Ninguna de las manips de BI son mías. Las que utilicé pertenecen a: Monica (Banner), SDC también conocida como StarsxDontxCry y por último, Mack o Her Fever Dream Devianart Ya lo saben, el crédito es de ellas.
«Tres días para Navidad»
Día uno. Diciembre 22
El trenzado se retiró a su casa después del trabajo, con ganas de dormir, pero una llamada telefónica no le dejó. Era su madre, Simone, informándole que se había roto una pierna y necesitaba que fuera a acompañarle, pues no podría conseguir ayuda hasta después de las fiestas navideñas.
&
Y estaba ahora, tendido sobre su antigua cama, mirando los pósters que alguna vez pegó en el techo de su cuarto. Cambió su mirada hacia su laptop y suspiró.
& Flashback &
Tom no podía creer lo que estaba pasando en su vida. Tras un año completo trabajando en la agencia de publicidad más importante de su país, citaron a todos los empleados “nuevos” a una conferencia con los directivos de la gerencia. Ninguno de los “nuevos” sabía qué se trataría en aquella reunión.
—Es el fin —Le dijo uno de sus compañeros.
—¿De qué hablas? —preguntó el trenzado.
—¿No te has preguntado por qué los tratan de “los nuevos”? —cuestionó, haciendo comillas a su expresión final.
—No —afirmó el más joven.
—Le llaman “los nuevos” a todos los que han trabajado sólo por un año en la empresa —Comenzó a explicar—. A fin de año, hacen una prueba y sólo aquellos que tienen el suficiente talento para superarla, serán re-contratados en el siguiente año.
—¿De lo contrario? —indagó Tom.
—Si no pasan la prueba, son despedidos —Aclaró su compañero, comprobando sus temores.
—Wow.
Y fue exactamente como dijo su compañero. El gerente de Recursos Humanos, explicó a cada uno de los trabajadores, que debían crear una campaña publicitaria para el verano que se aproximaba. De entre 20 trabajadores, sólo se quedarían con las mejores tres propuestas, el resto terminaría su contrato y éste, no sería renovado al año siguiente.
«Son unos cabrones» Pensó el trenzado, pero ya tenía una idea rondando en su cabeza. Sólo necesitaba calma, para poder desarrollarla y plantearla en un papel.
Para facilitarle las cosas, tendrían libres los tres días siguientes, pues la fecha límite era nada más ni nada menos, que el 24.
«Definitivamente, son unos cabrones» Reiteró en su mente «Nos acaban de joder la Navidad»
Todos se retiraron de la sala de conferencias, algunos más pálidos que otros, pero todos con un solo propósito en mente: “Ganar”.
& End of Flashback &
—Estoy tan cansado, que no podría escribir nada, aunque me lo pasara toda la noche contigo —Le habló a su laptop, con una sonrisa en los labios—. Mejor intento dormir —Miró el reloj por última vez. Las tres de la mañana—. Genial.
Y tras un último suspiro, cerró los ojos y se dejó envolver por los antiguos y familiares olores de su niñez.
& Primer encuentro &
El sonido insistente de su celular, le obligó a abrir los ojos y rápidamente contestó.
—¿Qué?
—Tom —Era la voz de su madre—. Tienes que sacar a pasear a Scotty.
—¿Mamá? —Aún estaba atontado por el sueño.
—Sí Tom, soy yo. Si no sacas a Scotty a su paseo matutino, arrasará con mi hermoso jardín —Cambió su tono de voz—. Y no quieres que eso ocurra, ¿verdad? —dijo amenazante.
—Claro que no —Tom aún no olvidaba, lo que ocurrió cuando Scotty destruyó su preciado jardín. A veces se cuestionaba, si su madre amaba más a las plantas que a él.
Frotándose los ojos, se levantó y fue al baño. Se cambió con rapidez y sólo entonces se percató de que eran las 6.30 de la mañana.
—Oh, no —Gruñó, pero salió con rumbo al jardín.
&
Después de una larga caminata, emprendió el regreso a su casa, pero no pudo terminar de entrar, porque su perro se enamoró de un árbol y lo rodeaba y olfateaba sin descanso.
