Revoltoso 21

«Revoltoso» Fic Toll de MaryKaulitz

Capítulo 21

—Espero que no te moleste —habló Jörg mirando a su secretaria—. Pero pasaremos a buscar a mi mujer; es que le tengo preparada una sorpresa… una sorpresa —Comenzó a reír.

—Claro que no —respondió Simone sonriendo. Subieron al auto y se dirigieron, en un cómodo silencio, en busca de Amelia.

&

Cuando Simone llego a su casa se sorprendió. Estaba armoniosamente adornada. Había un hermoso pastel sobre la mesa. Los amigos de sus hijos estaban aquí. Sus hijos estaban aquí. Su marido estaba aquí. Para ella. Con ella.

—Niños —exclamó enternecida.

—Feliz cumpleaños —dijo Gordon acercándose a su esposa.

—Son muy tiernos —dijo Simone comenzando a saludar a todos.

—Mamá —comenzó Natalie—. Ella es mi novia —Chantelle se acercó tímidamente.

Simone suspiro—. Hola, jovencita —saludo amablemente—. Al menos eres guapa —comentó sonriéndole.

—Mamá —reclamó Natalie sonrojándose.

—¿Qué? —preguntó Simone—. Dije que aceptaría esto, no dije nada sobre avergonzarlos frente a sus parejas; eso lo iba a hacer aunque fueran completamente heterosexuales —confesó riendo—. Bill, ¿Cómo estas, querido? —preguntó saludándolo.

—Bien —respondió un poco incómodo—. ¿Usted?

—Súper —respondió Simone entusiasta—. Es decir, me han preparado esto, estoy feliz.

—Deberías —respondió Gordon abrazándola por la cintura—. Todo lo prepararon ellos —aseguró sonriendo.

—Solo queda sentarse y comer —comentó Simone acercándose a la cocina.

—No, madre —dijo Tom sonriéndole—. Tú te sientas, nosotros haremos todo.

—Oh, me siento como una reina —exclamó Simone sentándose en la mesa. No podía dejar de sonreír.

—Hoy es tu día, debes selo —comentó Gordon besando su frente.

Los chicos sirvieron la comida rápidamente. Todos comenzaron a comer, mientras tenían una conversación tranquila.

&

Gustav aprovecho que todos estaban distraídos conversando para agarrar la mano de Andreas y llevarlo escaleras arriba.

—Suéltame —pidió Andreas por enésima vez.

—No —respondió Gustav sin molestarse en decir más.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Andreas cuando Gustav lo soltó. Estaban dentro de la habitación de Tom.

—Hablar —contestó Gustav—. Quiero que entiendas que te amo… —Fue interrumpido.

—Deja de mentir —dijo Andreas poniéndose serio.

—¿Por qué piensas que miento? —preguntó Gustav—. Tu actitud no tiene sentido, no te entiendo, Andy.

—Es tu actitud la que no tiene sentido, eres mi hermano pequeño —dijo Andreas intentando que Gustav lo recordara—. Y estas aquí, intentando obligarme a tener una relación que no quiero…

—¿De verdad no lo quieres? —preguntó Gustav suspirando—. Yo ya te dije la verdad, te he amado por mucho, he sufrido con cada novia que has tenido, he sentido celos de cada novio que te ha tocado… ¿por qué no puedes aceptar que yo podría hacerte muy feliz?

—¡porque eres mi hermano! —exclamó Andreas sentándose en la cama de Tom.

—Lo sé, me lo recuerdas a todo momento —dijo Gustav seriamente—. Pero eso no impide que te quiera, porque aunque no lo quieras aceptar… te amo, Andy, con toda la pasión que puedo juntar, con todo el corazón, con todos los huesos… con todo mi ser; te amo…

Andreas guardo silencio, con la mira en el piso.

