«Revoltoso» Fic Toll de MaryKaulitz
Capítulo 5
Cuando Tom se separó, se dio cuenta que ya no estaban las chicas, sonrió.
Había marcado territorio, por primera vez.
— ¿Listo para nuestra primera cita? Novio mío —preguntó Bill sonriendo. Tom asintió riendo.
Subieron al auto y Bill arrancó, llevando a Tom a la que sería su primera cita.
Luego de media hora en un cómodo silencio, llegaron a lo que parecía una pequeña cabaña a las orillas de un lago.
Bajaron del auto en silencio. Bill sacando las llaves de la cabaña y Tom admirando el lugar.
—Es… lindo —Tom fue el primero en hablar.
—Supuse que te gustaría… —Bill sonrió—. A mí me gusta venir aquí, es… tranquilo —dijo abriendo la cabaña.
—Sí, ¿la cabaña es de tus padres? —preguntó mirando el interior. Bill asintió— Se ve más pequeña por fuera —comentó.
—También lo he pensado —Bill se encogió de hombros—. Siéntate, ponte cómodo, haz de cuentas que la casa es tuya —Sonrió—. Traje unas películas, ¿cuál te gustaría?
Luego de elegir la película, Tom se sentó en un cómodo sillón frente a la televisión a esperar a Bill.
Luego de poner la película, y ponerle pausa, Bill ingresó a la cocina, sacando los ingredientes necesarios para hacer palomitas de maíz.
— ¿Qué haces? —pregunto Tom que cansado de esperar a Bill, ingresó a la cocina a buscarlo.
— ¿Qué es una película sin palomitas? —Bill alzó una ceja—. No me demoro nada, espérame tranquilo. —Sonriendo le dejo un pequeño beso en la mejilla.
Tom hizo un puchero. Bill soltó una risita y le dejo un pico en los labios, sonriendo al ver salir a Tom de la cocina con una boba sonrisa.
Tom se sentó a esperar.
Miraba entretenidamente la televisión en pausa.
Todavía estaba esperando.
La televisión seguía en pausa.
Tom seguía esperando.
Estaba a punto de pararse cuando llegó Bill con una bandeja en la que traía un pequeño bol con golosinas pequeñas, otro bol más grande repleto de palomitas, dos vasos de jugo y un paquete de galletas tamaño mediano.
—Goloso —Tom soltó una risita.
Bill se encogió de hombros—. Para no tener que pararme a mitad de la película a buscar algo para comer.
Tom esperó a que Bill se sentara a su lado para acomodarse, se acurrucó a su costado, tomando su mano para pasar un brazo de Bill alrededor de él, dejando a Bill rodeándolo.
Bill sonrió acomodándose contra Tom mientras presionaba el botón de play.
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—Recuérdame porque estamos viendo una película de miedo… —pidió Bill tiritando, pero no de frío.
Estaba con las piernas contra su pecho sobre el sofá y una de sus manos tapándole un ojo. Su otra mano se mantenía alrededor de Tom.
Tom rio quedamente—. Querías que yo tuviera miedo, para que tú me protegieras.
—Me atrapaste —dijo Bill riendo—. No, ya en serio, ¿por qué la escogimos? —preguntó Bill escondiendo su rostro en el cuello de Tom.
—Ya le puse pausa. La cambiaremos si tienes miedo, no hay problema —dijo Tom tranquilamente, acariciando la espalda de Bill—. Miedoso —bromeó, ganándose un ligero golpe en el brazo.
—Gracias —dijo Bill avergonzado. Tom se encogió de hombros restándole importancia.
—Para ti, lo que sea —dijo coquetamente. Bill elevó una ceja, sugestivamente.
—Eso me gustó —dijo Bill siguiéndole el juego.
Se acercaron lentamente, iniciando un pequeño juego de lenguas.
—Entonces… —comenzó Tom una vez que se separaron—. ¿Qué película veremos? —Sonrió.
Luego de elegir nuevamente una película, de dibujos animados esta vez, se acomodaron tranquilamente.
—Infantil —molestó Bill a Tom esta vez.