Tom levantó la vista y se topó con una visión. Una hermosa chica, de cabello largo y con gafas oscuras, trotaba por su calle. Como cualquier hombre, el trenzado se quedó embobado mirando a la jovencita, quien al verle casi babeando, le sonrió.
Tom giró a medida que ella avanzaba, sin notar que al hacerlo, sus piernas quedaban envueltas por la correa de Scotty. Ella le volvió a sonreír, cuando llegó a su destino.
«¿La casa de los Kaulitz?» Se preguntó mentalmente el de trenzas «¿Será pariente de mis vecinos?»
La vio cerrar la puerta “sensualmente” y luego su melodiosa voz gritó.
—Kazimir —El gatito negro, que él solía perseguir, saltó a sus brazos y luego…
—Guof, guof —Los ladridos de Scotty.
Su perro saltó con agilidad, olvidando su preciado árbol, en busca de una nueva presa: “el gato”, pero al hacerlo, corrió y arrojó al enrollado Tom, quien cayó al suelo, sobre su trasero, gruñendo por el dolor.
La hermosa pelinegra lo miró sonriente y luego se perdió en su casa.
—¡Genial! —Volvió a gruñir—. Bien hecho, Scotty.
Su madre le miraba por la ventana, totalmente divertida por la escena.
& Segundo encuentro &
A media mañana y tras una buena ducha y un gran desayuno, Tom casi había olvidado el bochorno ocasionado por su mascota. Y estaba completamente concentrado en iniciar su proyecto, frente a su laptop, cuando…
—¡Tom! —El grito de su madre, le hizo apretar los ojos.
Bajó corriendo, su madre tenía la pierna fracturada y enfundada en un yeso blanco y grueso, que no le permitía moverse, y él estaba allí, a pocos días de la Navidad, para ayudarla hasta que pudiera contratar a alguien, pero obviamente no se quejaría, él era su único hijo, y la adoraba, pero el peso del “proyecto” estaba presente y su paciencia se hacía cada vez más pequeña.
—¿Te ocurre algo, mamá? —preguntó preocupado.
—No hijo, pero ya sabes —Le sonrió—. Tu madre, siempre compra todo el fin de semana y ahora no tenemos nada en la despensa.
—¿Quieres que vaya al super?
—Exacto —Amplió su sonrisa—. Te hice una lista —Le entregó un papelito.
—Ok. Volveré lo más rápido posible.
Y otra vez salió al jardín. Pero esta vez, para sacar su hermoso auto. Lo estacionó fuera de la casa y cerró nuevamente la cochera.
Cuando partió, escuchó risas en el jardín de al lado y no pudo evitar curiosear. Y allí estaba, la hermosa pelinegra, con su ajustada camiseta blanca y los pantalones deportivos, y oh… un sexy tatuaje en plena cadera.
Había alguien con ella, no pudo ver quién era, pero notó que le arrojó agua y le empapó el top, marcando sus redondos y hermosos pechos.
Otra vez en la misma mañana, Tom babeó por una mujer y todo su mundo se redujo a la chica, quien sonreía maravillosamente.
Hasta que un fuerte claxon le sacó de su nube nueve y un golpe lo volvió a la realidad.
—¡Idiota! —Le gritaron desde fuera.
«Oh Dios no» Suplicó mentalmente. Lo habían chocado por detrás.
La chica giró al escuchar el ruido y notó la intensa mirada del trenzado y sólo entonces ella pareció notar que sus senos estaban expuestos por su camiseta mojada. Sonrojada, entró corriendo a su casa.
—Genial, una vez más, quedo como un idiota —Gruñó.
& Tercer encuentro &
Después de muchas explicaciones y un desembolso económico para el otro conductor, Tom por fin, pudo llegar al supermercado y buscar los encargos de su madre.
—Simone —susurró, al ver el carrito repleto—. Parece que no habías comprado en todo el mes —Con una sonrisa, se dirigió a la última sección que le quedaba, las frutas.
