Tomi y CereBrill 3

Tomi y CereBrill” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan

Capítulo 3

Cuando la máquina dejó de emitir la luz brillante, y el cosquilleo en su cuerpo cesó, Bill abrió los ojos y sonrió al ver a su gemelo ratón, con las manos y los ojos, fuertemente apretados.

Tomi —habló más bien en chillidos, pero que era su lenguaje al fin y al cabo.

La ratita blanca y larguirucha se negó a abrir los ojos y responder al llamado de su hermano, tenía demasiado miedo de ser una mujer y no un macho, bien macho. Así que se quedó allí, completamente quieto, esperando dormirse y despertar, asumiendo que esa extraña aventura sólo había sido un sueño.

¡Tom! —Gruñó Brill a su lado, dándole un empujón bastante fuerte que lo tiró de espaldas.

¡Brill, me golpeaste! —Tom abrió los ojos, viendo que su gemelo ya no tenía pelotas que colgaran de su pecho, es más, tenía pelo y… giró hasta la espalda de Brill, comprobando que—. ¡Tienes tu colita otra vez!

Brill rodó los ojos, pero asintió—. Sí, Tomi, hemos vuelto a ser nosotros mismos.

¿Somos ratones bien machos?

Sí, así es. —El ratón menor, sentía que hablaba con un bebé, pero de todas formas asintió y correspondió el efusivo abrazo que le dio Tom.

¿Crees que podamos conquistar el mundo esta noche?

No, estoy demasiado cansado de tanto cambio, pero será mañana. —Brill dio un sonoro bostezo y Tomi lo miró con asombro, pero como se desconcentró mirándolo bostezar, no entendió su frase y preguntó.

¿Qué haremos mañana?

Brill lo miró y alzó una ceja, pensando que definitivamente Tomi tenía déficit atencional pero no le importó, era su gemelo y compañero del crimen, así que adoptó la pose que más le gustaba, empuñando una mano y mirando hacia el cielo, dijo:

¡Tratar de conquistar el mundo! —Pero al no escuchar ninguna exclamación de asombro volteó, viendo a Tomi profundamente dormido. Sonrió y se acomodó a su lado, ambos necesitarían reponer energías, para volver a intentarlo al día siguiente.

&

Los G’s llegaron al laboratorio, con sus impecables batas blancas y caras descansadas. Gus, encendió de inmediato su computador, mientras que el castaño caminaba a paso firme hacia la nevera, quedándose en shock frente a ella.

¡Nos han robado, Gus! —Casi gritó, sin moverse de su sitio.

El rubio se alarmó por la frase y dio una mirada rápida a todo el salón, verificando que sus preciados inventos estuvieran intactos. Una vez satisfecho con su veloz escáner, Gus se acercó a su colega.

Todo parece estar en orden, amigo.

Te digo que nos han robado. Ayer tenía un trozo gigante de pizza aquí. —Señaló la nevera, todavía abierta—. Lo dejé especialmente para desayunar esta mañana. —Su estómago rugió—. ¿Lo ves? Ahora moriré de hambre.

¿Estás seguro que lo dejaste? Quizás te lo comiste y no lo recuerdas.

¡Esto es un robo! —Gritó y se alejó del rubio—. Voy al cuarto de cámaras.

Sólo te estás escapando del trabajo, Geo. —Bromeó el rubio y lo dejó tranquilo.

Pero para Georg Listing, la comida no era asunto de bromas, y si él decía que había guardado un trozo de pizza, lo había hecho, lo que significaba que alguien había entrado en el laboratorio de noche y lo había robado.

Caminó con paso decidido hasta el piso superior, donde se encontraba el cuarto de vigilancia, que siempre estaba vacío, pues nunca nadie intentaba robarles, pero que Gustav había porfiado debían mantener, por si acaso.

Se sentó frente al monitor central y lo encendió. Seleccionó las grabaciones de la noche anterior, pertenecientes al salón principal del laboratorio, ignorando las cámaras de entrada y salida del lugar, lo único que quería saber era quién se comió su pizza.

Retrocedió las cintas, hasta que Gustav y él abandonaron el laboratorio la noche anterior y luego le dio play. Al principio no vio nada más que oscuridad, hasta que notó movimiento cerca del nuevo invento de Gus y luego… sus ojos se abrían cada vez más con cada imagen, la pareja de rubios surgida de la nada, los pequeños y bellos senos de la chica que vestía sólo una marcada capa de maquillaje en sus ojos. El chico rubio que la toqueteaba a voluntad y luego…

¡Te tengo! —Detuvo la grabación en el momento en que el rubio desnudo, estaba a punto de darle una mordida a su trozo de pizza.

Una vez satisfecho con su descubrimiento, su mente científica se preguntó cómo es que dos personas se habían materializado de la nada en pleno laboratorio. Se rascó la barbilla y creyó que lo más sabio era escuchar lo que decían esas personas. Así que tomó el celular y marcó.

¿Hey Gus, tienes un par de parlantes aquí arriba?

Sí, están justo al lado del computador central, Geo, sólo tienes que encenderlos —Bromeó el rubio—. Apuesto a que te pondrás a ver porno.

No, tío. Descubrí a mi ladrón de pizza.

Lo que digas. —Gus, pensó que se había descubierto a sí mismo comiendo el mencionado aperitivo—. Nos vemos luego —dijo y colgó la llamada.

El castaño descubrió los parlantes y los encendió, dándose una bofetada mental por no haberlos visto antes. Luego volvió a poner la cinta desde el inicio y observó.

Después de dos horas, tenía una erección del porte de un buque por los toqueteos ingenuos de la pareja de rubios, que descubrió eran sus incestuosos ratoncitos, además de un gran sentimiento de culpa por no haberles enseñado nada sobre la vida. Se supone que él era el padre de sus peludas mascotas y era su obligación, instruirlos sobre su sexualidad, ya fuera ratonil o humana.

Se puso de pie, con la firme convicción de mostrarles todo lo que necesitaban saber sobre sexo, pero antes… debía pasar al baño a resolver su “duro” problema.

&

Pasó otra media hora y Georg llegó de regreso al laboratorio. Gustav lo miró con ojo crítico y sonrió.

¿Qué? —preguntó el castaño, sintiéndose sorprendido.

Lo sabía, fuiste a ver porno. —Rió sin poder evitarlo.

Listing se puso colorado y tomó el teléfono para ordenar otra pizza, con extra queso y de esa forma, cambiar de tema.

Gustav sonrió, mientras le escuchaba dar instrucciones sobre la comida y al verle colgar, comentó—. Será mejor que veas a tus ratas, están chillando como locas.

¿En serio? —Una nueva ola de culpabilidad azotó al castaño y se acercó a la jaula, agregando—. A propósito, tú invento está fallando, creo que has mezclado el ADN, no es sólo masculino, hay femenino también.

¡Dah! —Se burló el rubio—. Es ADN humano, Geo, es obvio que sirva para ambos sexos. Pero lo revisaré de todos modos.

Los ratoncitos observaban al científico de cabello largo y chillaron de gusto, Tomi porque recibiría cariños de su papi Geo, y Brill, porque le había dicho a Gus, lo que había intentado gritarle durante toda la mañana.

¿Están inquietos, mis niños? —preguntó con una sonrisa.

Lentamente abrió la puerta de la reja y dejó que Tomi subiera en su mano, para acercarlo hasta su mejilla, donde recibió un pequeño beso/lengüetazo.

¡Eeww! —Gruñó el rubio—. Te pegarás una infección.

Tomi y Brill, son limpiecitos, no digas bobadas —Los defendió Georg. El rubio sólo sonrió ante la actitud de mamá gallina de su colega y amigo.

Ven aquí, Brill, saluda a papi Georg. —Pidió el humano, sabía que el ratón con marcas negras, que le servían de maquillaje, era más gruñón que su hermanito peludo.

¡Anda CereBrill, ven con papi! —Gritó Tomi, claro que a oídos de los humanos, sonó como una serie de chillidos inconexos. Pese a sus ganas de dormir, el ratoncito blanco escuchó a su gemelo y subió a la otra palma del adulto y se sujetó del dedo pulgar.

No te preocupes, Brill, papi nunca te dejará caer.

Gustav observó la interacción del castaño con los ratones de laboratorio, comprobando que todas las actitudes se pegan, pero no estaba seguro si Brill se había vuelto más humano, o Georg más ratón. Con una sonrisa, prosiguió en sus ajustes a la máquina portadora de ADN.

Bien chicos, como soy su padre, les voy a enseñar algunas cosas básicas de la vida, ya sea para ustedes como ratones, como para los humanos. —Y les guiñó un ojo.

Geo, la pizza ya llegó. —Gritó el rubio, cerrando la puerta del laboratorio, con dos cajas en las manos—. Genial, muero de hambre.

El castaño había dejado a sus mascotas de vuelta en su jaula, pero acercó hasta ellos un monitor de computador y procedió a instalar un video de escuela, sobre la sexualidad.

Apenas la grabación comenzó a correr, Brill abrió grandemente los ojos, entusiasmado con la nueva información, la cual le ayudaría a solucionar los problemas si pasaba lo mismo que la noche anterior.

Tomi por su parte, estaba embobado viendo como a Brill le brillaban los ojos, porque siempre lo veía gruñendo o trabajando, pero nunca disfrutando tanto de algo en la tele.

Tomen esto mis niños —canturreó el castaño, dejando un trozo de pizza para los ratoncitos. Tomi chilló de gusto, recordando la cosa sabrosa que comió por la noche. Brill olió queso y mordisqueó un poco, prácticamente tragando, porque no quería dejar de poner atención al video explicativo—. Eso se llama pizza y es un muy buen alimento.

Estás loco amigo, ¿lo sabías? —Bromeó el rubio y palmeó la silla a su lado, para que Geo fuera a comer con él.

Una vez satisfecho, tanto con su labor de enseñar a los ratoncitos, como con su estómago lleno de pizza, Listing se puso manos a la obra en su trabajo pendiente y no levantó la vista, hasta que estuvo muy cansado.

Ninguno de los dos científicos se percató de que la charla de colegio había sido interrumpida, con una grabación diferente. Brill y Tomi tenían la boca abierta y los ojos saltones con lo que veían…

Creo que deberíamos intentar eso, Brill…

& Continuará &

¿Qué fue lo que vieron los ratoncitos? ¿Qué es lo que quiere intentar Tomi? ¿Podrán volver a usar la máquina de Gustav? ¿Y si lo hacen, seguirán siendo bien machos? ¿O volverán a tener el cambio de género? No se lo pierdan en el siguiente capítulo.

Escritora del fandom

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