«Revoltoso» Fic Toll de MaryKaulitz
Capítulo 10
— ¿Tom? —Se oyó una voz preguntar detrás de ellos.
Todos miraron a la recién llegada, algunos con la boca abierta, otros desconcertados, otros… con el miedo plasmado en su rostro.
—Mamá —dijeron Tom y Natalie a la vez.
—Hola, chicos. Creí que estarían en casa… —dijo Simone dejando un beso en las mejillas de sus hijos y sus amigos.
—A ellos se les ocurrió salir a pasear. —Natalie dijo despreocupada.
—Ya entiendo… están teniendo una cita… —Comenzó a contar—. ¿Triple? —Rio por su propia broma.
—No mamá, nosotros… —Tom fue interrumpido.
—Ya veo porque no querías tener una cita con Ali —interrumpió Simone mirando de Tom a Gustav—. Debí suponerlo, cuando de pequeño jugabas con las Barbies de Natalie —Se regañó mentalmente. Todos, menos Bill, Tom y Gustav, rieron.
— ¿Qué? —Tom hizo una mueca y miró a Gustav—. Mamá, te estás…
—Pero no te preocupes, no soy homofóbica… creo. —Simone sonrió—. Puedo ver quien es la mujer en la relación —Miró el cabello rosa de Gustav.
— ¡Mamá! Gustav es solo un amigo —Puso una expresión de asco—. Y yo no jugaba con Barbies, eran figuras de acción… femeninas —Se alzó de hombros—. Era Natalie la que usaba mis autos y mis figuritas súper machotas —dijo con el ceño fruncido.
—Ya, pero… Natalie no es lesbiana, tiene novio —dijo Simone como si fuera obvio. Todos guardaron silencio.
— ¿Qué? —pregunto Chantelle confundida.
—Mamá, Bill no es mi novio —dijo Natalie sonrojada.
—Oh, claro —dijo Simone riendo—. Se están conociendo recién.
Natalie suspiro frustrada—. Cree lo que quieras, luego no te sorprendas.
— ¿Estás embarazada? —preguntó sorprendida.
— ¡No tiene nada que ver! —Natalie alzó los brazos exasperada.
—Bueno, bueno, no te enojes. —Se defendió la mujer—. Si no me quieres aquí me voy—reclamó.
—No es eso —Natalie alzó los hombros, más tranquila.
—Esto es incómodo —dijo Gustav bajito, todos lo escucharon.
—Tienes razón, fue imprudente de mi parte —dijo Simone ahora tímida—. Los apoyo chicos, solo… no se besen delante de mí —dijo haciendo una mueca. Todos hicieron una.
—No es lo que… —Gustav fue interrumpido.
— ¡Andy, querido, estas cada vez más rubio! —dijo Simone viendo a Andreas.
—Hola —Andreas le beso una mejilla y sonrió divertido.
— ¿Ella es tu novia? —preguntó mirando a Chantelle—. Mi nombre es Simone, querida, un gusto. —Sonrió—. ¿Van juntos a la peluquería? Puedo ver porque están juntos —murmuró mirando sus cabellos.
—No, soy prima de Andreas —Chantelle soltó una risita.
—Oh, incesto, entiendo —habló haciendo una pose pensativa—. Yo no soy nadie para juzgar al corazón. —Todos tenían las cejas elevadas.
Todos quedaron en silencio, creyendo que si hablaban sus palabras serían tergiversadas.
—Bueno, vine a comprar cosas para la cena, a Gordon le pagaron —Simone sonrió menos entusiasta.
—Nosotros nos vamos más tarde —dijo Natalie entendiendo. Ese dinero no les alcanzaría por todo el mes.
— ¿Por qué no vienen a comer? —preguntó Simone tranquilamente. Tom sonrió mirando a Bill, Natalie dudó.
— ¿Es buena idea? —susurro al oído de su madre, esperando no ser oída. Simone solo sonrió suavemente.
—A Gordon le pagaron, y le dieron un pequeño bono por… no recuerdo… —Alzó los hombros—. Estaremos bien —sentenció.
