
—Si nos llegan a descubrir… juntos… no sólo me matarán a mí, sino que… a ti también, porque se supone que ya te he contaminado —Los ojos de Bill se aguaron, se sentía culpable, si tan sólo se hubiera limitado a acariciar a Tom como una simple brisa en el bosque, nada de esto estaría pasando—. Te he condenado mi amor —Sollozó.
—Shhh —Le calmó el rastudo, abrazándolo con cariño y besando su cabello con ternura—. Prefiero eso, a vivir el resto de mi vida sin ti. Te amo tanto Bill, que no creo posible una vida sin ti.
Dulcemente se miraron a los ojos y se conectaron en un beso tierno y prolongado, hasta que las luces artificiales del interior de la nave se encendieron automáticamente.
—¿Qué ocurrió? —preguntó el rastudo, sorprendiéndose por el repentino cambio.
—Salimos de la atmósfera terrestre cielo —dijo el pelinegro tomando su mano—. Mira… este es el espacio
Tom se volvió a sentar en su lugar y miró alrededor con asombro y un sentimiento de aventura lo llenó, era como si el simple hecho de presenciar la vastedad del espacio, le indicara que él ya era parte de ello desde hacía muchos siglos.
Al ser parte de Bill, ya estaba considerado como una de las razas más antiguas del universo y por tanto, quizás había muchos seres repartidos por ahí que eran como él o tal vez… parte de él.
—Tengo una duda Bill —dijo el rastudo mirando a su querido alien.
—Dime.
—¿Por qué somos gemelos? Si tú me diste de tu esencia, ¿por qué no eres mi padre o mi madre?, ¿por qué… gemelos? —El ceño del humano estaba contraído, cosa que le causó ternura al pelinegro y tras una breve sonrisa, procedió a explicar.
—En realidad no es la gran cosa Tomi, es simple —Tomó aire y sonrió nuevamente—. Es mi esencia… parte de mí, no es como en tu planeta que el hombre pone su esperma y la mujer su óvulo, cosa que los convierte en padre y madre, mi esencia es todo lo que yo soy, somos uno, iguales, como cuando los gemelos comparten la bolsa dentro del útero, esa es la razón más sencilla. Gemelos, es la palabra que utilizamos para decir que somos uno.
—Almas gemelas —Concluyó el humano y esbozó una sonrisa también.
—Quiero mostrarte algo Tomi, algo que jamás he hecho antes y que nunca haré con nadie más que no seas tú —El rostro del moreno mostraba total seriedad, por lo que Tom asintió.
—Estoy dispuesto a todo contigo amor mío.
—Seremos uno… literalmente —dijo con solemnidad y Tom alzó una ceja, para él había una forma de “ser uno” y consistía básicamente en… hacer el amor, cosa que aún no habían experimentado, no por falta de ganas de parte del rastudo, sino más bien por respeto a su pareja, para permitirle adaptarse completamente a su cuerpo humano, para que cuando lo tomara, éste pudiera sentir y gozar plenamente de aquel acto de entrega y amor infinito.
—¿Cómo? —preguntó el humano, llevado por la intriga.
—Cambiaré mi estado —Explicó y su rostro cambió a uno de preocupación—. Pero si eso te asusta, no lo haré.
—No cielo, no me asustaré, nada de ti me asusta —Le calmó el rastudo—. Quiero… quiero hacerlo.
Tras asentir, Bill se puso de pie frente a su amado y concentrándose al máximo, comenzó a brillar fuertemente, hasta que todo su cuerpo fue pura energía, una masa de luz. Tom miró maravillado a su amado y recordó su cumpleaños número dieciocho, cuando descubrió la verdadera naturaleza de su alien.
—Eres tan hermoso Bill —dijo con una sonrisa, provocando que algunos destellos de luz salieran del total de la forma luminosa, demostrando la felicidad del alien al no verse rechazado en aquel estado, que era el que básicamente lo definía, era la forma principal de su raza, y de dónde prácticamente venía Tom… de su luz, de su ser, eran “energía pura”
«Será mejor que te sientes Tomi»
Dijo la voz que esta vez no escuchó con sus oídos, sino más bien, fue una transmisión telepática, directamente a su cabeza. El humano, sintió una ligera excitación al no saber qué era exactamente lo que ocurriría, sin embargo, obedeció la voz y se sentó en su lugar.
—¿Está bien así? —preguntó suavemente, sintiendo como sus mejillas ardían al poder percibir la vibración energética que desprendía el cuerpo luminoso de Bill.
«Estás perfecto»
Escuchó nuevamente en su mente.
«Cierra los ojos»
Tom lo hizo y de pronto sintió que una de sus manos, era tocada por aquella luz, apretó los ojos, no quería ver, sólo sentir. El cosquilleo en su mano era agradable y luego sintió exactamente lo mismo en la otra mano y luego sus brazos.
La vibración era excitante, y el rastudo sintió que su entrepierna se endurecía, pero no dijo nada, dejaría que Bill le mostrara esto que era tan importante para él.
« ¿Estás listo?»
Preguntó el alien en su cabeza, pero esta vez, pudo sentir que Bill estaba agitado, como si él también estuviera caliente por la situación.
—Sí —respondió casi jadeante.
Un golpe eléctrico, no… una descarga eléctrica, eso fue lo que sintió el rastudo cuando todo el cuerpo luminoso de Bill se sentó sobre él y “dentro” de él. Pudo sentir que en ese momento, no había cuerpo alguno que los separara, estaban completamente unidos, porque cada molécula del centro luminoso de Bill, se había unido con el cuerpo físico de Tom.
El rastudo temblaba y sentía que su miembro estaba a punto de explotar, no podía tocar a Bill, porque estaba en su interior. Y gracias a esto, pudo sentir cada una de sus emociones, cada alegría, cada temor, cada una de las experiencias vividas a lo largo de su inmensa existencia.
Bill era tan antiguo como las arenas de Egipto y sin embargo, tan joven como un bebé que recién explora el mundo. Bill era todo y nada, y en ese momento, Tom lo amó más que a nada en la vida, justo entonces comprendió que nada valdría la pena si Bill no estuviera allí para compartirlo con él… nada sería lo mismo sin Bill.
—Dios, como te amo —Suspiró y su cuerpo alcanzó el clímax.
La luz suavemente se separó de él, dejándolo cansado, agotado, exhausto y todos sus sinónimos, pero a la vez… lleno de amor y dispuesto a enfrentar la vida de una manera completamente diferente, siempre y cuando ambos estuvieran juntos… por siempre.
Continuará…
Wow, que lindo fueron uno, pero ¿quedará tranquilo Tom después de haber experimentado tal conexión? Yo creo que no, no se pierdan “otra forma de ser uno” jejeje ¿ya se imaginan de qué va?