Por una sonrisa

«Por una sonrisa»

Cuando tus ojos se achinaron, acompañando tu hermosa sonrisa, supe que había hecho lo correcto. Stitch fue la acción adecuada, él era mi ofrenda de paz. Sin poder evitarlo, sonreí también.

—Gracias, Tom —tu dulce voz me estremeció—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué otro cachorro?

La pregunta me hizo reflexionar, perder la sonrisa por un segundo, mientras mis pensamientos formulaban una respuesta en palabras.

Ya no soportaba la tristeza que veía en tus ojos cada vez que me mirabas, tenía que hacer algo, debía revivir la llama del fénix que siempre has sido, aunque desearía que refulgieras sin necesidad de morir y volverte cenizas, pero en este trabajo, en este medio, en esta sociedad, lo nuestro siempre será el motivo que hace morir tu corazón cada vez que me lanzas en otros brazos para cubrir nuestro amor.

Alcé los hombros y sonreí—. Sabía que te haría feliz.

Con cuidado, dejaste al pequeño en su camita y me abrazaste con fuerzas. No pude evitar meter la cabeza en el hueco de tu cuello e inspirar hondamente tu aroma. Hogar, eso es lo que siempre has sido para mi.

—No necesitas darme regalos para hacerme feliz, Tom. Tú me haces feliz.

Lo dudo, pensé, parecía que últimamente lo único que hacía era ponerte triste, pero asentí sin dejar tu cuello.

—Te extraño —susurré, dejando que mi aliento erizara tu piel.

—Lo sé.

No había más respuesta que esa, porque, ¿qué más podría decir si todo esto había sido planeado por él? Sabía que él me extrañaba también, lo sentía en mi pecho, en la piel, lo veía en el brillo que desaparecía de sus ojos cada vez que ella aparecía y, sin embargo, era lo que se esperaba de nosotros.

Stitch ladró agudamente y ambos reímos.

—¿Qué pasa, pequeño?

Tu sonrisa genuina hacía que todo valiera la pena. Haría cualquier cosa por verla a cada segundo del día, incluso fingir que todo estaba bien.

F I N

Lo siento, me mató la nostalgia y escribí esto. ¿Comentarios?