—Bien, si es lo que quieres. —Siguió murmurando—. ¿Quieren ir a comer a la casa? —preguntó dirigiendo su mirada inconscientemente hacia Chantelle.
—Claro, todos iremos —Chantelle sonrió entusiasmada.
—Siempre responde por todos —dijo Andreas frunciendo el ceño.
—Bien, ¿me acompañan a comprar? —preguntó Simone sonriendo.
—Claro —dijo Bill. Todos siguieron a Simone hacia el supermercado.
— ¿Qué fue eso? —murmuro Chantelle desconcertada.
—Mi madre —respondieron los hermanos tranquilamente.
—Yo ya estoy acostumbrado —respondieron los otros hermanos.
Bill asintió—. Creo que yo igual…
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En el supermercado todos se dividieron buscando cosas para comer, Simone veía a los chicos llegar trayendo diversas cosas, mordió sus labios.
Quizás no fue buena idea haberlos invitarlos.
Bill, aprovechando un momento sin Simone, agarró a Tom y lo llevó a un pasillo poco transitado.
— ¿Qué pasa? —Tom lo miró sonriendo.
—Extraño tus besos —admitió Bill, Tom se sonrojó.
—Oh, yo… yo igual extraño los tuyos —dijo mirando hacia otro lado, totalmente nervioso. Estaban en un lugar público.
—Mírame —pidió amable, Tom obedeció lentamente—. Eres adorable —dijo Bill riendo bobamente.
—Bésame luego —pidió Tom haciendo un puchero. Bill rio y se inclinó, dejándole un pequeño beso en la mejilla.
Tom frunció el ceño. Eso no era lo que él quería, se armó de valor y acercó su rostro al de Bill, deteniéndose a centímetros de sus labios.
—Bill… —Se quejó Tom, Bill suspiro y comenzó a alejarse.
—Bien, no debes sentirte avergonzado —dijo Bill suavemente.
—Es la primera vez que intentas besarme en público, es normal que me sienta así —dijo Tom defendiéndose—. Pero… Bill, quiero que me beses —pidió sonrojado.
Bill sonrió. «Tom es así», se recordó. «Un mocoso infantil; pero así lo quiero».
Inclinándose poso sus labios sobre los de Tom, disfrutando del sabor que estos portaban. Tom se relajó segundo después de sentir los labios de Bill, entregándose de lleno en el beso.
Natalie, al final del pasillo, sonrió mientras miraba a su hermano. Tom estaba en buenas manos.
—Es tan estúpido —pensó en voz alta.
—Deja de espiarlos —oyó un murmuro cerca de su oído, se giró rápidamente topándose con el rostro de Chantelle a centímetros del suyo.
—Chantelle, no te oí venir. —Sonrió nerviosa.
«Parece que Tom no es el único estúpido». Natalie rio.
—No es importante —dijo tranquilamente—. ¿Seguimos ayudando a tu madre? ¿O prefieres perderte un rato como esos dos? —pregunto seductoramente.
—Oh, qué directa —dijo sonrojada—. Podríamos perdernos un rato, digo… si es lo que quieres… —Chantelle sonrió.
—Vamos —dijo tomando a Natalie de la mano y saliendo del supermercado.
—Pues, solo quedamos tú y yo —dijo Gustav mirando a su hermano.
—Ni siquiera lo intentes —Le cortó Andreas.
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— ¿Regresamos? —preguntó Bill separándose de Tom.
—En un ratito más —pidió Tom suspirando, Bill sonrió y volvió a acercarse.
—Debemos regresar —dijo Bill luego de un rato, llevaban ya varios minutos, seguro Simone debería estar preguntándose.
—Bueno —aceptó Tom de mala gana.
—Podemos seguir luego —Bill tomo su mano—. Después de todo iré a tu casa. —Rio.
Llegaron rápidamente donde Simone, que se debatía entre dos marcas de masa para pizza.
— ¿Cuál debería elegir? —pregunto Simone al verlos llegar—. Ustedes querían pizza, ustedes deberían ver esto—reclamó en broma.