Por poco lanza un grito, pues la pelinegra, que se estaba quedando en la casa de sus vecinos, estaba allí. Esta vez, luciendo unos jeans ajustados y una playera a rayas, mucho más ajustada y provocativa que en la mañana.
Estaba con otra jovencita, mucho más delgada y sin gracia. Ambas reían y susurraban cosas que él no alcanzó a oír. Pero lo que más le llamó la atención, fue que estaban justo donde él debía estar, buscando frutas.
Cogió una bolsa y escogió algunas fresas, acercándose a la morena con suavidad.
—No lo sé —La escuchó decir.
—Claro que sí —expresó su amiga—. Preguntemos —Sugirió la chica—. Disculpa —Le habló directamente al trenzado.
Tom se sorprendió, pero miró a las jóvenes, aunque sus ojos estaban pegados en la morena, y su precioso maquillaje.
—¿Cuál crees que sea la mejor fruta? —preguntó la castaña.
—Bananas, definitivamente tienes comer muchas bananas —respondió el trenzado, aunque en su mente había dicho “Fresas”, porque era el tono del gloss en los labios de la pelinegra. Sí… “Fresas”—. También zanahorias.
La morena le miró y alzó una ceja tentadoramente, una ceja que llevaba un piercing.
«Que mujer tan sexy» Gritaba su cabeza. Hasta que esta sexy jovencita estalló en risotadas. Definitivamente su gloss era de fresas.
—Eres un pervertido —Gruñó la castaña al lado.
—¿Eh?
—Eres un pervertido —Repitió la chica—. Vámonos “BI”, aléjate de él.
La tomó de un brazo y se la llevó de allí y Tom, se quedó mirándola desaparecer, agitando sus caderas a un compás pecaminoso y sensual.
—¿Me llamó pervertido? —susurró, sin entender.
—¡Pervertido! —Gruñó una mujer a su lado.
—¿Por qué? —preguntó, sin entender qué mierda estaba ocurriendo.
—¿Bananas? ¿Zanahorias? —comentó a su lado, el esposo de la mujer que le reclamó—. Creo que así nunca conquistarás a una chica —dijo el hombre y se fue, en pos de su mujer.
—Idiota —susurró el de trenzas—. Siempre quedo como un idiota. ¿“BI”? ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué clase de nombre es “BI”?
& Cuarto encuentro &
Cuando por fin terminó las compras, regresó a casa, sintiéndose completamente derrotado. Seguramente a esas horas, “BI” y su amiguita, se estarían burlando de él y sus estúpidos comentarios sobre bananas y zanahorias.
«¿Qué piensas, Tom? ¿Qué te mostrará su sexy estrella, levantándose el mini vestido, enseñándote también sus braguitas?» Se dio una bofetada mental, la necesitaba para sacarse la imagen que se quedó clavada en su cabeza y que le hizo salivar.
—¡Tom! —Gritó Simone, desde la cocina.
Al llegar a su lado, comprendió que su madre, no podría cocinar. Así que se puso un delantal y tomó la actitud de “Manos a la obra”.
&
Un favor de su madre, se volvieron seis y finalmente ya había oscurecido. Tom suspiró hondamente y trató de concentrarse en su proyecto, sin resultado alguno.
Tampoco ayudaba el hecho de que su escritorio estuviera al lado de la ventada, que colindaba con la casa de los Kaulitz. Miró hacia allá, suspirando, hasta que de pronto, todo se oscureció.
—¿Eh? —Miró en su propia casa, la luz reinaba—. Quizás sufrieron un desperfecto.
Su mente le jugó una mala pasada, creyendo que tal vez un terrible asaltante, entraría a la casa, para secuestrar a la hermosa pelinegra. Sin dudarlo un momento, bajó hasta la primera planta, justo cuando llamaron a la puerta.
—Hola… —Saludó con timidez la chica.
—Hola —respondió el trenzado.
—Mmm, tuve un problema con la luz —comentó y bajó la mirada—. No me gusta la oscuridad.
—¿Quieres que revise? —Se ofreció de inmediato.
—¿No te molestaría? Es que justo ahora estoy sola y no tengo a quien recurrir —dijo ella, con las mejillas sonrojadas.
«Que mujer tan adorable» Pensó el trenzado y sonrió.
—Vamos.
Salieron de la puerta y caminaron hasta la casa de los Kaulitz. “BI” sostenía una linterna y entraron a la sala.
—Los fusibles siempre están en el sótano —comentó el trenzado.
—Ok —Ella caminó por delante de él, para alumbrar el paso—. ¿Crees que sean los fusibles?
—Puede ser —respondió él—. Ahora lo averiguaremos —Algo se interpuso entre las piernas del chico y con un grito cayó sobre la pelinegra, quedando su rostro, en las nalgas de ella—. Oh Dios, lo siento. Algo se cruzó —Se disculpó rápidamente, tratando de ponerse pie, pero tocando más en el proceso.
—Fue Kazimir —alegó ella, sin mostrar señales de enojo.
Tom terminó de ponerse de pie, y la ayudó a levantarse, quedando muy juntos, casi nariz con nariz. Se miraron y Tom notó que aquellos ojos se le hacían muy familiares.
—Ya casi llegamos —susurró ella, y su aliento mandó señales directamente al miembro del trenzado, quien carraspeó para sacarse los malos pensamientos de la cabeza. Pues aquella imagen de ella levantando su mini vestido, para mostrarle sus braguitas, todavía le hacía salivar.
—O… ok.
“BI” alumbró la cajita metálica, mientras Tom observaba, y luego miró a su alrededor, en busca de una herramienta, al encontrar lo que necesitaba, procedió a ajustar los fusibles y de pronto, la luz regresó.
—¡Sí! —Gritó de felicidad la chica y se colgó del cuello del trenzado, dándole un ligero beso en la mejilla—. Gracias.
—No hay por qué —contestó él, de manera galante.
—Déjame por lo menos invitarte una cerveza —Ofreció la morena, con una sonrisa sensual.
—Claro.
Volvieron a subir y se sentaron en la sala, sonrientes, hasta que ella se puso de pie.
—Voy por la cerveza. Estás en tu casa —comentó.
Tom miró todo a su alrededor, no había visitado la casa de sus vecinos hacía años. Pasó su mirada por las fotografías y se preguntó que habría sido de aquella chiquilla con la solía jugar de pequeños. «Quizás “BI” sea prima de ella» Pensó.
Al notar que la pelinegra estaba tardando, otra vez la mente comenzó a jugarle bromas. Imaginó que la hermosa “BI”, entraba en la sala, con ligas negras, sujetas a sus pequeñas braguitas negras, mostrando abiertamente esa sexy estrella tatuada. Y para mejorarlo todo, sólo traía a Kazimir abrazado a su pecho, cubriendo sus maravillosos senos redondos.
—¿Tom? —susurró ella con un vaso lleno de cerveza.
Pero como Tom estaba en una nube, despertó de golpe, derramándose todo el contenido del vaso, en sus pantalones.
—Oh Dios, genial —Gruñó, con la cara roja de vergüenza—. Hoy he quedado como un tonto contigo, en cada ocasión en la que nos hemos encontrado.
—Tranquilo —dijo ella en forma adorable.
—Será mejor que me vaya —comentó en forma lastimosa.
—Quizás deberíamos empezar de nuevo —Ofreció ella, sonriente.
—Sí. Me gustaría mucho.
—Nos vemos por la mañana, Tom.
—Hasta mañana —respondió él, pero sólo cuando llegó a su casa, se preguntó «¿Cómo es que ella sabe mi nombre?» Mañana le preguntaría, ahora estaba demasiado cansado como para pensar en nada.
Miró su laptop, el tiempo se agotaba, pero tenía una extraña sensación en el pecho. Algo que tenía directa relación con “BI” y ese sentimiento le aseguraba que todo estaría bien.
& Continuará &
¿Logrará Tom dejar de hacer el ridículo, frente a “BI”? ¿Cuál será el motivo de aquella sensación de familiaridad que siente Tom con “BI”? No se pierda la continuación y no olvides comentar. Gracias por venir a leer.