Capitulo 7
& Tom’s POV &
—Eso Tom, lo nuestro ¡se acabó!
No podía creer las palabras que salían de la boca de Bill. Llegado un momento sólo veía que sus labios se movían, sin entender qué me decía. No podía ser que ahora que su esposa Helen por fin entendía que él tenía un amante, él se ponía terco y deseaba estar con ella, para según él “Hacer las cosas bien” ¿De qué bien está hablando?, ¿de amarrarse a una relación que no tiene sentido?, ¿en la que ya no hay confianza?, ¿en la que no hay amor?
No dije nada, quise tomarle la mano, pero me rehuyó. Lo seguí en silencio hacia la habitación de Helen mirando el piso como si fuera lo más atractivo del mundo.
—No es necesario que te quedes Tom —Me dijo, con una frialdad que me hizo estremecer. No quería dejar esto así… pero ¿Qué más podría hacer?
—Bill… —Quise decir tantas cosas, sentía mi corazón a punto de explotar y sólo salió de mi boca un frío—. Como quieras —Me iba a retirar cuando Sarah salió y fue a mi lado.
—Ahora que ya llegaste, me voy con Tom… adiós Bill —Él bajó la mirada y entró en el cuarto.
Dios mío… cómo necesitaba abrazarlo ahora mismo, me sentía completamente abatido.
—Tom cariño, te ves muy mal —Miré a la fuente de esas palabras y era Sarah, quien caminaba a mi lado en silencio.
—Yo… lo siento Sarah.
—Te invito un trago, creo que lo necesitas.
—Sí —dije casi en un susurro—. Necesito uno… muy fuerte.
—Traje mi auto, así que sígueme a casa, ¿sí? —yo asentí.
Como si el alma se hubiera ido de mi cuerpo y yo sólo fuera una marioneta manejada por aquellos famosos hilos invisibles, manejé como un zombi aquel camino tan familiar para mí y estacioné como siempre al lado izquierdo del auto de Sarah.
Miré mi casa y respiré… era agradable sentir aquella familiaridad que me acogió por tanto tiempo, sentí como mi pecho se llenó de ese olor tan particular del jardín de mi casa. Mi mujer me tomó la mano y me ayudó a entrar. Caminé hacia la sala, mientras ella iba a la cocina por unas copas. Me senté en mi sillón preferido… cuantas veces no me dormí allí con la televisión encendida.
—Cómo extrañaba todo esto —susurré más para mí mismo, pero ella me oyó.
—Lo sé… yo también te he extrañado tanto Tom —Me sirvió una copa de vino tinto, una cosecha carísima que teníamos para ocasiones especiales, bebí y saboreé el licor.
—Sarah yo… lo siento tanto —Un nudo gigante me atragantaba la garganta.
—Lo sé Tom, yo también lo siento —Se acercó a mí y nos besamos lentamente, una lágrima cayó de mis ojos y ella la secó con sus dedos.
—Jamás te habría cambiado, ¿lo sabes? Tú siempre fuiste mi mejor compañera.
—Lo sé, fuimos grandes amigos.
—Pero… esta persona es tan…
—¿Especial?
—“Rara”, quedaría mejor —dije con una sonrisa pintada en mi rostro.
—Es muy especial, tanto que dejaste una vida cómoda, para irte con ella —Es verdad, ella no sabía que amaba a un hombre.
—Pero esta persona también tiene una familia, ¿sabes? —Ella bajó la cabeza ante mis palabras—. Y no la dejó… esa persona no está dispuesta a dejarlo todo como hice yo. Y eso me está carcomiendo las entrañas —Otra lágrima se escapó, ella la volvió a secar.
—¿Tom? —Nos miramos— ¿Y estás dispuesto a quedarte solo? —Tomó mi mano—. ¿Quieres volver a casa Tom? —La miré a los ojos y levemente la besé.
—Sería tan injusto para ti, que yo volviera como si nada después de haber compartido la cama con otra persona —Le dije con seriedad.
—Y si yo olvidara todo Tom, si yo te dijera que estoy dispuesta a olvidar todo lo que pasó estas últimas semanas con tal de que volvieras… ¿Lo harías? ¿Regresarías a casa? —Dudé… parecía una propuesta interesante… sin embargo el rostro de Bill borró todo rastro de inseguridad.
—Lo siento tanto Sarah, no sería capaz de hacerte ese daño, porque a la primera oportunidad que me diera… yo saldría corriendo tras mi amante.
—Entiendo —Me abrazó y puso su rostro en mi cuello—. Gracias por tu sinceridad. Esa mujer es una tonta, yo lo dejaría todo por ti.
—Es que tú eres muy lista —dije en tono de broma… mi corazón se sentía mucho más aliviado.
Seguimos bebiendo nuestro vino, conversando de todo, de nada, riendo de los viejos tiempos. Faltando para la media noche nos abrazamos nos besamos, sin pasión alguna, sólo como dos viejos amigos y me regresé al departamento.