—Bien —dijo Gustav derrotadamente—. Ya me he cansado, años intentando que aceptes algo que quizá no quieres —murmuró intentando sonreír—. Si lo que quieres es que deje de molestarte, lo haré, no te preocupes. Le diré a Tom que ya no necesito su ayuda.

—¿Le has dicho a Tom? —preguntó Andreas asombrado.

—Claro, es mi mejor amigo —respondió Gustav quitándole importancia.

—Pero él puede decirle a alguien —dijo Andreas levantándose de la cama.

—Despreocúpate, no lo hará —dijo Gustav calmado—. Además, ¿Qué te importa a ti? Lo único que sabe Tom es la verdad; que te quiero, pero tú no me aceptas…

—Igual… —dijo Andreas frunciendo el ceño.

—No —dijo Gustav meneando la cabeza—. Esto no te concierne a ti más de lo que debería, Tom es mi mejor amigo y yo decido si le cuento o no de quien estoy enamorado.

—Enamorado… —repitió Andreas pensativamente.

—Sí, enamorado —confirmó Gustav distraídamente—. Ahora, como te decía, no te molestare más… pero solo sí dices que estas completamente seguro en que no quieres una relación conmigo… ¿quieres ser mi novio?

Andreas no contesto. Gustav suspiro, tomando eso como un simple y silencioso no.

—Está bien —aceptó Gustav intentando sonreír—. Supongo que ya no nos veremos tan seguido… quiero intentar olvidarte… —Gustav camino hacia la puerta.

—Gustav —habló Andreas silenciosamente, dejando a su hermano parado con la mano en la puerta—. Yo… te quiero, pero también eres mi hermano —dijo mientras se sentaba en la cama nuevamente.

—¿Eso es un gran problema? —preguntó sin girarse.

—Lo es, pero… —Andreas respiro fuerte, intentado darse ánimos—. Podría intentar hacerlo un problema más pequeño —recomendó dudosamente.

—¿Por qué cambiaste de decisión tan de repente? —preguntó Gustav aún sin girarse a mirar a su hermano.

—Por la simple razón de que sigue siendo mi hermano… y tampoco estoy completamente seguro ahora —respondió—. No es fácil olvidar las veces que te limpie el trasero, o te cambie de ropa, o te bañe… eres mi pequeño hermano, y no puedo olvidarlo solo porque… bueno, tú sabes —se sonrojo.

Gustav se giró. Se acercó a la cama sonriendo. Guió lentamente su rostro al rostro de Andreas. Se besaron suavemente.

La puerta se abrió silenciosamente. Tom y Bill se besaban apasionadamente. Se acercaron a la cama sin dejar de besarse. Los cuatro estaban tan enfrascados es sus respectivos besos que no notaron la presencia de los otros hasta que chocaron.

—¡Mierda!

—¿Qué esta pasando?

—¡Terremoto!

—¡Los tres jinetes de la apocalipsis!

Todos miraron a Andreas.

—Andy… los jinetes son cuatro —corrigió Gustav sonriéndole.

—¡Oh! —exclamó Tom señalando—. ¡Se estaban besando! ¡Reconozco esa cara de recién besado, Bill la pone cada vez que…! —Bill le golpeo el hombro para que no siguiera. Andreas se sonrojo.

—¡No es verdad! —dijo Andreas mirando nerviosamente a Bill—. Solo tenía una basura pegada en… una muela, ajá —explicó.

—Y se la sacabas con la lengua, entiendo —dijo Bill asintiendo.

—No… eso no fue lo que… —Fue interrumpido.

—Andy, ¿por qué no salen por unos momentos? —dijo Tom sonriéndole—. Al fin logramos escapar de las fotos de bebe que tiene mamá escondidas, es nuestro turno de besarnos —explicó para que no se enojaran con él.

Gustav bufo mientras agarraba la mano de Andreas y salía de la habitación. Tom sonrió mientras besaba a Bill.

Continúa…

Gracias por la visita. Te invitamos a comentar.

Escritora del Fandom

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *