«Revoltoso» Fic Toll de MaryKaulitz
Capítulo 7
— ¿Me vas a regañar o algo así? —preguntó Bill, yendo directo al grano.
—Estás mal… —Fue lo primero que dijo Andreas.
— ¿Perdón…? —preguntó Bill, ligeramente sorprendido.
—Que estás mal… —repitió Andreas. Bill lo miró frunciendo el ceño.
— ¿A qué te refieres? —preguntó Bill, confundido.
—A esto que haces con ella —dijo Andreas—. No sé si te gusta, pero hasta hace una semana ni sabías que existía, ¿por qué ahora andan tan amistosos? —preguntó enojado.
—No es de tu incumbencia, ¿acaso estás celoso? —Bill estaba comenzando a enojarse.
—No, no estoy celoso. —Andreas respondió suspirando—. Es solo que creo que deberías dejar de juntarte con ella.
— ¿Por qué? —preguntó Bill ya cansado.
—No te quiero ver ilusionado, ella no es para ti. Sé cómo piensas del amor y quizás ella te gusta y… —Andreas fue interrumpido.
—No es por eso y lo sabes. Sabes que no soy hetero, ¿por qué te preocupas? —preguntó Bill con el ceño fruncido.
—Bien, no quiero que ella se enganche contigo —admitió al final. Bill abrió los ojos sorprendido.
—¿Te gusta? —No pudo evitar preguntar.
—¿Qué? ¡No! —Andreas negó repetidas veces con la cabeza—. Alguien me pidió que… pues… ¡Ah, mierda! Mira, alguien está interesado en ella y me pidió ayuda. He intentado acercarme a Natalie para conversar con ella, ¡pero es muy difícil, y tú lo haces de un día para otro!
Bill se quedó callado un momento.
—Me estás diciendo que… vaya. En primer lugar es genial que alguien esté interesado en Natalie, ella y yo no tenemos nada. Natalie sabe que no estoy interesado en ella y… mierda, es obvio que no te acercaras a ella si la tratas mal… —dijo Bill alzando una ceja. Andreas bufó.
—Es que no sé cómo hacerlo, y ella está muy triste porque cree que ustedes tienen algo —dijo Andreas frunciendo el ceño.
—Así que es un ella —Bill frunció los labios pensativo.
—Ella me va a matar —dijo Andreas, abriendo los ojos—, yo y mi bocota.
Bill rio—. Bien, te ayudaré si me dices quien es.
—Mi prima, Chantelle —dijo Andreas en voz baja.
—Espera, ¿esa rubia tetona y…? —Bill comenzó a reír—. No sabía que fuera lesbiana.
—Sí, es ella, y es bisexual —Andreas se encogió de hombros.
—Bien, te ayudaré—dijo Bill—. Déjamelo a mí. —Le guiñó un ojo a Andreas y se fue todo misterioso. Andreas suspiró, la operación Chantelle quiere una novia iba viento en popa.
&
Cuando Tom entró a la escuela esperó que todos voltearan a verlo. Las populares sabían que tenía un novio muy guapo y era obvio que todos debían saberlo.
Grande fue su sorpresa al pasar normalmente por el patio. Al parecer, las populares no eran tan malvadas como en las películas.
Al llegar al salón, encontró a su mejor amigo sentado en su lugar. Era el único que había llegado, sonrió al sentarse junto a él.
— ¿Salimos esta tarde? —preguntó Tom como saludo.
Gustav negó—. Iré con mi hermano y un amigo de él a la peluquería. Me cortaré el cabello.
Tom bufó. Hoy no tendría nada que hacer.
—Bien —dijo y se quedó en silencio. Su amigo Gustav estaba leyendo un libro y no quería molestarlo—. Voy al baño —dejando sus cosas en su pupitre salió del salón.
Caminaba por los pasillos pensando en Bill. Estaba feliz de por fin encontrar a alguien que le comprendiera y le quisiera por cómo era. Tom lo aceptaba, aunque no en voz alta; era infantil y mucho.
Sin saber cómo, ya estaba frente a la puerta del baño, la abrió rápidamente ya que se estaba orinando.