Bill miro las bolsas y frunció el ceño, esas eran las peores marcas. Luego miró las cosas del carrito, suspiro.
—Yo conozco una marca muy buena —Comenzó a mirar el estante—. Este —dijo sacando más de una bolsa.
—Pero es muy cara… —dijo Simone, pero fue ignorada.
—Deberíamos llevar de esto —Bill sentencio firme, mirando más ingredientes.
—Y esto —dijo Tom tranquilamente. Así ambos comenzaron a llenar el carrito de cosas que no eran necesarias en una pizza.
Simone palideció, no le alcanzaría con el bono de Gordon.
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—Por eso nunca venimos con Tom —dijo Natalie mirando el carrito—. Siempre se pone loco comprando cosas para comer, y… creo que no es el único. —Le dijo a Bill riendo, Bill se sonrojó.
—Yo no me pongo loco…—Se defendió Bill—. No solo por la comida —murmuro.
—Sí, tú me arrastraste al mundo oscuro —dijo Tom admitiendo solo en su mente que se habían pasado con las compras.
—Esto es un complot contra mí —reclamo Bill, Tom solo le sonrió.
—Dejen de hablar y guarden silencio —dijo Simone mirando la caja registradora, como había temido, no le alcanzaba el dinero.
«Como me va a alcanzar si llevo comida para más de un mes», pensó frunciendo el ceño.
Bill miró a su suegra y frunció el ceño. Comenzó a buscar en su billetera.
Todos miraban como Bill pasaba una tarjeta a la cajera.
Tom frunció el ceño, la cajera miraba insistentemente a Bill.
—Yo me encargo, no te preocupes —susurró al oído de Simone.
—Yo también quiero aportar —avisó Andreas, pasándole un par de billetes a Bill. Así todos comenzaron a cooperar pasándole dinero.
Simone sonrió.
Luego de que la tarjeta de Bill fuera devuelta, salieron sonriendo del supermercado. Simone la más feliz de todos, no había gastado mucho.
Ya en la casa, acomodaron las bolsas y fueron a sentarse s la sala.
—Esperemos que llegue Gordon para comenzar a preparar las cosas, iré a recostarme un rato —avisó subiendo las escaleras—. No hagan mucho desorden —pidió desde el segundo piso.
—Bueno —Fue la respuesta de todos.
—Bien, ¿qué hacemos? —pregunto Tom sonriéndole a Bill.
Bill se encogió de hombros—. Veamos tele.
Natalie encendió la televisión, dejándola en una película cómica. Pronto todos estaban riendo a carcajadas.
Gordon entró silenciosamente, dirigiéndose a la sala al escuchar unas risas. Estaba dispuesto a encontrar a su familia esperándolo, pero al entrar lo primero que vio fue a sus hijos junto a un par de personas que jamás había visto.
Carraspeo haciéndose notar. Natalie fue la primera en hablar.
—Hola, Gordon —saludó con una sonrisa. Gordon suspiró entrando del todo.
—Hola, chicos —Gordon hizo un saludo general—. Así que… ¿Quién los presenta? —pregunto sonriendo.
— ¡Yo! —dijo Andreas levantando la mano, Gordon asintió—. Yo soy Andreas. —Luego rio.
—Andy, ya te conozco —dijo Gordon rodando los ojos—. Ella, ¿cuál es tu nombre, jovencita? —preguntó.
—Chantelle, señor —contestó parándose para dejar un beso en su mejilla.
—Chantelle, bien… —Hizo el intento de memorizar el nombre—. ¿Y el caballero que está al lado de Tom? —preguntó mirando a Bill. Tom se sonrojó recordando un episodio parecido.
—Me llamo Bill, mucho gusto. —Se presentó estrechando su mano.
— ¿Y mi señora esposa? —preguntó en general.
—En la pieza —respondió Tom. Gordon asintió y luego de besar la mejilla de su hijo subió las escaleras para buscar a su mujer.
Al poco rato bajaron ambos, y comenzaron a hacer la pizza, negándose a ser ayudados. Era lo menos que podían hacer por las compras que hicieron.
Media hora después estaban todos comiendo en el comedor.
Continúa…
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