“Tomi y CereBrill” Fic Twc / Toll escrito por MizukyChan
Capítulo 6
Tom se pasó la lengua, saboreándose de ante mano, porque si su papi Geo le había dicho que el chocolate se comía, entonces sería algo muy bueno, además, viendo la cara de deleite de su gemelo, compartirían la mejor comida de toda su vida.
Brill caminó a paso lento, agitando el frasquito de lubricante en sus manos, la sonrisa que portaba no parecía disolverse, al contrario, se ampliaba con cada paso que daba hacia la camilla, donde Tomi estaba esposado. Al pararse junto a su rubio hermano le dijo.
—¿Qué quieres, que lo pruebe yo primero o tú? —El tono de voz que empleó era un poco más bajo de lo normal, Tom sintió la necesidad de tragar grueso y susurró levemente un…
—Tú primero.
—Sé exactamente dónde ponerlo… —Le dio un “beso de ratón” en la mejilla y luego, pasó su dedo índice por el blanco torso de Tom, bajando lentamente hasta llegar al obligo y de ahí, al pene… levemente empinado.
Tom sintió que el laboratorio se había puesto muy caliente, todo su cuerpo parecía arder de una manera que no había sentido antes… o tal vez sí. Justamente había sentido algo similar el primer día en que cambiaron de ser ratoncitos a personas. Cuando CereBrill le había tocado el…
—¡Aaahhh! —Gimió fuerte, al sentir la mano de Brill rodear toda su masculinidad y embetunarla con el “chocolate”—. ¿Qué haces CereBrill? —preguntó apenas, pues su respiración se aceleraba con cada roce, en ese lugar especial—. Pensé que nos comeríamos el chocolate.
—Y eso es exactamente lo que hago Tomi —contestó el rubio menor, acercando su rostro al completamente erecto miembro del otro y dándole una larga y húmeda lamida—. Mmm sabe delicioso. —Volvió a lamer, esta vez con más ganas—. Tenías toda la razón, Tomi, el chocolate es delicioso. Mmm
Tom empuñó sus atadas manos y soltó un jadeo entrecortado. Eso era maravilloso, pero Brill no sólo estaba comiendo chocolate, se lo estaba comiendo a él, era algo extraño, comerse a un pariente no era algo que los humanos consideraban un “delito”, postergó el pensamiento y simplemente dejó que las emociones lo llenaran.
Brill seguía lamiendo, intentando nuevas poses, como meter por completo el miembro de su gemelo en su boca, cosa que logró que Tom alzara las rodillas y por poco le diera con ellas en todo el rostro.
—¡Cuidado Tom! —Advirtió, mirando las mejillas sonrojadas del rubio.
—¡Es mi turno! —Casi gritó el aludido y Brill alzó una ceja, sin comprender a qué se refería—. Quiero comer chocolate —explicó Tom, pasando la lengua, por sus labios secos. Brill miró su pene, casi tan duro como el de Tom y tuvo una idea, pero su gemelo habló antes—. ¡Ven aquí CereBrill! —Le mandó, indicando con su cabeza, que se subiera sobre él, el ex ratón blanco le obedeció y se puso a horcajadas sobre su cuerpo—. Ahora dame el chocolate de tu boca.
Como si una luz se hubiese encendido en su cabeza, Brill comprendió lo que Tom trataba de decirle. Ellos nunca se conectaban en nada, porque el menor era demasiado inteligente y demasiado gruñón, mientras que Tom era demasiado ingenuo y sólo pensaba en queso; pero en esos momentos, una magnífica conexión había nacido entre ellos.
—Sí Tomi. —Se inclinó hacia adelante y posó sus labios sobre los de Tom y luego entre-abrió la boca, dejando que la juguetona lengua del mayor, entrara en él y se frotara con la suya—. Mmm. —No pudo evitar gemir al sentir esa sensación tan agradable.
A medida que el beso se volvía más apasionado, el cuerpo de Brill se relajó y se apegó más al de Tom, dejando que sus miembros se rozaran agradablemente. Ambos jadeaban con la respiración entrecortada, hasta que la punta del pene de Tom se acomodó entre las nalgas desnudas del menor. Con un gemido ronco, Brill bajó un poco más la pelvis, porque la sensación era muy agradable y tentadora.
Tom por su parte sintió que su miembro estaba ligeramente aprisionado contra las nalgas de su gemelo y cuando la punta de la cabeza encontró un lugar donde podía entrar, simplemente siguió su instinto ratonil y embistió con fuerzas, hasta que su carne entró del todo en ese túnel cálido y caliente.
—¡Aaahhh! —El grito salvaje de Brill llenó la habitación y apoyando el cuerpo en sus rodillas, el chico se alejó rápidamente de aquella intrusión, dejando el dolor punzando en su trasero.
—¡Brill! —Tom gritó igual de fuerte que su gemelo, pero movido por el miedo de haberle causado daño, sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras la culpa embargaba su pecho—. ¡¿Qué te hice?!
CereBrill no podía moverse, el dolor en sus paredes internas era abrazador, así que se quedó apoyado en sus rodillas y manos sobre el cuerpo de Tom. Tenía los ojos fuertemente apretados, porque no podía llorar, él no era como su hermano mayor, él era fuerte.
Tom sintió que una gota de algo cayó sobre su vientre, estiró la cabeza para ver de qué se trataba y vio un fluido rojo. Entró en estado de pánico y comenzó a mover las rodillas y manos, tratando de levantarse y ayudar al menor.
—¡SANGRE! —Si bien Tom no era un científico como CereBrill, la vida en el laboratorio le había enseñado que cuando había sangre de por medio, algo malo sucedía—. ¡TIENES SANGRE CEREBRILL! ¡TENGO QUE AYUDARTE O MORIRÁS!
Ok, eso era exagerado, pero era Tom el que hablaba, así que Brill abrió lentamente los ojos, aún sintiendo las punzadas de dolor en su ano y simplemente se movió para bajarse de la camilla y mostrarle al aterrorizado rubio, que no moriría… pronto.
—Calma Tomi, estoy bien.
—Tienes que soltarme ahora, CereBrill. —Mandó el mayor, pero con la voz más compuesta al ver que su gemelo no perdía la consciencia—. Tengo que ver tu herida, para que no se infecte y no se te caiga la piel.
—Tom, creo que has estado viendo demasiadas películas de zombies.
—¡SUELTAME! —Gritó, al ver que un hilillo de sangre descendía por las piernas de su hermano. Al parecer, Brill no se había dado cuenta de la gravedad de la situación, así que él debía encargarse de atender al testarudo roedor y curar, lo que fuera que se había roto en ese cuerpo—. Se supone que los humanos son más grandes y fuertes, pero mírate CereBrill, ni siquiera hemos salido del laboratorio y ya te rompiste. —Sus palabras no tenían intensión de ofender a su gemelo, además su tono de voz era tembloroso, como si fuera a romper a llorar de un momento a otro.
—Dame un segundo. —Brill sintió una punzada más fuerte, cuando se agachó a recoger la pequeña llave que se había caído hacía un rato junto a la camilla—. ¡Ay! —Se quejó y al oírlo, Tom movió tan fuerte las esposas, que sus muñecas se volvieron rojas.
Tras abrir los amarres del mayor, Brill soltó un suspiro adolorido y cansado. Tom bajó de la camilla y abrazó al menor y le dio pequeños besos en el cuello.
—Calma, te curaré.
—No es nada… —Quiso alejarse del agarre de Tom, porque no estaba seguro de cómo acabaría en sus inexpertas manos, tal vez más envuelto en vendajes que una momia.
—Deja que te cure o te ato a la camilla. —Amenazó el mayor, girando su cabeza en busca de algo para limpiar las heridas, pero como su mente era incapaz de concentrarse sabiendo que Brill estaba herido, no podía ver nada más allá de su nariz—. Demonios.
—Me sentaré —dijo el menor de los rubios y trató de subirse a la camilla, pero al levantar la pierna, se volvió a quejar—. ¡Ay, mierda!
—Mejor inclínate, así veré dónde está la herida.
Brill hizo como le sugirió su hermano y prácticamente echó todo su torso sobre la camilla, pues sus piernas se sentían débiles por el dolor.
Tom se acercó hasta la retaguardia de su gemelo y observó que su pequeño ano se veía abierto, un poco irritado y lo peor… con rastro de sangre.
—Hay que limpiar, CereBrill. —Anunció y el otro asintió, por lo menos recordaba lo principal, “limpiar las heridas”.
Pero como no tenía con qué limpiar, Tom separó un poco las nalgas con sus manos y llevó su cara lo más cerca que pudo y lamió lentamente el lugar afectado. Su instinto animal le llevaba a ocupar su lengua siempre que podía y esta no era una excepción.
Brill ahogó un suspiro, porque lejos de ser doloroso, esa lamida le envió una enorme cantidad de sangre a su miembro, endureciéndolo casi de inmediato. Al estar tan cerca de su masculinidad, Tom notó cómo se ponía rígida y decidió que tal vez podría calmar mejor a su hermano y le hacía cariños a esa carne que colgaba junto con las pelotitas. Y estiró una mano para coger el pene y moverlo, sin dejar de dar lamidas a “la herida” de CereBrill.
Más pronto de lo que la pareja creyó, ambos estaban muy excitados, Brill sentía punzadas en su interior, pero estas se habían vuelto muy diferentes, tenía ganas de probar algo nuevo. Con la respiración entre-cortada llamó a su hermano.
—¿Tomi?
—¿Sí, CereBrill? —El mayor alejó la lengua de su tarea, para ver directamente a su hermano, quien tenía los ojos más oscuros que de costumbre.
—Ya no me duele.
—Bien.
—Pero…
—¿Pero?
—Necesito que hagas algo por mí. —Pidió de forma muy sugestiva, cosa que hizo temblar al otro rubio.
—¿Qué cosa?
Permaneciendo semi-inclinado en la camilla, Brill estiró una mano hacia atrás y cogió la masculinidad de Tom, guiándola justo al lugar que había estado lamiendo segundos antes. Nuevamente la conexión, que antes no existía entre ellos, mostró su poder y Tom sonrió, empujándose hacia el cuerpo del menor, pero con calma y lentitud.
—Mmm. —Gimió el menor, soltando el miembro que ya estaba a la mitad del camino.
—Estás tan caliente, CereBrill —comentó Tom, moviéndose hasta entrar por completo.
Como el mayor tenía esa personalidad “de piel”, abrazó el torso de Brill, pegándolo por completo a su cuerpo y le dio muchas lamidas en el cuello, sintiendo como el menor se estremecía ante sus ministraciones.
—Muévete Tomi. —Pidió el mayor—. ¿Recuerdas que quería probar la enseñanza de la escuela? —Se refirió el video que habían visto esa misma tarde.
—¿Me prometes que no te dolerá? Esa chica del video gritaba mucho.
—Es que es muy bueno, Tomi, ya lo verás…
Sin mayor explicación, Tom comenzó a mover sus caderas, embistiendo una y otra vez a Brill. Sólo había pasado un momento y el mayor comprendió que su hermano tenía razón, eso era muuuy bueno y, a juzgar por los gemidos de Brill, él también lo estaba disfrutando.
De pronto, el menor soltó un chillido y Tom estuvo a punto de salir de su cuerpo, pero la mano de Brill lo detuvo. Golpeó más duro, porque no podía contenerse, ese movimiento era jodidamente genial y su gemelo estaba feliz y hasta decía cosas bonitas.
—Te amo, Tomi —dijo en un momento y el mayor se detuvo. Brill estaba apretándolo con sus paredes internas, a la vez que mojaba la mano que sostenía su carne colgante—. Te amo, joder.
Una ola de felicidad inundó el pecho de Tom y un sentimiento que nunca había experimentado en ese cuerpo de humano, llenó su pecho, su vientre y luego se desbordó, haciéndole liberar algo dentro del cuerpo de Brill.
Salió lentamente del cuerpo del más delgado, con una sonrisa boba en su rostro, pero luego su expresión cambió a una de terror absoluto.
—¡Nooooooo!
& Continuará &
¿Qué demonios ha pasado? ¿Por qué Tom dio ese grito de terror? ¿Qué vio en CereBrill para ponerlo así? No se pueden perder el siguiente capítulo. Besos a todos y gracias por leer y comentar.