Se quedó congelado.
— ¡Lo siento! —Había golpeado a alguien con la puerta.
—Te cuidado, idiota —dijo la persona con una voz ruda. Se volteó rápidamente, traía el ceño fruncido.
Tom trago saliva. Era Bushido, el capitán de fútbol y el brabucón del colegio.
—Fue un accidente —dijo Tom nerviosamente. Seguro tendría una paliza.
—Oh, eres Tom Kaulitz, ¿verdad? —preguntó Bushido más calmado.
Tom asintió inseguro—. Sí, ¿nos conocemos? Digo, sé quién eres, pero tú…
—Mi hermana me conto algo de ti —dijo Bushido sonriendo suavemente—. Tranquilízate, no te voy a golpear, solo quiero conversar contigo.
— ¿De qué? ¿Quién es tu hermana? —preguntó Tom, tratando de relajarse.
— ¿Conoces a Abby? —pregunto Bushido. Tom lo recordó al instante, era la chica popular.
—Oh, ¿me vas a golpear porque tu hermana no tuvo una cita con Bill? —pregunto Tom, con miedo otra vez. Bushido rio.
—Eres tan tierno —dijo Bushido pasando su brazo por los hombros de Tom. Tom se encogió sobre sí mismo—. Pero no, solo quería decirte que puedes encontrar en mí a un amigo, somos iguales —dijo Bushido solemnemente.
—Oh… —Fue todo lo que Tom pudo decir.
—Si te soy sincero, no soy muy cercano a muchos gay, así que me alegra conocerte, Tom —Dijo Bushido sinceramente, luego sonrió—, deberías conocer a mi novio, le simpatizarás.
— ¿Tienes novio? —preguntó Tom interesado.
—Sí, mira; este es, su nombre es Paul —Bushido sacó su celular y comenzó a mostrarle las fotos a Tom—. ¿Verdad que es lindo? —preguntó con una sonrisa boba y los ojos brillantes. Tom sonrió divertido.
—Es lindo —dijo Tom, encogiendo los hombros. Bushido lo miró detenidamente.
—Pero es mío —dijo con los ojos entrecerrados.
—Yo ya tengo a alguien —dijo Tom sonriendo. Bushido lo miró pícaramente.
—Me lo tienes que presentar —dijo guardando su celular.
—Luego —Tom encogió sus hombros—. Ah, Bushido. —Tom lo llamó.
—Dime Anis, por favor —pidió tranquilamente, Tom asintió.
—Gracias… por decirme. Para mí también eres el primer amigo gay que tengo y pues, se siente genial poder conversar de esas cosas con alguien —dijo Tom sinceramente.
—Es lo mismo conmigo —dijo Anis—. ¿Vamos? —preguntó.
—Tengo que pasar al baño —rio Tom—. Lamento haberte golpeado.
—No hay problema, no me dolió —Anis le quitó importancia.
Mientras Tom meaba, su mente meditaba en el evento recién pasado, sonrió. Sin planearlo, se había hecho de un nuevo amigo.
&
Simone, luego de planear su siguiente movida para conseguirles pareja a sus hijos, fue al negocio de enfrente. Ya no les quedaba pan.
—Hola —saludó amablemente a la encargada—. Me puede anotar un par de cosas, por favor —pidió avergonzada, no le gustaba dar lástima.
—Ya llevó ayer —dijo la joven detrás del mostrador, con el ceño fruncido.
Simone frunció los labios—. Por favor, mi marido aun no llega y él tiene el dinero. Solo necesito pan y leche.
La dependienta negó con la cabeza.
—Se lo pagaré mañana —pidió desesperada. La chica frunció el ceño y se disculpó para desaparecer por un momento.
—Lo siento, la dueña dijo que no —dijo la chica cuando volvió.
Simone soltó un suspiro y salió desganada del negocio. Necesitaba encontrar trabajo, el dinero ahorrado se les estaba acabando y lo que ganaba Gordon no alcanzaba.
Continúa…
Gracias por la visita. Te invitamos a comentar.