—Oh, ahora te conformas, lloraste y gritaste con la anterior, ríete con esta —sentenció con voz firme.
— ¡Mentiroso! —reclamó Bill, pero calló al ver la mirada de Tom.
—Mejor cállate —pidió amablemente Tom. Bill alzó una ceja, provocador.
—Cállame. —Lo retó.
—Con gusto —dijo Tom segundos antes de robarle un beso a Bill.
Y así fue como tampoco vieron la segunda película.
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—Me gusta esto —comentó Tom, acurrucado contra Bill mientras veían los últimos minutos de la tercera película. Sus golosinas se habían terminado a la mitad de la segunda.
—A mí igual —contesto Bill, estirando el cuello hasta dejar un pequeño beso en la cien de Tom—. Es cómodo… —dijo tranquilamente.
Luego de alrededor de cinco minutos la película finalizó, y Tom se abrazó a Bill sin querer soltarlo.
—No me quiero ir —dijo como niño pequeño.
—Nos veremos mañana, te iré a buscar y a dejar a casa —dijo Bill sonriendo—. Pero no podremos juntarnos, saldré con Andy a cortarle el cabello a su hermano pequeño… —Puso mala cara.
—Parece que no te hace mucha ilusión… —dijo Tom al verle el gesto—. ¿Quién es ese tal Andy, por cierto?
—Mi mejor amigo, celosin —dijo molestándolo, Tom rio—. Y no es por Andy o su hermano, el mocoso es tierno, Andy lo adora y él no quiere a muchas personas… es que quería pasar la tarde contigo —Bill hizo un puchero.
—Pues… a ver, hoy es martes, miércoles, jueves… jueves —murmuraba haciendo cálculos mentales.
—Viernes… —Siguió Bill para molestarlo.
Tom rodo los ojos—. ¿Nos juntamos el jueves?
Bill asintió conforme, separándose lentamente de Tom, sin ganas realmente de dejarlo ir.
—Se está haciendo tarde —dijo con desgana. Tom asintió y comenzó a levantarse.
— ¿Hay que ordenar? —pregunto al ver el desastre que causaron.
—No —negó Bill—. Vendrá una persona a limpiar la casa más tarde —dijo buscando su abrigo.
—Ok, entonces me despreocupo —dijo Tom colocándose el abrigo que Bill le tendía.
—Vamos —dijo Bill tendiéndole la mano.
Salieron de la cabaña agarrados de las manos y caminaron al auto, la noche había caído y estaba comenzando a helar.
Subieron rápidamente y Bill arranco, activando la calefacción del auto para ir más calentitos.
Bill estacionó frente a la casa de Tom y se giró para mirarlo, Tom correspondió a su mirada, sonrojándose.
—Lo pasé muy bien… —Comenzó Bill a hablar.
—Yo igual —dijo Tom un poco nervioso.
Bill sonrió—. Nos vemos mañana, Tomi.
Tom asintió mientras se acercaba a Bill, se dieron un último beso antes de bajar del auto.
Bill acompañó a Tom hasta la puerta de su casa, y golpeó sonriente.
—Como lo prometí, temprano, sano y salvo —dijo Bill al ver a Natalie abrir la puerta.
Natalie miro la oscuridad de la noche—. Tienes suerte de que Simone no se encuentra… pasa, Tomi.
Tom la miró fijamente por unos segundos, solo hasta que Natalie entró a la casa rodando los ojos. Miró fijamente a Bill y le sonrió.
—Chao, Bill. —Se acercó lo suficiente para depositar un pequeño beso en sus labios y entró rápidamente a la casa.
—Tomi… —suspiro Bill, saliendo de su sorpresa. Sonrió mirando la puerta por la que entro Tom.
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— ¿Cómo te fue? —pregunto Natalie al ver entrar a su hermano a la casa.
—Bien. —Sonrió. Natalie lo miró interesada—, pero no te diré los detalles —dijo sonriendo. Natalie protestó.
—Eres malo. —Fue lo único que dijo.
Tom se encogió de hombros, asomándose por la ventana y viendo a Bill entrar al auto, sonrió mientras lo veía partir.
Continúa…
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