& Bill’s POV &
Después de decir todas las estupideces que se me vinieron a la cabeza y de jurarle a Tom que nunca más volveríamos a estar juntos… un enorme vacío se alojó en mi estómago.
Al llegar a la habitación de Helen y ver que Sarah muy coqueta se iba con Tom, sin que éste hiciera nada para evitarlo, entonces me sentí el ser más miserable del planeta… seguramente ella aprovecharía que Tom está triste (por mi culpa) para lanzarse a sus brazos y reconciliarse después con una buena noche de sexo. Soy tan estúpido… Tom me probó desde el primer momento que esto era especial, que siempre lo fue. Él fue quien dejó a su mujer por mí, ¿por qué entonces dudé de él? Soy tan estúpido.
—Bill llegaste… —Me dijo contenta mi esposa.
—Helen quiero decirte algo importante —susurré sosteniendo sus manos.
—Dime cielo.
—Quiero que sepas que dejé a mi amante y que de ahora en adelante me preocuparé de cuidarte y de que no te falte nada, ni a ti ni a mi hijo.
—Aaahhh, es por eso —afirmó ella, alzando una ceja.
—¿Qué? —No entendía su actitud.
—Por eso estás tan triste.
—Yo… —No podía ser tan obvio, con sólo verme se dio cuenta.
—¿Qué dijo ella?
—Se puso muy triste, pero no dijo nada.
—¿Es soltera?
—Casada… pero dejó a su pareja hace un par de semanas.
—Bien, entonces la que tiene que ponerse los pantalones aquí soy yo.
—¿De qué hablas?
—Bill… quiero el divorcio.
—¿Qué?
—Lo que oíste. Quiero divorciarme, quiero ser feliz y por encima de todo quiero que tú seas feliz Bill —Mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Pero yo…
—Tienes que ir a arreglar las cosas.
—Es que tal vez ya no tengan solución.
—Todo tiene arreglo cuando los sentimientos están involucrados Bill, ve con ella y hazle entender que las cosas son diferentes.
—Helen ¿Estás segura de lo que estás diciendo?
—Completamente… ahora ve a remediar el desastre que dejaste.
—Gracias —Le di un beso en la frente y salí casi corriendo de allí.
Tomé el auto y me puse en marcha al departamento de Tom.
&
Conduje de prisa y llegué, miré hacia arriba y las luces se veían apagadas, no le di importancia y subí al ascensor… piso 7, nuestro número… el aparato se detuvo y salí casi corriendo al pasillo, toqué la puerta un par de veces y nadie salió.
—Soy un idiota —dije bajito sentándome en el suelo, apoyando mi espalda en la puerta.
Miré el reloj, casi la media noche, seguro se quedó con ella, seguro está en SU casa, con SU mujer, teniendo sexo de reconciliación, porque este imbécil le dio la cortada.
Me quedé allí, ¿Qué haría ahora si Helen se va y Tom nunca vuelve después de todas las estupideces que dije? ¿Qué haré solo? ¿Qué haré sin mi Tomi?
Sentí como una oleada de lágrimas se agolpaba en mis ojos y no quería dejarlas caer, no podía. Con dificultad me puse de pie, dispuesto a irme cuando el ascensor sonó y Tom salió de allí, caminando hacia mí.
—¿Bill? —Me vio y corrió a abrazarme—. No me dejes, por favor Bill.
—Tomi, Tomi, Tomi, no me dejes tú… olvida todas las tonterías que dije y quédate conmigo… —No sé en qué momento ambos comenzamos a llorar, abrazados como lapa, sin querer soltarnos más.
—Ven cariño, entremos —Nos soltamos lentamente y Tom sacó las llaves y abrió la puerta. Nos tomamos de las manos y entramos.
—Por un momento pensé… creí que te quedarías con ella —dije muy angustiado.
—Ella me ofreció que volviera, que olvidara todo y regresara a casa.
—Pero…
—Pero te amo demasiado Bill, no podría estar con ella, sabiendo lo cerca que estás y que te podría seguir amando aunque fuera a la distancia.
—Oh Tomi… yo lo siento tanto… yo no… en realidad no sabía lo que decía, no soportaría perderte, de verdad… te amo demasiado.
—Mi amor —Nos besamos intensamente, Tom me cogió en brazos y me llevó hasta la habitación, donde nos amamos lentamente.
—Aún quedan cosas por arreglar Tomi —dije mientras nuestras respiraciones se normalizaban.
—Lo sé Bill.
—Tengo un hijo.
—Lo sé.
—No puedo abandonar a Helen.
—Lo sé, Bill.
—¿Y qué harás?
—Apoyarte y esperarte cada noche, para poder amarte.
—Gracias Tomi.
—Ya arreglaremos las cosas por la mañana.
—Sí… contigo siento que tengo la fuerza para arreglarlo todo.
Continuará…
Creo que haré una especie de epilogo para ver como terminan estos dos.